
Infraestructuras
Catalá insta al área metropolitana a copiar su plan para asegurar el abastecimiento de Valencia
Defiende que construir una ciudad resiliente es el mejor legado que se puede dejar a las futuras generaciones

Es un plan nacido de varias emergencias, una de ellas, se cobró mantiene todavía a buena parte de la provincia de Valencia asumiendo lo costosa que puede ser la reconstrucción, y no solo en el ámbito económico. El Plan de Infraestructuras Críticas 2026-2027 prevé una elevadísima inversión, 120 millones, aunque no sea de esas que lucen a aquel que las programa o al que corta la cinta. Se trata de proyectos poco atractivos, pero de gran importancia para dar seguridad a la ciudad de Valencia.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha presentado los detalles de un documento que ya avanzó en el debate sobre el estado de la ciudad. La capital del Turia se convertirá en una urbe que no tendrá que volver a tener miedo por quedarse sin abastecimiento de agua. Con todo, la alcaldesa ha hecho un llamamiento al resto de municipios del área metropolitana para que, en el seno del Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), acometan un plan similar.
"Desde el punto de vista social esto resulta poco sexy", ha admitido la alcaldesa para argumentar que el plan responde a una corporación que ha visto la vulnerabilidad de la ciudad. "Va más allá de los próximos dos años, piensa en Valencia dentro de 50 años. Nuestro mayor legado es que Valencia sea más resiliente, el Plan Sur nos protegió. Nuestros hijos y nietos entenderán que los hayamos protegido con una planificación de infraestructuras".
Catalá ha defendido que la misión principal del Ayuntamiento es proteger a la ciudadanía. "No tengo noticias de que el Gobierno tenga un plan, pero el Ayuntamiento sí va a hacer su trabajo".
La inversión saldrá de las arcas municipales y prevé tanto actuaciones nuevas como otras que tienen que ver con la renovación de infraestructuras que se han quedado obsoletas. Es el caso de las renovación de las tuberías en los cruces de Malilla y San Isidro, situados bajo el plan sur de la V-30 o de otras tuberías calificadas como "arteriales" que discurren por la V-30 o la avenida del Cid, entre otras.
También se prevén otras como actuaciones nuevas que permitirán, por ejemplo, aprovechar el agua que se achica de las estaciones de tren o de metro de la que se pueden extraer un volumen anual equivalente a 500 piscinas olímpicas. Este agua se podrá destinar para regar o para liberar capacidad de tratamiento de aguas grises en la estación depuradora de Pinedo.
En otro capítulo aparte están las que se ejecutarán para dar seguridad en el abastecimiento en caso de que haya problemas de electricidad. Se van a adquirir grupos electrógenos para las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable. Los que existen en la actualidad solo tienen autonomía para 24 horas, con los nuevos, se llegará a las 48 horas y, además, se podrá potabilizar el nivel freático.
El plan explora el "uso racional" de las aguas subterráneas, pues Valencia tiene un gran tesoro con el acuífero que se esconde bajo la ciudad. De él podrían extraerse 1.000 litros por segundo.
Catalá ha explicado que la ciudad parte de una situación de ventaja, pues ya cuenta con un red de servicios independiente de la red de agua potable. El origen de esta infraestructura hay que buscarla en la antigua red de abastecimiento y es la única ciudad de España que tiene este sistema y en el ámbito europeo, comparte esta diferenciación con París. En la actualidad se dedica al riego y baldeo de la ciudad que, cuando culmine la ejecución de este plan, será cien por cien agua no potable.
También se construirán cuatro plantas más de pozos en entornos cercanos a tuberías arteriales que permitirían también abastecer la ciudad en caso de emergencia.
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