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Así será la vuelta del mundo de la cultura: cines a medio gas, museos sin turistas y teatros semi vacíos

Los planes del Gobierno para regresar a la normalidad dejan a bastantes sectores en la incertidumbre y a otros heridos por la propia pandemia. La industria, cansada de esperar y con dudas sobre la desescalada, exige ayudas concretas al ministro prometidas para el próximo 5 de mayo
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Aunque los números que nos arroja el COVID-19 no sean todo lo optimistas que nos gustaría, de hecho, siguen siendo bastante feos, parece que se va viendo alguna sombra al fondo. En el horizonte se vislumbrar también la cultura: cine, teatros, exposiciones, conciertos y librerías más allá de nuestras casas y pantallas. Un lujo viendo de donde venimos. Pero para eso todavía debemos esperar al paso de las diferentes fases: 1, 2, 3 y la llamada «Nueva normalidad», en la que podremos movernos de forma parecida, que no igual, a lo que conocíamos. Una desescalada que trae nuevos y graves problemas.
Cine: 43,5 millones menos
Los exhibidores de cine han sido los primeros en dar cifras de lo que suponen las medidas de desescalada anunciadas ayer por Sánchez en las arcas del cine. Las pérdidas ocasionadas por la reducción del aforo en las salas españolas durante la fase 2, cuando entran en acción, serán de 43,5 millones de euros mensuales, según apuntó ayer la Federación de Cines de España (FECE). Dato al que habría que sumar los más de 100 millones de euros de pérdidas acumulados durante el estado de alarma. De esta forma, el sector pide ayudas proporcionales a la falta de ingresos. No obstante, sabedores de que «supondrá un icono y un signo de la vuelta a la normalidad», el mundo del cine no se niega a la apertura de las salas. Tal y como ha señalado FECE (representantes del 80% de las salas españolas), se ha elaborado un protocolo de actuación con diez medidas para dotar a los cines de «los mecanismos necesarios para garantizar la seguridad de los trabajadores y espectadores». Así, se fomentará, como vía principal de compra, la venta de entradas por internet y se recomendará el pago con tarjeta sin contacto y el corte físico de las entradas se sustituirá por el control de lectura visual o a través de lectores digitales. Respecto a las distancias de seguridad, «se respetará a lo largo de todo el recorrido del espectador», desde la taquilla hasta que se abandone la sala. Además, habrá un control del aforo y se facilitará la agrupación de convivientes manteniendo la debida distancia con el resto de los espectadores».
Teatro: abrir al completo
La reacción del teatro no es diferente al resto de sectores. Celebra vislumbrar ese horizonte con «vida cultural», pero lo que prima es la «cautela, que luego hay que leer la letra pequeña». Lo dice el director del Festival de Almagro, Ignacio García. Ha echado cuentas y, si la desescalada se extiende hasta las ocho semanas (lo que se ha llamado «el peor de los escenarios»), estaría en plazos para estrenar el primer jueves de julio. Por ello García propone su muestra de teatro, al igual que las otras citas veraniegas, como «un laboratorio ideal para aprender una nueva forma de volver a las salas». En este punto de «transición» coincide con Jesús Cimarro, aunque el presidente de Faeteda y director del Festival de Mérida, hace hincapié en la medida que pretende abrir los teatros con un tercio del aforo en la fase 2: «Es inviable», zanja. «No tiene lógica que las iglesias puedan abrir con un 50% de la capacidad y nosotros no. Pero lo ideal sería poder abrir por completo y con las condiciones sanitarias y de higiene oportunas en septiembre si es necesario». Por eso insta al Ministerio a cerrar nuevas reuniones para «plantear las características del sector». Un acuerdo en el que el teatro no contempla abastecerse de EPIs ni de test para la vuelta a una normalidad que, cuentan, «necesita meses porque se requieren muchos ensayos. No podemos subir al escenario de la noche a la mañana». Por esta circunstancia Carlos Aladro, director de La Abadía, está deseando abrir, «para empezar a hacer vida de teatro». Por otro lado, no se atreven a dar cifras de los sobrecostes que le supondrá equipar a los teatros de las medidas sanitarias «porque no sabemos bien qué se nos va a pedir ».
