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Arte

Decepción ante la venta de la niña del “hula-hoop” de Banksy a una galería

La obra fue retirada ayer por trabajadores de una empresa especializada ante las críticas de los vecinos: “Es una verdadera lástima”

Obra de Bansky conocida con el sobrenombre de "Niña del hula-hula"
Obra de Bansky conocida con el sobrenombre de "Niña del hula-hula"BanskyLa Razón

La obra de Banksy es callejera. Además de misteriosa por no ponerle aún cara a su autor, es crítica con la sociedad actual. Principalmente, la obra de Banksy rechaza el egoísmo al que nos somete el capitalismo, así como a satiriza las injusticias que acarrean el poder y la ambición por el dinero. Por ello, sus obras no se venden, ni se subastan, sino que están a pie de calle, donde todos las puedan apreciar. Durante una subasta, se hizo viral cómo una obra suya se autodestruyó antes de fijar la puja. Otra forma de destrozar otra de sus pinturas fue cuando se grafiteó la que se exponía en un muro de Bristol. Ahora, sus seguidores han vuelto a manifestar su decepción, esta vez, por la venta de otra de sus creaciones.

Un mural de Banksy en Nottingham, donde se muestra a una niña con un “hula-hoop” junto a una llanta de bicicleta, ha sido retirado y vendido a una galería de arte de Essex, condado de Inglaterra. Así, la obra, que apareció en el costado de un edificio en Rothesay Avenue en octubre y que reclamó Banksy a través de su instagram, va a perder parte de su esencia al estar escoltada por muros y vigilancia.

Según publica “The Guardian”, Brandler Galleries, en Brentwood, compró el mural al propietario del edificio por una suma de seis cifras, así como fue retirada por trabajadores de una empresa especializada ayer por la mañana. Así, no es la primera pieza de Banksy con la que se hace John Brandler, propietario de la galería: también compró “Season’s Greetings”, que apareció en un garaje en Port Talbot, Gales, en 2019.

Brandler explica a la publicación británica que su objetivo es el de exhibir el mural del “hula-hoop” en una exposición en el Moyse’s Hall Museum -en St Edmunds, Inglaterra-, a finales de este año. Una intención que encajó perfectamente con el propietario del Rothesay Avenue, quien se ha mantenido al anonimato y que, según explicó a “Nottinghamshire”, habían querido donar anteriormente el mural, pero “las discusiones con varias organizaciones locales, benéficas y organismos nacionales” no habían ayudado.

La decepción, no solo de los seguidores del artista, sino ante todo de los vecinos de la zona, es evidente. En redes sociales las críticas se suceden al ser tan injusta como incomprensible la venta de esta obra. “Me entristece que el Banksy de Nottingham no se quede en Nottingham, fue puesto allí por una razón”, tuiteó una persona.

“Mucha gente en Nottingham se siente destrozada por esto. Es una verdadera lástima”, escribe otro usuario. Mientras que otro añadió que “el arte callejero de Banksy no tiene paz: enamora a los habitantes de Nottingham, que ahora lamentan que una galería pague una suma de 6 cifras por fichar y encerrar un Banksy. ¿Quién cobra? El propietario de la pared. Banksy en silencio reivindica sus obras en instagram”.

Por su parte, Simon Bristow, de la junta de rejuvenecimiento de la ciudad del Proyecto Nottingham, recuerda que esta obra “fue genial para la ciudad, llegó en medio de la pandemia cuando todos estábamos pasando por un momento terrible, y hubo un momento brillante de disfrute, alegría y deleite. Pero, ahora, lamentablemente, está en manos de otra persona”.