Una columna del desaparecido monasterio de San Jerónimo, hallada en una tienda de ropa
La destrucción del convento supuso una de las mayores pérdidas del patrimonio artístico zamorano
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La primera piedra la puso el III Conde de Alba de Liste en 1535. Aquel año, comenzaba a construirse en Zamora el Monasterio de San Jerónimo, que estaba siendo trasladado desde otra zona de la misma ciudad por razones de insalubridad. Configurándose como una obra maestra del renacimiento español, el convento fue uno de los más grandiosos que ha tenido nunca Zamora, así como de los más misteriosos, pues desapareció tras ser desamortizado, aproximadamente, en 1835, y se desconoce la ubicación de sus restos. Pasó de monasterio a cárcel y, más tarde, a hospital, cementerio, campo de fútbol y, finalmente a tan solo escombros. Las leyendas alrededor de este edificio son innumerables, así como las incógnitas de dónde fueron a parar sus columnas y otras piezas, pues en el solar tan solo se conservan muros con puertas, ventanas, pajares o bodegas. No obstante, ahora ha habido en Zamora un hallazgo que arroja luz sobre uno de los elementos del monasterio: una de sus columnas estaba escondida en una tienda de ropa.
Hace dos semanas, según informan medios de comunicación castellanoleoneses, una tienda de Stradivarius abría sus puertas en la calle Santa Clara número 10, tras cambiar su emplazamiento desde la plaza Sagasta. En la nueva ubicación, antiguamente se ubicaba otra franquicia de Inditex: Massimo Dutti. Parecía que el traslado no iba a ser más que físico, hasta que se ha convertido en algo arqueológico, pues, ante la sorpresa de sus responsables, la reforma de la nueva tienda ha conllevado el descubrimiento de una de las columnas del monasterio de San Jerónimo.
Si bien no saben especificar cómo ha acabado esa pieza en dicha calle comercial zamorana, explican que “estaba totalmente tapada y los obreros, trabajando, se la encontraron”, explica la encargada de Stradivarius a “La opinión de Zamora”. “Nos hemos quedado todos sorprendidos, tanto los obreros en el momento que la descubrieron como nosotras cuando vinimos aquí y la vimos ahí, en el medio, porque la verdad es que es una verdadera pasada haberla descubierto y es muy bonita”.
Por tanto, la que supuso una de las mayores pérdidas del patrimonio artístico zamorano ha reducido el número de sus piezas desaparecidas. La localización de algunas de estas columnas ya generó debate hace algunos años, así como se demostró que, efectivamente y sin saber por qué, estaban repartidas por diferentes puntos de la ciudad. De hecho, el Ayuntamiento documentó en 2020 más de un centenar de restos pétreos hallados en la ciudad, entre ellos columnas y capiteles.
El recinto del convento de San Jerónimo, donde se rendía culto al Santísimo Cristo de las Injurias que actualmente se ubica en la capilla de San Bernardo, se extendía 147 metros por la fachada este y 130 por la que daba al sur. Unas dimensiones, por tanto, relevantes, y contando en su interior con tres naves, cinco claustros, una gran biblioteca, una torre de unos 30 metros de altura, caballerizas, botica, cocinas, huertas, fuentes, albercas u hospederías.