La herencia del Botànic: Oltra duplicó en ocho años el gasto en personal de la Conselleria de Igualdad

El último presupuesto autonómico que elaboró el PP al frente del Consell fue el del año 2015, cuando perdió las elecciones. Para aquel ejercicio, los populares elaboraron unas cuentas dotadas con 18.200 millones de euros. Ahora, en plena crisis inflacionista y con una rebaja en las previsiones de crecimiento de la Comunitat para 2024 -1,9 por ciento frente al 2,3 de este año- el Gobierno de PP y Vox se enfrentan a unos presupuestos de más de 30.000 millones de euros, que deberán reajustar, como lo ha manifestado en repetidas ocasiones el propio presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, insistiendo en los recortes en el «gasto político».

Dentro del elevado aumento presupuestario realizado por el Botànic durante los últimos ocho años, llaman la atención especialmente algunas Consellerias como la de Igualdad, dirigida hasta el momento de su dimisión en junio de 2022 por Mónica Oltra, en aquel momento líder de Compromís.

Su departamento pasó de contar con un presupuesto de 978 millones de euros en 2016 -en las primeras cuentas redactadas por el Gobierno progresistas- a 2.308 millones en el ejercicio actual, una cifra que supone más del doble de la inicial y un incremento del 136 por ciento. Por capítulos, una de las partidas que más aumentó fue el Capítulo I, el correspondiente a gastos de personal, con una subida del 131,6 por ciento, al pasar de 91,6 millones en 2016, a 212,3 en 2023, más del doble.

Otro de los apartados que más incrementó su cuantía fue el de transferencias de capital, correspondientes a subvenciones a otros organismos dependientes de la Conselleria, que aumentaron un 518 por ciento.

La Conselleria de Igualdad no fue la única en subir de manera llamativa su presupuesto. También la de Justicia, dirigida por Grabriela Bravo, incrementó su partida en un 161 por ciento, hasto los 717 millones de euros.

Difícil encaje

Si el Consell de Carlos Mazón pretende detener la enorme bola de nieve en la que se han convertido los presupuestos autonómicos de la Generalitat, que han ido creciendo año tras año, deberá realizar un difícil encaje de bolillos, sobre todo teniendo en cuenta la reducción de ciertos tributos -por lo que se reducirá la recaudación de impuestos- y que las cuentas de 2024 no incluirán la partida «ficiticia» de los 1.300 millones de euros que el Botànic reclamaba al Gobierno central en concepto de infrafinanciación.

Se añade la dificultad creada por la incertidumbre económica y política internacional y el no contar con la cifra de entregas a cuenta del Estado para 2024.