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Chus Martínez: “El cómic es arte y necesita el espacio y los medios para desarrollarse”

La comisaria, ex conservadora jefe del MACBA, analiza las declaraciones de Nuria Enguita sobre la consideración artística del cómic

Cuando el mundo del arte creía que se había superado, por fin, el debate sobre el cómic como disciplina artística y se había zanjado su presencia o no en los museos de arte contemporáneo, Nuria Enguita, la directora del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) sorprendió a propios y extraños preguntándose en la publicación “Cartelera Turia” si el cómic es arte. En concreto, la responsable del arte contemporáneo valenciano dijo: “La misión de este museo es el arte contemporáneo. La pregunta sería si es el cómic es arte. A mí me interesaría mucho que hubiera lugares donde se investigara sobre cómic, sobre diseño, fotografía, etc. Debe haber instituciones donde eso sea posible. ¿Va a estar el cómic en este museo? Tendré que verlo en el contexto de la programación y de la colección”.

Después de que se levantara, de nuevo, una polvareda tremenda entre los autores para defender su disciplina, Enguita matizó sus palabras y dio a entender que no se preguntaba si el propio cómic era arte, sino si todo, dentro del cómic, debería ser considerado arte. En entrevista con LA RAZÓN, Chus Martínez (1972) sopesa la polémica en calidad de comisaria de arte, directora del Instituto de Arte de la Academia de Arte y Diseño de Basel (Suiza) y ex conservadora jefe del MACBA y del Museo del Barrio en Nueva York. Profesional en la vanguardia, su voz es una de las más escuchadas y valoradas en el mundo del arte a nivel internacional.

P.-¿El cómic es arte?

R.-Por supuesto. La cuestión, leída la entrevista con Nuria, es que ella habla desde el contexto de un museo de arte moderno, que no es necesariamente uno que pueda acoger la historia del cómic. Eso no significa que no pueda haber una exposición de cómic en un museo de arte moderno. En absoluto. Yo estoy a favor de eso e imagino que ella también. El cómic es arte y necesita el espacio y los medios para desarrollarse. Ese contexto tiene otra etimología distinta que el arte moderno, que surge de unas raíces. La cultura del cómic, la cultura visual, que además se ha desarrollado en muchos puntos distintos, es interesantísima. No hay lugar para la polémica. Nadie quiere destruir, sino preguntar cuál es el contexto para cada cosa.

P.-¿Un museo de arte contemporáneo puede ignorar géneros y lenguajes como el cómic o la fotografía?

R.-Leídas las declaraciones de Enguita creo que lo que intenta decir es que el museo de arte moderno no se puede ocupar de todo sistemáticamente. Ella es una persona muy precisa, y lo que intenta decir es que no nos podemos ocuparnos de todo en profundidad. Quién dude de que Nuria Enguita no se ha ocupado de la fotografía, o de que en la mayoría de sus exposiciones no hay un componente fotográfico y documental increíble… La cuestión sería el cuándo y el cómo. Uno de mis géneros favoritos, una de mis pasiones, es la cerámica. O Aurora Muñoz, una de las mayores artistas españolas dedicadas al macramé, al tejido de la fibra. No hay ningún problema a la hora de incluir. Pero, repito, cuándo y cómo. Todos los géneros tienen su historia y sus expertos. No todo tiene que estar en todas partes. Muchas veces desde fuera uno tiene la sensación de que estamos obsesionados por el reconocimiento del museo. Eso no significa que no pueda crearse un museo de la fotografía, del diseño, del cómic, sino que el museo de arte contemporáneo no siempre está capacitado para acoger todos los géneros, aunque tampoco significa que puntualmente no lo haga, y es imposible pensar que Nuria no vaya a acoger exposiciones de fotografía, cómic, diseño, etc., puntualmente. Pero el museo no se puede ocupar del medio específicamente.

P.-Quizá los autores de cómic se han sentido maltratados.

R.-O quizá no tenemos gremios específicamente consolidados. En suiza, por ejemplo, todo lo que son artes aplicadas tienen muchísimo más prestigio que las bellas artes, tú a un suizo le hablas de pintura, escultura, performance, pues le encanta, claro, pero lo que de verdad les mueve son las artes aplicadas, la gráfica, la cerámica, etc.,, y no ven ningún problema jerárquico en eso. Pero nuestra sociedad es muy jerárquica. Que un museo de arte moderno legitime al cómic es ridículo. El cómic se legitima por sí mismo. Las artes que tienen una aplicación narrativa, de storytelling, no tienen ningún complejo, hoy por hoy tienen mucho más éxito que las artes autónomas, por utilizar conceptos históricos y tradicionales. En ese sentido da un poco igual que tenga que legitimar el museo. El museo está ahí para ayudarte y para ser un interlocutor, pero no necesariamente para ejercer de pope que legitime nada, y de nuevo creo que Enguita se refería a eso. Nos tenemos que dar más libertad, nadie está en detrimento de nadie, y ese es el gran problema. En Suiza no podría tener lugar esta conversación. Dirían: estos señores están locos. El cómic es maravilloso. Debe encontrar sus propios medios y su contexto, y luego, en ese contexto, puede encontrar los puentes para el contemporáneo o moderno.

P.-Me preguntaba si a veces lo institucional nos importa más que lo real

R.- Yo trabajo mucho y me interesa el videojuego, y con otras formas creativas de imagen activada, nuestro país ha tenido una increíble tradición del cómic, y lo mismo sucede con los videojuegos, y hay una gran comunidad. Pero la cuestión es si mañana fuera la directora de un museo nacional, la clave es si puedes saltar y acogerlo sin crear unas condiciones, sin ir paso a paso. A lo mejor los museos de diseño y de cultura contemporánea son más adecuados que los de arte moderno. Ojalá hubiera un gran museo de cultura contemporánea en Valencia que coexistiera con el instituto valenciano de arte moderno, y la primera interlocutora de ese otro instituto sería la directora del IVAM. Al final todas estas reflexiones tendrían que plantearse en positivo. A veces hemos dado la espalda a las artes aplicadas, pero tampoco tienen porque deba pasar necesariamente por determinados museos, hay otros contextos muy válidos, la modernidad en nuestro país ha pasado por muchas facetas, antes citaba a Aurora Muñoz, y estaría bien ser un poco más libres, no acudir siempre a la misma puerta, y a lo mejor es una gran oportunidad para pedir más, un instituto nacional del diseño que incorpore las artes aplicadas, todo tipo de narrativas, de la gráfica a la cerámica, no hay que ir contra nadie, sino que necesitamos más.