Olmedo Clásico, o el regreso de un festival necesario para los amantes del Siglo de Oro
Nao d´amores y Ron Lalá, las dos únicas compañías dedicadas al teatro clásico español que compiten este año en los Max, acaban de mostrar sus respectivos trabajos en la Villa del Caballero
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Fue una de las citas veraniegas que la pandemia se encargó de arruinar en 2021; pero nada ha podido evitar la celebración del festival este año y nada ha podido evitar tampoco algo mucho más importante: el satisfactorio reencuentro del público de Olmedo con el del Siglo de Oro y con su autor predilecto, Lope de Vega, responsable de que el nombre de esta localidad vallisoletana haya sido pronunciado a lo largo de la historia en escenarios de todo el mundo.
Nada menos que 4.500 espectadores han pasado por taquilla en los 10 días que ha durado esta 15ª edición; un éxito que nadie se hubiera atrevido a vaticinar cuando a principios de julio empezaron a dispararse los casos de Covid-19 en Castilla y León.
Probablemente por ello fue Lope, a modo de talismán, el autor elegido por Benjamín Sevilla y Germán Vega, codirectores de Olmedo Clásico, para inaugurar el pasado día 23 de julio una edición que acaba de clausurarse con el cartel de aforo completo colgado en muchas de sus representaciones. Entre ellas, esa primera de Lope: “Castelvines y Monteses”, un texto no muy conocido del Fénix que parte de la misma leyenda que inspiró a Shakespeare su “Romeo y Julieta”. En una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Barco Pirata, Sergio Peris-Mencheta ha dirigido con mucha agilidad esta historia de amor juvenil protagonizada por un elenco que rezuma energía y entrega. La obra, que sobre el papel camina ya por los derroteros de la comedia desenfadada en la que Lope se manejaba como pocos, se transforma además, en esta propuesta, en un original musical, casi gamberro, de aroma italiano.
Pero no ha sido este ni mucho menos el único espectáculo que ha gozado de una favorable acogida por parte del público. A él han seguido otros como “Peribáñez y el comendador de Ocaña” –de nuevo con la firma de Lope-, protagonizado por Isabel Rodes y Rafael Ortiz bajo la batuta de Eduardo Vasco, uno de los directores más apreciados por el público olmedano. Una propuesta elegante, limpia, en la que priman, como es habitual en Vasco, la esencia del texto y el trabajo de los actores.
No menos aplausos ha cosechado la compañía Ron Lalá con su último trabajo, ideado con el sentido del humor y la inteligencia a la que nos tiene ya acostumbrados. “Andanzas y entremeses de Juan Rana”, que camina entre la parodia y el homenaje al cómico del Siglo de Oro al que alude el título, ha sido precisamente uno de los espectáculos recientemente nominados a los Premios Max que concede la Fundación SGAE, y que este año se concederán el 4 de octubre en el Teatro Arriaga de Bilbao. Álvaro Tato, como adaptador o versionador de la obra, y Tatiana de Sarabia, diseñadora del vestuario, competirán por la preciada manzana que diseñó Joan Brossa en una gala en la que el teatro clásico español solo estará representado por ellos y por la compañía Nao d´amores, artífice de otro de los montajes exhibidos con éxito estos días en Olmedo: “Nise, la tragedia de Inés de Castro”. ‘Mejor espectáculo’, ‘Mejor dirección’ (Ana Zamora), ‘Mejor adaptación o versión’ (Ana Zamora) y ‘Mejor diseño de vestuario’ (Deborah Macías) son las cuatro merecidas candidaturas en las que compite esta verdadera joya teatral en la que su directora ha trabajado, fundiendo las dos obras que escribió Jerónimo Bermúdez sobre la leyenda de Inés de Castro, con encomiable esmero y sentido poético, cuidando al detalle todos los aspectos artísticos de la puesta en escena.
El “Romeo y Julieta” que dirige Alfonso Zurro para la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla; el homenaje al teatro que hace Rafael Álvarez, el Brujo, en “Dos tablas y una pasión”; “El galán fantasma”, de Calderón de la Barca, en un montaje de la compañía canaria 2 RC; o “El vuelo de Clavileño”, de la compañía Tribueñe –también nominada a los Max, aunque por otro trabajo distinto a este-, son algunas otras propuestas que se han podido ver durante una edición de Olmedo Clásico en la que no han faltado, además, los congresos sobre literatura y teatro del Siglo de Oro, los recitales poéticos o los espectáculos infantiles. Mención especial a este respecto merece “Lope sobre ruedas”, un valiente proyecto de la actriz Georgina de Yebra -que ha contado con la colaboración de la Compañía Nacional- para despertar el interés en los más pequeños por el verso clásico y por nuestra tradición teatral