Medio Ambiente
El parque La Marjal de Alicante, un modelo en infraestructuras anti-inundaciones
El paraje, junto al Clot de Galvany de Elche, es el banco de pruebas para aplicar soluciones digitales a la naturaleza
Antes de que la palabra dana -acrónimo de depresión aislada en niveles altos- formara parte del vocabulario de la sociedad de hoy día, Alicante se convirtió en la primera ciudad de España en construir un parque inundable, La Marjal. Corría el año 2015 y la infraestructura fue todo un hito en obras anti-inundaciones.
Porque, aunque no se habían producido las dos danas -grandes riadas- de septiembre de 2019 en la Vega Baja, al sur de la provincia de Alicante, y de octubre de 2024 en la provincia de Valencia, la ciudad de Alicante había vivido episodios de lluvias torrenciales muy intensas.
Tan intensas que se decidió crear un oasis de lagunas y vegetación en la playa de San Juan, es decir, a apenas 7 kilómetros del casco urbano.
Mucha agua en poco tiempo
El parque se construyó tomando como referencia las lluvias torrenciales que se produjeron en Alicante en 2007 y ahora, y tras la dana de Valencia este tipo de infraestructuras se ha demostrado que son necesarias, según los expertos en climatología. «Ahora cae gran cantidad de agua en un breve espacio de tiempo, y un parque inundable retiene el agua y evita que se inunde la zona cercana al mismo», explicó a LA RAZÓN el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante y director del Laboratorio de Climatología de la UA, Jorge Olcina.
«Es un ejemplo a seguir en ciudades del arco Mediterráneo», agregó para matizar que es «una obra que integra un espacio verde en un entorno urbano y que tiene el fin de evitar inundaciones».
«No se trata de una obra de ingeniería que rompa un trazado urbano, canalizando el cauce de un río, sino que se integra un espacio verde en un entorno urbano», añadió. Es, por tanto, una infraestructura que responde a los extremos del clima -calor en exceso y lluvia, también en exceso, pero pocas veces al año- que provoca el cambio climático.
En la provincia de Alicante existe otro parque inundable, el Recorral, en Rojales, en la comarca de la Vega Baja, es decir al sur de la provincia, y en Santiago de Chile, hay otro, según Olcina. Ahora, La Marjal, y por decisión del Consejo de Administración de Aguas Municipalizadas de Alicante, se convertirá en un espacio de pruebas para un programa piloto, el Proyecto IRIS, para poner en práctica soluciones digitales en la naturaleza. Un proyecto en el que La Marjal va de la mano con el paraje natural El Clot de Galvany de Elche.
Como parte de las actuaciones previstas para dicha digitalización del Parque La Marjal se incluyen la implantación de monitorización en tiempo real de la biodiversidad, el flujo de visitantes, la calidad del agua o la meteorología. También se prevé el desarrollo de una aplicación interactiva destinada a la ciudadanía con información medioambiental y sobre la biodiversidad del parque.
Más de 100.000 euros
Con un presupuesto para Aguas de Alicante de 106.800 euros, el proyecto IRIS cuenta con la participación de Aguas de Alicante, Aigües d`Elx, Cetaqua Centro Tecnológico del Agua y Aquatec.
La puesta en marcha de este proyecto supone el colofón al décimo aniversario del Parque La Marjal, referente a nivel nacional e internacional, efeméride que lleva conmemorándose a lo largo de todo 2025 con actos de diferente índole y que culminará el próximo 19 de octubre con un evento abierto a la ciudadanía y una oferta de actividades para todos los públicos.
Siguiendo este modelo, Alicante tendrá otros tres parques inundables que se ubicarán en Vía Parque-Teulada; un parque urbano en la cabecera del barranco San Blas y un parque urbano inundable de la avenida de Elche. En Alicante además está previsto la construcción de 12 depósitos, o tanques, de retención y acumulación de agua pluvial como el que hay en el barrio de San Gabriel.
Hasta 45.000 metros cúbicos
El parque La Marjal es capaz de almacenar hasta 45.000 metros cúbicos de agua de lluvia, y se creó a raíz de las inundaciones del año 2007 para evitar que, como ocurrió entonces, el agua anegara una zona de la playa de San Juan.
Sus estanques y sus zonas verdes, con sus características paisajísticas singulares, convierten este enclave en un auténtico refugio para la biodiversidad, lo que ha propiciado un ecosistema que alberga flora y fauna, aves, principalmente, al tiempo que es un verdadero pulmón verde para la ciudad.