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Isabelle Huppert, la actriz que tuvo suerte durante la pandemia

La gran intérprete visitó el BCN Film Fest para presentar su paso por la comedia con «Mamá Maria» que se estrena la próxima semana
Marta PérezEFE
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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Todavía resuena el reciente paso por Barcelona de un ciclón llamado Johnny Depp dentro de la programación del BCN Film Fest. Pero el sábado fue el turno de uno de los grandes nombres del cine francés, una de sus grandes damas. Isabelle Huppert vino para presentar «Mama María», dirigida por Jean-Paul Salomé y que adapta la novela «La madrina», de Hannelore Cayre. En ella se pone en la piel de una traductora de árabe que trabaja para la gendarmería parisina. Una investigación policial hace que el personaje tome una decisión, decida darle una vuelta a su rutinaria vida para convertirse en alguien parecido a Walter White. Pero mejor será no contar más, salvo que la película nos muestra la faceta más cómica de una actriz a la que estamos acostumbrados a ver en papeles duros, demasiado duros. La cinta se estrena en nuestro país el próximo día 23.
En conversación con este diario, elegante y descalza, Huppert reconoció que no, que no se la tiene que ver únicamente como una intérprete dramática. Lo suyo va más allá de lo que hemos visto en «La pianista» o «Elle». «Yo hago mucha comedia en Francia, pero ese es el género más difícil de vender fuera. Me gusta mucho que “Mama María” llegue aquí porque es comedia, un producto que no se exporta bien porque es bastante identitario. No pasa muy bien las fronteras. Sí, esta película es una comedia, pero no es únicamente eso porque también puede ser universal y extraterritorial», aseguró la actriz.
Cuando se le pregunta qué tiene en común con Patience Portefeux, su personaje en «Mama María», contesta sonriendo que «la paciencia. Por eso me gusta mucho el nombre del personaje. Bueno, también el apellido que quiere decir “portafuegos”. Me ha resultado un nombre muy humorístico». Pero Patience va mucho más allá que esos guiños cómicos. «Es totalmente amoral, no inmoral. Con eso quiero decir que no es nada amistoso, sino que estamos ante alguien que tiene su propia moral. Eso es algo que también pasa con otros personajes de la película. Todas las mujeres son un pocos amorales. Ellas son las que hacen que avance la historia». reconoció la protagonistas de películas como «La ceremonia», «8 mujeres» o «La puerta del cielo».
Todo eso hace que resulte tentador preguntarle a la intérprete si se ve reflejada en el personaje, en las características que acaba de citar. «Patience es un personaje que actúa muy rápidamente. Todo se hace sin pensar, algo que me ha parecido muy divertido en el guion. Ella no dedica tiempo a meditar o a decir si lo que hace es o no peligroso, si está bien o mal. Ella se lanza. Yo, en cambio, no soy tan valiente. Tal vez si tuviera las oportunidades que tiene Patience posiblemente me lanzaría, pero no lo sé».
Otro de los protagonistas de «Mama María» es París, pero una ciudad que está muy alejada de la imagen de postal pensada para los turistas. Es el hogar de una inmigración que en ocasiones queda oculta en los medios de comunicación, más distraídos por la luminosidad y el colorido. Ese fue, como puntualiza Huppert, «uno de los objetivos que teníamos con esta película. Con Salomés hablamos de mostrar esta otra realidad, esta mixticidad, en esa convivencia. Son personas que pueden dar una imagen más cosmopolita de París y, por tanto, mucho más justa».
Durante la pandemia, la agenda de Isabelle Huppert no ha quedado vacía. En el momento de escribir estas líneas, tiene cuatro películas por estrenar, algunas de ellas tan interesantes como «L’ombra di Caravaggio», de Michele Placido, y que supone una aproximación al pintor italiano que da título a esa producción.
Sin parar de trabajar
Huppert reconoce que «no lo he pasado tan mal porque he tenido mucha suerte. No he parado de trabajar. A diferencia del cine, sin embargo, lo que sí ha estado más parado es el teatro. Los rodajes han continuado mientras que las salas teatrales han cerrado. Ahora estoy volviendo a los escenarios con una obra que tuve que interrumpir durante el confinamiento». Se trata de «Mary Said What She Said», una creación junto al director teatral Robert Wilson.
Será el teatro el que mantenga ocupado a la actriz por ahora. En el próximo Festival de Aviñón presentará, de la mano de Tiago Rodrigues «El jardín de los cerezos», de Chéjov. «Estamos empezando a abrir las sala en Francia y lo estamos haciendo con mucha energía», asegura Huppert con optimismo que prefiere no hablar, a preguntas de este periodista, sobre el papel que ha tenido la cultura en el confinamiento. «La cultura es un concepto amplio. No tengo respuesta», matiza.
¿Cómo ve el cine español en comparación con el francés? «El césped del vecino siempre brilla más verde, pero es verdad que en Francia tenemos mucha suerte porque nuestro cine es sólido y fuerte. Pero me gustaría trabajar en España y me gustaría con Rodrigo Sorogoyen y Alberto Rodríguez», concluye Huppert.