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Crítica de “Quo Vadis, Aida?”: madre coraje ★★☆☆☆

Un fotograma de "Quo Vadis, Aida?"
Un fotograma de "Quo Vadis, Aida?"ImdbImdb

Dirección y guion: Jasmina Zbanic. Intérpretes: Jasna Djuricic, Izudin Bazrovic, Boris Ler, Dino Bajrovic. Bosnia y Herzegovina-Austria-Rumanía-Holanda-Alemania-Polonia-Francia-Noruega-Turquía, 2020. Duración: 101 minutos. Drama.

Aida se cuelga del péndulo de la Historia, que, balanceándose en presente, pasa de lo micro a lo macro, y viceversa, con asombrosa velocidad. Una de las virtudes más admirables de la película de Jasmina Zbanic es, precisamente, su capacidad para cambiar de escala sin perder el foco: de la tragedia colectiva de la masacre de Srebrenica, con sus escenas de masas y sus gritos anónimos -en el hangar de la ONU, como si los ecos del Holocausto y sus cámaras de gas rebotaran en las paredes de uralita, o subiéndose a autocares con destino incierto, como los judíos en los trenes hacia los campos pero en la Europa autosatisfecha del pre-euro-, al drama individual de Aida, que gasta las suelas de sus zapatos y su voluntad férrea para salvar a su marido y sus dos hijos de una muerte segura. Ahora vemos la fragilidad de las negociaciones de los bosnios con un sangriento general serbio, ahora vemos el rosario de dilemas morales con que Aida tiene que enfrentarse para lograr lo que quiere.

El trabajo de Aida como traductora de la ONU la convierte en una diosa de la mediación: siempre es el eslabón que falta en una cadena de comunicación que pende de un hilo, y que está condenado a moverse de un lado a otro, como un columpio oxidado. Es el dinamismo del personaje el que le permite a Zbanic, que ha aprendido unas cuantas lecciones del Nuevo Cine Rumano, viajar desde lo micro a lo macro demostrando que lo uno depende de lo otro, que cada encuentro y decisión cuentan, que mientras afuera las víctimas necesitan respuestas y cobijo, adentro buscan fugarse. En ese frenesí de vectores opuestos, Zbanic crea tensión con una virtuosa puesta en escena precisamente por su falta de virtuosismo, por su pragmatismo y su servicio a la historia que denuncia la impotencia de los cascos azules de la ONU ante el avance serbio, la indiferencia burócrata de Europa ante el asedio a lo que se suponía era una zona protegida, y el amor de una madre que parece predestinada a imitar a la Sophie de William Styron en una guerra que nunca tuvo que haber ocurrido.

Lo mejor

Habla del conflicto de los Balcanes sin falsas imposturas, con una excelente interpretación protagónica de Jasna Djuricic

Lo peor

Que su pesimismo no sea para todos los gustos en estos tiempos oscuros