Gastronomía

La alcachofa vuelve a escena

Hortaliza de ensueño que emerge todos los inviernos mientras asistimos con fidelidad a su coronación

Su consumo se percibe como un arte que hay que cultivar
Su consumo se percibe como un arte que hay que cultivarLa RazónLa Razón

Llegado el mes de enero el corazón de la alcachofa es materia sensible. Su consumo es plenamente hegemónico, tras el anticiclón gustativo navideño regresa la atención a lo esencial y el rechazo a lo superfluo. Porque la gastronomía también ha de ser sostenible y saludable, el consumo de nuestra protagonista se percibe como un arte que hay que cultivar.

Es difícil encontrar verduras que conciten tanta empatía universal como reflejo de esa ambivalencia gustativa y saludable. Hay que asombrarse, y mucho, ante esta definitiva muestra de poder mediático de nuestra alcachofa. Basta con que nuestra admirada protagonista asome la cabeza para hacer hace posibles maridajes y acompañamientos impensables.

Por si fuera poco, ejerce de hortaliza polivalente y verdura pluriempleada las 24 horas para muestra una relación de los papeles que ejerce: enemiga atroz del temido colesterol, moderadora de digestiones posibles, compañera de dietas de adelgazamientos (im)posibles, técnico de control del peso, tesoro vitamínico, joya antioxidante, agente impulsor de la saciedad, inspector diurético, quién da más. Pero por encima de todo se convierte en un golpe directo para tumbar a los paladares más exigentes. Los comensales se echan en brazos de su consumo tras observar su mera presencia.

Hortaliza hacedora de platos con matices, verdura reversible, de extremos carnosos comestibles y corazón deseado. Nos empuja hasta la apostasía gustativa mientras hace brillar su rastro con una fosforescencia hostelera general. La recalificación de la alcachofa como hortaliza de lujo no conoce ya límites. Hortaliza de culto, familiarizada con la cocina tradicional y vanguardista de igual manera. Platos exclusivos y cotidianos. La alcachofa se nos hace cercana. Nuestra verdura obtiene la posteridad, año tras año.

La alcachofa apuesta por un look gustativo cómodo y versátil. Verdura comprometida y entregada es el mejor ejemplo de los conceptos de hortaliza elegante y atemporal. Su sombra creativa es muy alargada. A estas alturas, sabe ganarse el respeto de cocineros y comensales. Aunque como es el caso, mantenga una sinceridad de sabores inflexible que no todo el mundo es capaz de sacarlo. Su consumo gana peso mientras incrementa su poder saludable

La alcachofa es la verdura por excelencia del invierno
La alcachofa es la verdura por excelencia del inviernoLa RazónLa Razón

En la Fiesta de Alcachofa en Benicarló, nos acercamos un año más a su figura donde se convierte en icono de la gastronomía invernal. El corazón de la alcachofa nos deja boquiabiertos en esta fiesta con nombre propio. Inevitable el deja vu, la memoria de ediciones pasadas: las jornadas del pincho, la multitudinaria torra y las demostraciones gastronómicas. Pura adrenalina. Para no perderse. Desde el corazón de alcachofa, hasta el arroz con alcachofas, pasando por los solidarios langostinos vecinos, sin olvidar los singulares postres que invitan a la sorpresa.

Gracias a los trabajos de deconstrucción culinaria sus dos ejes discurren entre el corazón y los extremos carnosos de los tallos. La alcachofa pasa de la generosidad coronaria al detalle de las hojas sin perder, en ningún caso, sus nociones de grandiosidad culinaria. Asistimos hoy domingo a su coronación con fidelidad atemporal como la hortaliza de ensueño que emerge todos los inviernos. La alcachofa se presta a desatar pasiones. A incendiar los paladares de miles de admiradores. Una selecta minoría de verduras ha nacido para formar parte de un Olimpo reservado a piezas dignas de los mejores menús. Eterna hortaliza, nominada como costumbre culinaria invetereda.

Caminamos hacia el reencuentro con nuestra protagonista. Todas las apuestas se confirman la alcachofa sube al escenario culinario como hortaliza principal para recoger su galardón anual como verdura intérprete. En boca de todos desata el fervorín de proclamas y manifiestos culinarios. La inercia restauradora y las tradiciones culinarias son muros que pocos se pueden saltar mientras la alcachofa vuelve a escena