Agricultura

Los jabalíes arrasan con una cosecha de 4.000 kilos de melones en Ontinyent (Valencia)

Los agricultores están desesperados: "Arrasan con todo"

Imagen de los destrozos provocados por los jabalíes en un melonar
Imagen de los destrozos provocados por los jabalíes en un melonar AVA-Asaja

La población de jabalíes en la Comunidad Valenciana está definitivamente descontrolada. Ocupan playas, calles y, por supuesto, campos y huertos, donde buscan cualquier animal o planta que les sirva de alimento. Rafael Francés, delegado de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) quedó desolado al descubrir el pasado martes que su campo de melones había quedado arrasado por estos animales. "Hasta ahora atravesaban los huertos, arrancaban algo, pero nunca se habían alimentado de esta fruta", explica Francés, quien añade que, puesto que la población es cada vez mayor, necesitan nuevos alimentos para abastecerse.

La cosecha arrasada asciende a entre 3.000 y 4.000 kilos de melones, una fruta poco habitual en esta zona de la Comunidad, y que ahora es todavía menor debido a los daños producidos por este animal.

"Los jabalíes no tienen depredador, solamente el hombre, y ellos comen de todo, conejos, caracoles, y cualquier planta", explica este agricultor, quien añade que en los últimos tiempos se ha notado un descenso de la población de perdices en la zona, algo que achacan también al apetito de este mamífero. "No tienen miedo a nada", señala Francés.

Explica que cerca de esta localidad del sur de la provincia de Valencia, en Fontanars del Alforins, se han producido también casos de destrozos en las vides, un cultivo muy extendido en esta zona dedicada en gran parte a la viticultura y conocida por sus buenos vinos. "Como las cosechas son muy grandes los daños se notan menos, pero al sumar, los destrozos son enormes", explica el delegado comarcal de AVA.

Compromiso de Aguirre

El nuevo conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, está ya al tanto del problema que supone la superpoblación de jabalíes para los cultivos de la Comunidad Valenciana. El pasado día 4 de agosto representantes de AVA acompañaron al dirigente a un campo de naranjos en la localidad de Picassent especialmente afectado por la fauna, como muestra de los daños que producen estos animales.

El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, valoró el compromiso anunciado por Aguirre de reunir a todas las partes implicadas, junto a la Conselleria de Medio Ambiente y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), a fin de estudiar medidas que permitan tanto reducir el exceso de fauna silvestre como ayudar a los agricultores afectados.

Aguado aseguró que “los daños aumentan año tras año, se extienden a toda la agricultura de la Comunitat Valenciana y en este 2023 superaremos con creces los 40 millones de euros de pérdidas de 2022. Además de incentivar la caza, la Administración ha de buscar más soluciones prácticas apoyadas en la política y los centros de investigación”.

El conseller de Agricultura lamentó “que hemos llegado a esta plaga por una mala gestión y una dejadez del anterior Consell. Este gobierno va a estar al lado de los agricultores. Vamos a escuchar a las organizaciones agrarias para estudiar las posibles soluciones. Es evidente que hay que tomar cartas en el asunto y controlar el exceso de población, que se está multiplicando a una velocidad desesperada”.

El propietario del huerto, Daniel Delgado, indicó que “el campo está vallado pero aún así los jabalíes continuamente entran y causan destrozos que ya son imposibles de arreglar. He decidido que voy a dejar de seguir gastando dinero y perdiendo tiempo en estos agujeros que dejan las raíces de los naranjos al descubierto y ocasionan la muerte del arbolado, rompen gomas de goteo, ocasionan desniveles que pueden causar accidentes de tractor o personas trabajadoras, etc.”

Por su parte, el delegado de AVA-Picassent, Paco Laza, recordó que “al menos el 70% del término municipal está afectado por los jabalíes. Se trata de un problema muy grave, que nos encontramos prácticamente todos los días, y ante el cual urgen menos limitaciones a la caza y ayudas directas a los agricultores para costear los gastos y compensar los daños sufridos”.