Medio Ambiente
Jorge Mataix: "Los incendios forestales ya no son lo que eran por la energía que liberan"
Es Catedrático de Edafología y Profesor de Grado en Ciencias Ambientales la Universidad Miguel Hernández de Elche, Alicante
Jorge Mataix Solera (Alicante; 1968) es Edafólogo, es decir, experto en suelos. Es además socio de honor de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo, SECS, de la que fue presidente entre 2017 y hasta este mismo año.
¿Qué hace exactamente un edafólogo?
Un edafólogo es alguien que se dedica a la ciencia del suelo. En mi caso mi principal línea de investigación es estudiar qué impacto tienen los incendios forestales en los suelos.
Y, tras un verano de incendios en el noroeste y centro de España ¿qué trabajo hay ahora por delante?
Una vez que el incendio ya ha pasado, hay que diagnosticar el estado del suelo y preocuparse por la erosión que podría llegar a producirse; es decir, tras un incendio, el suelo puede haber cambiado en sus propiedades, debido al calor recibido y además se queda desnudo, es por tanto más vulnerable y hay que estudiar si se pierde parte de él. Si se pierde la parte más fértil es cuando empieza un proceso de degradación. Y si no ocurre ese proceso de degradación, entonces es esperable que el suelo comience a recuperarse, porque no hay que olvidar que nuestro ecosistema está bastante adaptado a esta perturbación, lo cual no quiere decir que sea capaz de soportar cualquier tipo de incendio o cualquier recurrencia.
Entiendo que recuperar el suelo es una carrera de fondo…
Sí, esto no es tan fácil como decir se ha muerto todo y ahora hay que reforestar; lo normal ahora es que haya una regeneración natural, pero es un proceso que tarda un tiempo y si, por ejemplo, ahora llegan unas lluvias torrenciales, pues en esa zona en concreto habría que intervenir. No hay que meterse ahora rápidamente a reforestar, porque eso es un error. Digamos que tenemos un enfermo y hay que diagnosticar bien, antes de coger y darle un antibiótico.
¿Cómo se puede trabajar en prevención para que no se repitan los incendios del verano?
Que podían darse incendios como los incendios de este verano es algo de lo que venimos advirtiendo desde hace décadas, porque se estaban dando todos los factores. En 1994 y 1989 se dieron incendios también terroríficos, superando incluso en número de hectáreas las de este verano, pero más espaciados en el tiempo y sin ser incendios tan intensos y devastadores como los de este verano.
Los llamados incendios de sexta generación…
Ahora tenemos en España mucha más masa forestal que la que había en los años 50 o 60. ¿Por qué? Porque antes era un país más rural, había pueblos ocupados y, sobre todo, un uso agrícola o agroganadero. Eso mantenía menos cobertura vegetal en los entornos cercanos a los pueblos y a los campos agrícolas, y por tanto un paisaje más heterogéneo. Pero los cambios sociales hacen que la gente se vaya más a las ciudades y los pueblos se van abandonando. Todo ese terreno que antes era cultivado se empieza a recolonizar otra vez por el bosque, es decir, el bosque empieza a recuperar su sitio, sin que haya habido una gestión suficiente en prevención. Ahora tenemos más de la mitad de la superficie de España que es bosque.
Y a ello se suma el calor...
Exacto, se suma que hay un cambio climático, tenemos más semanas de condiciones de verano, más olas de calor, más periodos de sequías, y temperaturas más altas. Así, lo que antes habría sido un incendio que, por su intensidad, se podía apagar, ahora, en cambio, algunos de esos incendios son realmente monstruos; y a algunos de los que hemos tenido este año se les llama de sexta generación, y es porque son incendios en los que se está liberando tanta energía que son capaces de cambiar la meteorología propia de esa zona. Entonces se puede crear un pirocúmulo, una nube ardiente, que en ocasiones se desploma y empieza a generar otros incendios.
¿Cuál es la solución?
Lo único que podemos cambiar es el escenario, es decir, tratar de volver a tener un país algo más rural y ayudar a esa gente que está ahí, en los pueblos. Los cultivos de secano, como los olivos o los almendros, son realmente barreras contra el fuego porque el fuego a lo mejor pasa, pero baja la intensidad, y es más fácil pararlo pero si tengo enormes extensiones de bosque muy homogéneo, el fuego corre sin freno.
¿Hace falta mayor inversión en prevención de incendios?
Sí, pero a los políticos les cuesta mucho invertir en prevención, porque es destinar dinero a algo, como un incendio, que igual ocurre o igual no. Hoy en día hay algunos incendios que no se pueden apagar por muchos medios que utilicemos para ello, porque la energía liberada es tan grande que no es posible, estamos fuera de capacidad de extinción en algunos casos. Los incendios de hoy ya no son lo que eran por la energía que liberan.
¿Cuál es la situación en la Comunidad Valenciana?
Aquí lo que más preocupa es que llevamos varios años de sequía y en algunas zonas hay una gran cantidad de pinar muerto; el pino muerto es una bomba. Y esos pinos están además en toda la zona de costa, una zona que está llena de urbanizaciones, en lo que llamamos interfaz urbano-forestal. Por tanto, los incendios en esas zonas pueden generar un grave problema, que no dé tiempo a evacuar a la gente. En los incendios de este verano ha habido algunas muertes, pero podría haber sido peor. En los pueblos del oeste y centro de la Península vive relativamente poca gente y es más fácil evacuarla. No ocurre lo mismo en las urbanizaciones de la costa de la Comunidad Valenciana. Espero que se empiece a invertir más en prevención, pero claro, no se puede solucionar un tema como este de un año para otro. Entonces hay que empezar por donde mayor riesgo hay, donde hay gente. Porque el monte ya se recuperará… o no, pero lo que no puedes permitir es que se muera gente.
¿El problema es hoy día la causa del incendio?
El principal problema no es la causa de la ignición, sino la causa de la propagación; la mayoría de veces los incendios son provocados, y la mayoría se deben a negligencias; por ejemplo, a que se ha escapado una quema agrícola o a que, al hacer una barbacoa, se han tirado unas cenizas que aún estaban incandescentes. Pero también somos culpables el resto de la sociedad por tener el monte como lo tenemos y debería ser una culpa compartida absolutamente. Hay que pensar no solo en la causa de la ignición, sino en la causa de la propagación.
Hay un término que se utiliza, que es mosaico; tenemos que intentar volver a tener un paisaje más en un mosaico que sea con diversidad de usos en el suelo, no todo forestal, no todo agrícola y no todo labrado, sino que hayan zonas de ganadería extensiva, donde hay ganado que se pueda volver a introducir o extender, zonas agrícolas combinadas con bosque pero con más diversidad de especies…
Parece que nadie esperaba los incendios de este verano…
Pues podrían haber ocurrido el verano pasado pero han ocurrido éste y van a volver a pasar; este año han sucedido en la zona noroeste de España y del centro, pero otros años han tenido lugar aquí en la Comunidad Valenciana. Pero, o se hace un Pacto de Estado e invertimos más en prevención a largo plazo, o igual en un futuro ocurre lo mismo que en otros países cercanos como Portugal o Grecia, donde ha habido incendios con muchos muertos de golpe, de personas que, por ejemplo, se quedaron atrapadas en coches en un atasco y no podían salir. Es algo que no pensamos que pueda pasar y pasa. Mira lo que pasó con la DANA.