Opinión | A través del espejo

La Generalitat valenciana pasa del mestizaje al pura sangre

Durante esta semana el PP ha desautorizado dos iniciativas de Vox

GRAFCVA8176. VALENCIA, 07/02/2024.- El president de la Generalitat, Carlos Mazón, realiza un gesto en presencia del vicepresidente, Vicente Barrera, a su llegada a la primera sesión de control de Les Corts Valencianes tras las vacaciones parlamentarias de enero, en la que se le preguntará sobre su gestión, los impagos en las nóminas de algunos trabajadores públicos y la auditoría al sector público. EFE/Biel Aliño
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tras el vicepresidente Vicente BarreraBiel AliñoAgencia EFE

Presumía el Gobierno nacido tras el pacto del Botánic de haber conformado una Administración donde los partidos tenían representación en todas las Consellerias. Es decir, si el conseller de Hacienda era del PSPV- siempre lo fue pese a los deseos de Compromís- debía tener su correspondiente alto cargo de la formación nacionalista. Lo llamaron «mestizaje» y supuestamente el objetivo era que todas las acciones se tomasen de una manera coral, sin que se impusiese la voluntad de un partido sobre otro. La realidad es que, salvo en contadas excepciones, acabó siendo una manera de controlar al otro.

A lo largo de los ocho años de Consell del Botànic, los primeros cuatro sin Unides Podem, se demostró que en cuestión de política estos cruces no acaban de ser operativos.

Un ejemplo es el retraso que la Comunitat Valenciana lleva en las instalaciones que generan energía fotovoltaica, pero hay muchos más.

La cuestión es que el Consell que conforman PP y Vox optaron por un modelo diferente. En el Gobierno que preside Carlos Mazón no hay mestizaje. Vox tiene la vicepresidencia y Conselleria de Cultura y Deporte, la de Agricultura y la de Justicia. El PP la vicepresidencia de Servicios Sociales, Hacienda, Medio Ambiente, Sanidad, Educación y Turismo. Cada conseller o consellera ha conformado su equipo, sin preguntar al otro partido.

El tiempo dirá qué es más efectivo, aunque de momento, está quedando más que demostrado que el partido con menos peso en el Gobierno no se impone sobre el otro.

En solo siete días hemos visto como el vicepresidente Vicente Barrera ha salido a desmarcarse para tratar de marcar identidad en el Consell.

La primera fue para criticar la campaña «Orgullo de Comunitat» promovida por la Vicepresidencia de Servicios Sociales, una iniciativa que, como dejó bien claro la vicepresidenta Susana Camarero, seguirá tal y como estaba prevista. La segunda, para anunciar la celebración de un Festival Internacional de la Canción en España. Pese a ser competencia de Barrera, Presidencia lo frenó porque podría chocar con el Benidorm Fest.

Dos de dos en una semana. Y las que vendrán.