
Día de la Comunidad
Álvaro Lorenzo llama la atención como mejor sabe: toreando
La tarde tuvo más contenido que resultado con tres toreros entregados y toros con más complicaciones que bondades

La lluvia y el 2 de mayo se traen algo entre manos desde hace mucho tiempo. Un estoy, pero no estoy. Y este año no podía serlo menos. El aguacero de la madrugada previa al Día de la Comunidad de Madrid fue antológico. Había lona. Pero es que, durante el día, el sol apenas amagaba con salir y las nubes se metían como guardaespaldas celoso para cortar su paso. Otra vez, los gollescos se quedaron sin pisar el ruedo de Las Ventas y el desfile se quedó a las puertas de la plaza, mezclados entre el ruido antitaurino de 20 intolerantes. El día grande de Madrid empañado.
Pero hubo toros, pues a la hora de paseíllo finalmente brillaba un sol radiante. Picaba, como la descompuesta embestida del primero. Un toro que se defendía en cada envite soltando hachazos y queriéndose ir mientras Diego García, tras la ceremonia, intentó templar y pulir tantas aristas. Era misión imposible. Pudo, eso sí, firmar las mejores verónicas de la tarde al sexto, rítmicas, suaves y acompasadas. Juan Carlos Rey también se lució con los palos. Tenía calidad el toro y por eso se fue Diego directamente a los medios para ligarle los derechazos, aho4a más atacado, mientras el toro trastabilló. Se rehizo Diego al natural. Las pausas y los tiempos sumaron, pero el toroperdió gas hasta diluir la actuación de un torero muy dispuesto.
No parecía ser mejor el segundo, un toro que, por su nombre, “Bastonito”, ya generaba expectación. Y con razón. Pero las marcadas querencias en los primeros tercios no apuntaban nada bueno. Sin embargo, la lucidez y la capacidad que mostró Francisco José Espada hicieron que el toro fuera a más y a mejor. No terminó de humillar, pero obedeció al sometimiento que impuso Espada por ambas manos, que apostó, tragó parones y coladas hasta robar varios muletazos de mucho mérito. Muy por encima el torero de las dificultades del toro, que además se llevó un serio topetazo en el pecho en el segundo pinchazo y debió pasar a la enfermería con un puntazo en la barbilla tras descabellar al toro. Tuvo movilidad el cuarto, al que Espada recibió de dos largas cambiadas de rodillas en el tercio nada más volver de para enfermería, pero el toro se fue quedando corto justo cuando el madrileño le cogió el ritmo por el pitón izquierdo, a partir de ese momento Espada acortó distancias en un serio arrimón. No tuvo más qué hacer.
Tuvo temple y suavidad el comienzo de muleta de Álvaro Lorenzo. El toledano asumió el compromiso y supo cuidar al de Algarra, que vio mermado su poder en dos vueltas de campana. Sin embargo, conservó su fijeza y nobleza, aunque sin la chispa que le habría podido dar transmisión. Sin embargo,Lorenzo construyó una faena sólida y a favor del toro. El espadazo, efectivo, provocó una tímida petición del trofeo. Tuvo mejores inicios que finales el quinto, que una vez llegó a la muleta del toledano soltó la cara con violencia. A pesar de ello, Lorenzo no se descompuso y con una firmeza pasmosa y un temple soberbio, fue limando asperezas y ligando los muletazos con autoridad y gusto. El toro respondió, Madrid también. Un derechazo eterno, repleto de poder, dio como vencedor a un torero que merece más sitio.
FICHA DEL FESTEJO:
Viernes 2 de mayo de 2025. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Día de la Comunidad. Corrida Goyesca. Cerca de tres cuartos de entrada. Tarde cubierta.
Se lidiaron toros de de Baltasar Ibán y Luis Algarra (3º, 4º y 6º). 1⁰ y 2⁰, complicados; 3⁰, fijo y noble; 4⁰, a menos; 5⁰, obediente; y 6⁰, con calidad y a menos.
Francisco José Espada, de blanco e hilo negro, cinco pinchazos, aviso, y descabello (silencio); y media, aviso y tres descabellos (silencio)
Álvaro Lorenzo, de bisón e hilos de oro, aviso y estocada (oreja); y aviso y estocada desprendida (vuelta).
Diego García, de gris perla y oro, pinchazo y estocada baja (silencio); y tres pinchazos, aviso y estocada (silencio).
Diego García confirmó alternativa con "Espejito", nº 50, de Baltasar Ibán. Francisco José Espada fue atendido de una herida inciso contusa leve en el mentón.
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