La creciente dependencia de China, una oportunidad para las empresas valencianas

Una de las primeras conclusiones en materia económica a las que se llegó nada más iniciarse la pandemia, fue la elevada dependencia de España y de la Unión Europea en cuanto a compras de materiales y bienes procedentes de China y, en general, de países asiáticos. Solo hay que recordar que durante los primeros meses de la covid-19 en España hubo carestía de mascarillasdebido al bloqueo comercial desde el país asiático, que no alcanzaba a producir las mascarillas necesarias para toda Europa.

No fue hasta que decenas de empresas de la Comunidad Valenciana se reconvirtieron y empezaron a producir estos elementos protectores, que los usuarios pudieron tener un flujo regular de los mismos y adquirirlos tranquilamente en las farmacias. Este es un ejemplo claro de las consecuencias que acarrea la dependencia de suministros de solo uno o de varios países.

Un informe elaborado entre la Cámara de Comercio de Valencia y CaixaBank pone negro sobre blanco, con datos por sectores, hasta qué punto la industria española y valenciana han ido concentrando sus compras en pocos proveedores, lo cual ha puesto en peligro en varias ocasiones a lo largo de los últimos años el suministro de bienes, no solo por la pandemia, sino también tras el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

El informe señala que las empresas se preocupan cada vez más por diversificar su cadena de suministradores para evitar la excesiva dependencia de uno o dos suministradores, lo cual podría convertirse en una gran oportunidad para las compañías valencianas, que se podrían posicionar a la cabeza de los proveedores de otros países europeos.

De hecho, según apunta el documento, en los siete primeros meses de 2022 destacan los notables incrementos de las exportaciones valencianas de bienes que constituyen “inputs” para la industria: alimentación (carne, pescado, arroz, aceites vegetales), construcción (cementos, yesos, feldespato, madera, contrachapada), textil (fibras sintéticas, guatas), química (productos químicos orgánicos) y partes para el calzado.

Dependencia de China

Las importaciones de la Comunidad Valenciana de bienes de equipo procedentes de China han experimentado un extraordinario crecimiento a lo largo de la última década. Estas han pasado de representar el 14,5 por ciento del total en el año 2010 al 25,2 por ciento en 2021, posicionándose como el mayor proveedor de este tipo de productos en la Comunidad, muy por encima del segundo mercado, que es Italia.

Por lo que respecta a la industria alimentaria, el informe diferencia dentro de la misma dos subsectores: uno con mucha dependencia del exterior, con importaciones sobre todo procedentes de la UE, mayoritariamente de productos básicos no transformados, concentrados en pocos países. Por ejemplo, las almendras, es uno de los alimentos básicos que más se importan y vienen de EEUU; el aceite de palma, que se compra en Indonesia; las semillas de algarroba, que proceden de Marruecos; la pasta de cacao, importada de África Occidental, y el aceite de semillas de girasol, que se compra a China.

El otro subgrupo es menos dependiente de las importaciones, requiere un proceso de transformación más elevado y las materias primas proceden de la UE.

La industria química y la industria plástica son dos de las más dependientes del mercado Chino. En cuanto a la primera, este país es el principal suministrador de productos orgánicos de las empresas valencianas, mientras que en los plásticos, China y Turquía han ido posicionándose mejor en el mercado regional, según explica el informe.

La industria textil, señala, es una de las que menos dependencia tiene, pero una gran cantidad de materias primas proceden de China. Según la representante de la Unidad de Inteligencia y Análisis de Cámara València, Gracia Cicuénde, en los últimos años hay países que se han ido posicionado poco a poco, como Turquía y países del Este de Europa, que hay que tenerlos en cuneta a la hora de tener alternativas a China. Además, ha explicado esta técnica de la Cámara, las empresas valencianas altamente especializadas en este sector, deberían aprovechar la oportunidad para convertirse en proveedores de compañías europeas.