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La desescalada del Reina Sofía: Solo 30 personas frente al «Guernica»

El nuevo recorrido privilegia los nombres de los grandes artistas. Es la hora de apostar por la colección
Luis DíazLa Razón

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Con todas las medidas sugeridas por el Ministerio de Sanidad y un recorrido planificado con cuidado para reducir riesgos, el Reina Sofía abrirá este sábado las puertas. Para evitar incidentes y que los asiduos al museo puedan pasear por sus salas y disfrutar de sus obras sin preocuparse por nada, se ha procedido a una señalización de la ruta, un control del aforo (al treinta por ciento) y del flujo de personas y una sola y única dirección de visita: se entra por un acceso y se sale por otro para evitar aglomeraciones. También se ha decidido que todo sea digital para que no haya que tocar nada. «También inauguraremos dos exposiciones en julio. Una en el Palacio de Cristal dedicada a Petrit Halilaj y otra en el edificio Sabatini, de Concha Jerez. Luego va a haber programas educativos, recorridos y estrategias para que la visita siga siendo atractiva. Aunque la principal novedad va a ser la posibilidad de disfrutar de cada una de las piezas con tranquilidad. Más que contenidos lo que va a contar a partir de ahora es la experiencia en sí. Va a ser otra manera de acercarse al arte», comenta Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía.
La principal preocupación en esta etapa «post-coronavirus» es volver a recuperar a los visitantes, sobre todo a aquellos que son renuentes a volver por miedo o precaución. El turismo internacional, que se prevé que este verano se reduzca o, por lo menos, no sea tan numeroso como en años anteriores, obliga a centrarse en el nacional. Para eso se ha diseñado un itinerario. «Hay que trabajar con la colección en los próximos meses y ver qué relato se hace, que nos planteamos mostrar, qué mensaje queremos proyectar. Vamos a abrir la parte dedicada al “Guernica”, porque es obvio, pero también porque este cuadro está relacionado con la Guerra Civil, la República y es un momento en que los artistas están implicados con su época, en que se replantean cuál es el papel del artista en un contexto determinado, marcado por la urgencia y la solidaridad. Por todo esto tiene sentido y es relevante», afirma Borja-Villel.
Primer lenguaje global
A partir de este icono, el centro de arte ha creado un recorrido que parte del cubismo de después de la Primera Guerra Mundial, «porque es el primer lenguaje internacional, global. El cubismo se hace en París, en Argentina, en Uruguay». Para el director de la institución este elemento de globalización tiene que ver precisamente con la experiencia internacional por la que acaban de pasar todos los países con el coronavirus y que ha demostrado cómo todos estamos interrelacionados.
Otra parte que se aspira a potenciar es el Surrealismo y Dalí, del que se han recuperado obras que permanecían en préstamo o que habían estado demasiado tiempo fuera del museo y que ahora vuelven a las salas para que el público disfrute de ellas. Este hilo nos va a llevar finalmente hasta Ángeles Santos, «que es una manera de mostrar que podemos imaginar otros mundos y que estos van a atener que ser más empáticos que los que nos rodean».
Esta potenciación de lo propio proviene de las dificultades que habrá en el futuro para realizar grandes exposiciones. «Da la impresión de que existe una demonización del formato expositivo, que es importante porque nos permite ver cosas y descubrir relaciones que no habías imaginado jamás. En el futuro habrá exposiciones y se hará un esfuerzo extra para hacer préstamos, pero lo que no va a ocurrir es una sobreproducción de megaexposiciones, sobre todo si no llevan aparejada una investigación y solo se trata de atraer gente de manera indiscriminada».
El papel de los iconos
En este contexto lo que vuelve a estar en el ojo del huracán son los iconos. Manuel Borja-Villel tiene claro cuál es su papel en este momento:«Los iconos, aparte de para las masas de turistas, funcionan a otro nivel. Más allá del “Guernica”, nosotros siempre hemos hecho énfasis en la institución. El símil que me gusta para un museo es el de contemplarlo como una ciudad. Tú vas a París porque tiene el Louvre o un monumento, pero también deseas ver la ciudad y dejarte sorprender por lo que encuentras. Esto es lo que reivindicamos. El Museo es más amplio que el “Guernica”. Y el “Guernica” es muy importante. Esto es lo que estamos intentado trasladar. Las personas que vengan siempre van a disfrutar de algo interesante y que es nuevo, que les interpela. Esta es la estrategia. Los iconos son importantes y atractivos y, sobre todo porque acaparan abundantes significados. El “Guernica” es Picasso, pero también es el exilio y la transición. Si de algún modo estas obras son capaces de convocar esta pluralidad de ideas, supongo que también atraerá una pluralidad de público. Hoy lo esencial en un público es la multiplicidad de minorías. Eso es más relevante que una mayoría, porque nos permitirá llegar a más gente, crear más flujos e itinerarios. En definitiva, la crisis y la pandemia nos va obligar a algo que llevo pidiendo desde hace mucho: que el público disfrute de la experiencia artística».

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