Testigo directo
LA RAZÓN, en el epicentro de la DANA: "Aquí todo el mundo ha llegado tarde menos los voluntarios, sin ellos el desastre hubiera sido aún mayor"
Pablo, vecino de la localidad de Massanassa, cuenta que se han sentido abandonados por los políticos
La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha arrasado la Comunidad Valenciana, dejando graves daños materiales y más de 200 fallecidos. En medio de este escenario de devastación, surgen voces como las de Dolores y Pablo, dos vecinos de la zona afectada que han compartido su experiencia de la catástrofe.
Dolores, una mujer de 69 años, describe lo ocurrido como algo frustrante. "Me encuentro muy mal, lo estamos pasando muy mal. No hemos perdido mucho, pero hay gente que ha perdido su casa. Nosotros hemos perdido todos los coches", explica. "El día que pasó todo tuve una taquicardia muy fuerte de ver cómo llegaba de repente el agua, creía que me moría". Dolores expresa que, aunque la ayuda ha comenzado a llegar, los primeros días fueron de abandono total y siente que "el futuro es incierto".
Por otro lado, Pablo Díaz, un funcionario de prisiones residente en la localidad de Massanassa, se ha volcado en el trabajo voluntario para ayudar a los más afectados. Pablo relata que la DANA les tomó a todos por sorpresa y lamenta que la ayuda oficial haya tardado una semana en aparecer. "Nos sentimos abandonados por los políticos. Si no llega a ser por la ayuda de voluntarios, esto hubiera sido un completo desastre", asegura.
Pablo cuenta que vivió las riadas de 1982, 1987 y 1993 y, para él, esta experiencia ha sido particularmente dura. "Hay zonas aquí que están completamente inundadas y llenas de lodo. El resto de pueblos están igual", describe, mientras advierte que se necesitará tiempo para recuperar la normalidad. A pesar de ello, mantiene una postura de esperanza en que, "poco a poco, se podrá salir adelante".
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