Librerías: pérdidas del 80%
Las librerías, como los demás establecimientos de España, tendrán que regirse por las medidas establecidas por el Gobierno. Desde hacía semanas, sus propietarios, que nunca habían dejado de atender vía «online» a sus clientes, se venían preparando para una reapertura. De momento, atenderán a partir del 4 de mayo con cita previa y, desde el 11, abrirán con un horario restringido. Tendrán aforo limitado y habrá mamparas de separación. Los libreros llevarán guantes y en las entradas habrá gel para desinfectarse las manos. Todos estos requisitos ya se estaban llevando a cabo estos días atrás y no supone un desembolso extraordinario para estos establecimientos. Lo que sí queda pendiente todavía es una reivindicación que todavía no ha sido atendida por los responsables del Gobierno. A pesar de que las ventas a través de canales de internet y de los «ebook», la realidad es que la facturación ha caído en estas semanas alrededor del 80 por ciento, más de la mitad se han acogido a ERTES, aparte de que un 60 por ciento se han acogido a créditos que todavía están pendientes de que se examinen. La situación, en este punto es crítica, porque, a esta realidad hay que sumar la cancelación de Sant Jordi, la Feria del Libro de Madrid y el Día del Libro. Por eso, entre los libreros cunde la preocupación. Todavía no han visto por parte de las administraciones pertinentes unas medidas claras que les ayuden a remontar la crisis actual. Aunque las cifras están claras. Desde el sector se insiste que el comercio interior ha caído a la mitad, lo que supone unos 1.200 millones de euros, y un 70% en el exterior, lo que se traduce en 400 millones de euros.
Arte: con entrada reservada
Las galerías de arte han sentido los efectos de la pandemia en sus carnes. El cierre ha significado pérdidas de muchos miles de euros, exactamente más de 25.000 euros de media por espacio, según el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo. De ahí que al comienzo de la crisis del coronavirus decidieran pedir medidas concretas. La presidenta de esta asociación, la galerista Idoia Fernández, decía «que no nos dejen para los últimos». Y así ha sido. Espacios pequeños como las galerías de arte podrán abrir en fase 1, aunque quién sabe a lo que se tendrán que enfrentar. «El camino que tenemos por delante es largo. Hasta que podamos volver a vender un cuadro va a ser bastante complicado. Quiero saber, por ejemplo, cuándo voy a poder hacer una inauguración o dar una charla». Desde Caixaforum, adelantan que «sus centros culturales y científicos abrirán las puertas en el momento en el que el equipamiento de cada provincia entre en la fase que lo permita». Para el Reina Sofía, el Prado y el Thyssen empieza la cuenta atrás. Casi todos calculan que estarán listos quizá en un mes En ocasiones habrá que reservar la entrada. Las medidas que han adoptado son las comunes mascarillas, distancia de seguridad, un tercio del aforo y cero folletos, que se sustituirán por descargas en PDF que se podrán hacer desde el móvil. Para museos tan grandes como El Prado hay otro problema ¿Cómo pautar las visitas en salas tan desiguales y tan concurridas como la de El Bosco o Las Meninas?
Música: un aforo imposible
Los promotores musicales lamentan que las condiciones del Gobierno en esta «nueva normalidad» dejan fuera a «prácticamente la totalidad de la música en directo» y piden al Gobierno que marque «una fecha que marque hasta cuándo no se van a poder hacer conciertos y festivales para que así, con esa situación de fuerza mayor, podamos empezar a trabajar en las cancelaciones y aplazamientos y comunicarlo al público». El tema de la causa de fuerza mayor es una de sus principales reclamaciones que esgrime el sector. Las salas de conciertos consideran «inviable» volver a su actividad con las estrictas reducciones de aforos planteadas. Un portavoz de la Federación de Música dijo a Europa Press que el sector espera medidas concretas de apoyo el 5 de mayo para paliar las pérdidas a las que se enfrenta el sector, estimadas en más de 662 millones de euros hasta septiembre de este año.
El sector, pendiente del ministro el 5 de mayo
Después de dos reuniones telemáticas infructuosas entre el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, y los diversos sectores de la cultura, llegó una tercera en la que las aguas se calmaron. La presencia de la ministra de Hacienda pareció otorgar carta de naturaleza económica a las principales reclamaciones de las diversas industrias, pero no se llegó a ninguna conclusión concreta. Se fijó una fecha, el 28 de abril, pero fue la elegida por el presidente del Gobierno para presentar los planes de desescalada. Así que el departamento de Cultura aplazó la cita hasta el 5 de mayo, es decir, el martes que viene. Esa será la hora de la verdad, cuando se espera que el Gobierno plantee de qué manera va a tratar de paliar la crisis que tiene encima el sector cultural y que puede agravarse aún más.