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María León (izda.) y Aixa Villagrán se meten en la piel de una pareja de amigas en la cinta de Caballero

La gran orgía del cine español: vine por los tríos y me quedé por el amor

Después de un año pandémico excesivamente largo sin tocamientos ni caricias, Paco Caballero reúne en su última y alocada comedia erótico-festiva, a un sin fin de caras conocidas como Ricardo Gómez, Álvaro Cervantes, Ana Milán, María León o Anna Castillo

Si hay una cualidad especialmente significativa que caracteriza y define nuestro tiempo en términos afectivos es sin duda la necesidad apremiante –en ocasiones, socialmente impuesta– a la hora de estudiar, teorizar y repensar los modelos relacionales. Tanto los que existen, como los que quedan por inventar. “El poliamor está de moda”, parecen clamar todos esos representantes de lo posmo que llegaron tarde a los “Tigres de papel” de Colomo y que aún piensan que la libertad sexual o las prácticas juguetonas de intercambio en los clubes de alterne nacieron con ellos. Es por eso que cada vez son más los individuos que deciden aparcar momentáneamente las comodidades de la heteronormatividad (algunos tan solo consiguen hacerlo durante los 30 minutos que les dura el calentón de lo experimental y otros terminan, –¡sorpresa!–, cogiéndole el gusto) y se lanzan de cabeza al infinito catálogo de la diversidad de los cuerpos.

Anna Castillo en un fotograma de "Donde caben dos"
Anna Castillo en un fotograma de "Donde caben dos"FilmaxFilmax

Que no se preocupe el lector en caso de sentirse perdido o ligeramente abrumado (se trata de una comedia disparatada que busca, sobre todo, entretener) entre la terminología del “fisting”, el “gangbang”, el “bondage”, el “pegging”, el “frottage”, los cuartos oscuros, los “glory-holes” o los bukkakes, porque aunque algunas de estas prácticas sexuales suenen a puesto laboral de LinkedIn, procuran la felicidad de todo aquel que nunca ha sentido vergüenza por lo que le gusta y por lo que es. Y es en ese canto rupturista de una libertad total que encierran los deseos de cada cual donde Paco Caballero ha querido orientar el tono de su alocada, divertida y afrodisíaca película “Donde caben dos”.

El cineasta catalán con bautismo de la ESCAC, director entre otras de “Perdiendo el este” y experto en acercar el realismo que impregna la configuración de sus personajes y sus escenarios a través de la comedia, comenta en conversación telefónica el tratamiento que del sexo se ha hecho en el cine español: “Tengo una sensación equitativa porque a veces se han contado historias de sexo muy gratuitas. Pero también en otras ocasiones, se necesitaba el sexo para enseñar según qué cosas que no todo el mundo conocía y que están ahí. Cosas que puede estar practicando tu vecino, tu hermana o tu padre. Por eso creo que es importante mostrar todas las posibilidades que nos brinda la sexualidad, siempre de una manera sana que no haga daño a nadie”, indica.

Parejas 2.0

En la cinta de Caballero, en donde el sexo no se explicita sino que en realidad es un excitante pretexto para hablar de amor, son múltiples las historias que, aunque aparentemente ajenas, terminan confluyendo en un orgiástico local de intercambio regentado por Ana Milán llamado Club Paradiso. Una energizante María León a punto de casarse busca desesperada su anillo extraviado de pedida tras una memorable noche de jarana antológica pre-boda, mientras Anna Castillo intenta recuperar la esencia fiestera de su primo, Miki Esparbé, invitándole a tomar algo en el club en el que trabaja o una pareja improvisada formada por Ricardo Gómez y Álvaro Cervantes comienzan a conocerse practicándose sexo oral a través del agujero de una pared.

Confiesa entre risas Caballero que “desde que empecé a hacer cortos, siempre me ha gustado centrarme en historias de parejas, me ha alucinado mucho ese terreno a lo mejor porque siempre he sido un novio tirando a mediocre. Siempre me han dejado o he tenido la sensación de que no daba todo lo que podía dar. Las relaciones son tan complicadas... Nadie nos enseña cómo funcionan ni nos dan las herramientas para que aprendamos a gestionarlas emocionalmente. Y prosigue: “Por eso el salto orgánico era hacer una película sobre las nuevas parejas, lo que yo llamo parejas 2.0. Que son aquellas que ya han conseguido dar un salto más en las convenciones de la pareja tradicional. Quería saber por qué la gente que tiene una pareja estable decide acudir a estos locales”.

Ricardo Gómez en "Donde caben dos"
Ricardo Gómez en "Donde caben dos"ImdbImdb

Algo que Ricardo Gómez interpreta de la siguiente manera: “Este tipo de locales todavía tienen un cierto estigma de sordidez, pero estamos en un momento en el que lo que hay que hacer es dejar de juzgar a la gente por lo que hace, por lo que siente y aceptar que cada uno es libre de actuar como quiera. Ojalá dentro de unos años lo raro sea no salir a uno de estos locales un viernes por la noche”, reconoce el actor, quien también aprovecha para reivindicar la transgresión del momento actual. Gómez, que sigue imparable con su agenda de estrenos, aprovecha para reivindicar que “durante los últimos años estamos viviendo una especie de liberación sexual muy importante, y pienso que, si algo pone encima de la mesa esta película, yo creo que es la aceptación necesaria de los miles de millones de diferentes tipos de sexualidad que existen”, afirma. Y es que cambian los tiempos, los gustos, las modas, los besos, las pieles, los sabores y las texturas, pero no la curiosidad. Porque como decía Lola Flores, ¿quién no se ha dado un pipazo con una amiga?