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Historia

Polémica

¿Quiénes fueron Churruca, Gravina y Cervera, los tres almirantes del siglo XIX tachados de “franquistas”?

El Ayuntamiento de Palma ha decidido retirar el nombre de varias calles por una conexión con la dictadura que ha levantado ampollas en la red y entre los historiadores

"Muerte de Churruca" (1892), de Eugenio Álvarez Dumont
"Muerte de Churruca" (1892), de Eugenio Álvarez Dumont.La Razón

La guerra en los hemiciclos por reescribir la historia continúa un día más con su sinsentido. Parece la norma que cuando un mandatario, da igual el lugar, se sienta en su poltrona pública tiene que demostrar su modernidad y progresismo a base de trazar lazos históricos con el “enemigo”. El último en caer en la trampa ha sido el alcalde socialista de Palma, José Hila, quien, en complicidad con MÉS y Podemos, ha decidido darle una vuelta al callejero (y de paso a la enciclopedia) y cambiar las calles de Cosme Damián Churruca y Federico Gravina. Para él, dos tipos con una conexión directa con el franquismo.

Sin embargo, lejos de cumplir el deseo de Hila, estos dos almirantes destacaron por su participación en la batalla de Trafalgar (1805). De hecho, el primero de estos perdió la vida en dicha cita, como pintó Eugenio Álvarez Dumont en “Muerte de Churruca en Trafalgar” (1892). Se recogía así un episodio de principios del XIX que no puede distar más del imaginario franquista de más de un siglo después.

Por su parte, Gravina fue otro nombre destacado de la citada batalla e incluso elevado a los altares por el mismísimo Napoleón Bonaparte: “Gravina es todo genio y decisión en el combate. Si Villeneuve hubiera tenido esas cualidades, el combate de Finisterre hubiese sido una victoria completa”, llegó a confesar el emperador de los franceses.

A estas dos calles se suman otras diez como la del también almirante Pascual Cervera y Topete, en esta ocasión, combatiente de la Guerra de Cuba. Todas ellas retiradas por “su origen franquista”. Esta decisión se apoya en un censo de simbología franquista hecho por la secretaría autonómica de Memoria Democrática y “Bon Govern” en el que las calles citadas no hacen justicia a los militares, sino a los barcos de la armada franquista que conservaron sus nombres. El mismo caso que el de la calle Toledo, pensado, según el Consistorio “para ensalzar la gesta (franquista) del Alcázar de Toledo, durante la guerra de 1936”.

No se ha cortado el escritor Arturo Pérez-Reverte a la hora de entrar a valorar la decisión y, directamente, ha llamado “idiota” al alcalde. Todo con su correspondiente explicación: “Los destructores, que no cruceros, Churruca y Gravina no se llamaron nunca Almirante...nada. Lucían los nombres a palo seco, y se lo dice uno que creció junto a ellos en Cartagena (...) No me cuente milongas, que soy mayor para discutir chorradas con indocumentados”.

A lo que Hila respondía: “Señor Pérez-Reverte, como veo que le interesa el nomenclátor de Palma, quisiera explicarle de forma educada que las tres calles se pusieron en honor a tres navíos franquistas. Era 1937, el mismo año en que el bando nacional asesinaba al legítimo alcalde de la ciudad Emili Darder”.

“No me importa su educación, sino su ignorancia o mala fe”, proseguía el autor. “Nunca hubo barcos franquistas o republicanos llamados Almirante Churruca o Almirante Gravina. Ninguno de los destructores así llamados llevó la palabra Almirante. Pastelee, que es su oficio, mas no insulte la inteligencia”. Juzguen ustedes.