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Crítica de “Borrar el historial”: (in)cultura de pantallas ★★★★☆

Un fotograma de "Borrar el historial"
Un fotograma de "Borrar el historial"ImdbImdb

Dirección y guion: Benoît Delépine y Gustave Kervern. Intérpretes: Blanche Gardin, Denis Podalydès, Corinne Masiero, Vincent Lacoste. Francia, 2020. Duración: 110 minutos. Comedia.

Si no fuera porque en ella aparecen Benoît Pooelvorde y el escritor Michel Houellebecq en un par de hilarantes cameos, “Borrar el historial” podría ser una de las mejores películas de Paul Feig o los hermanos Farrelly. Después de todo, los suburbios franceses, con sus casas unifamiliares, sus tumbonas de patio de atrás y sus cocinas ‘office’, no son tan distintos de los americanos, y la perpetua, ridícula inmadurez de sus protagonistas, filtrada por esa comedia de los errores en clave de lenguaje binario que es nuestra adicción a la tecnología, es prima hermana de la vitriólica vulgaridad de “Algo pasa con Mary”. Delépine y Kervern estructuran esta sátira internáutica como una irresistible novela gráfica que, a modo de viñetas descacharrantes, pone en la picota el mundo de los ‘call centers’, la dependencia de las ‘apps’ más peregrinas, los ‘captchas’ que nos amargan la vida, la adicción a las series que derriten nuestra voluntad, los vídeos porno amateurs que acaban con la reputación del más puritano y un largo etcétera de miserias tecnocotidianas con las que resulta imposible no identificarse. Lo mejor es que, detrás de los gags y del espíritu anticorporativo, no solo hay una película libertaria sino también enamorada de sus personajes.

Lo mejor

Difícil escoger entre el ‘rider’ de Pooelvorde y las locas hazañas de nuestra heroína en Silicon Valley

Lo peor

No es la película idónea para los que busquen narrativas sólidas y clásicas