Buscar Iniciar sesión

“Valentina”: la directora Chelo Loureiro desmiente los impagos y las acusaciones tras el Goya

Trabajadores de la película ganadora del Goya a la Mejor Película de Animación han expresado públicamente su malestar con Chelo Loureiro, directora acreditada del filme
La Razón
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Creada:

Última actualización:

19:09 - Corrección: en el texto inicial, titulado “Una polémica laboral y el filibusterismo en la animación española", no se recogía la versión de la directora Chelo Loureiro, como sí en la actualización. Se trata de una información en elaboración.
Aunque la palabra, y su uso más normativo, venga de la expresión sajona, el filibusterismo se define como la obstrucción parlamentaria. Esto es, cuando sus señorías comienzan a hablar alargando sus discursos, bien para alargar el plazo de una votación o bien para simplemente provocar algún daño electoral en sus rivales políticos (ausencia de quórum, por ejemplo). Ello ha derivado en una simplificación: en el argot popular, es “dar la chapa”. Hasta tres veces sonó la canción que “echa” del escenario a los ganadores del Goya el pasado sábado cuando Chelo Loureiro, directora acreditada de “Valentina”, recogió el premio a la Mejor Película de Animación. El discurso de la ganadora, que pese a alargarse ni siquiera dejó tiempo para que los demás recogedores pudieran acordarse de los suyos, fue objeto de mofa en las redes sociales y hasta ahí se creía que llegaría el asunto.
Pero no ha sido el caso. Desde que se anunció el fallo de los académicos, y ya con más fuerza a lo largo del domingo, fueron varios los trabajadores y miembros del equipo que denunciaron las presuntas prácticas no honestas de Loureiro. Según un comunicado lanzado el mismo día de la ceremonia de los Premios Goya, un grupo de trabajadores argumenta que la cineasta “se ha atribuido una dirección cinematográfica que no ha realizado”, y que no llegó a “realizar dicha dirección, siendo sus únicas labores conocidas el haber sido guionista de la obra junto con Lúa Testa, el haber puesto la voz del personaje de la Abuelo y el ejercer el papel de producción ejecutiva”, se podía leer.
En redes sociales como Twitter, la polémica ha seguido aumentando por el eco de varios personajes relevantes de nuestro cine, que han dado cobijo a las acusaciones de profesionales como Raquel Rodríguez, interlocutora designada por los trabajadores: “Nos parece una falta de respeto gravísima, también, hacia el resto de profesionales del mismo sector que sí se han ganado esos títulos por su trabajo y esfuerzo; pero en particular hacia sus propios trabajadores”, tuiteaba en un hilo que se ha vuelto viral, y en el que también destacaba: “Se puede entender perfectamente que, durante la promoción de un largometraje, la mención al equipo que lo ha hecho posible pase a un segundo plano (ya que la propia promoción de la obra es lo importante). Pero también creemos que: realizar estos actos de invisibilización, que consideramos son de carácter personal, desvirtúan completamente la profesionalidad de Chelo Loureiro”.
La respuesta de Chelo Loureiro
Tras la polémica suscitada alrededor de “Valentina”, Chelo Loureiro se ha puesto en contacto con LA RAZÓN para presentar su versión de los hechos y desmentir tajantemente las acusaciones vertidas en las últimas horas: “Es totalmente falso que mi empresa o cualquier empleado que dependa directamente de mí se haya quedado sin cobrar”, explicó en referencia a los supuestos impagos que, al no presentarse pruebas explícitas, no se recogían en la información inicial de este medio tampoco. “Brandán de Brano (nota: el productor acreditado del que parten las acusaciones) nos tuvo esperando, y retrasando los tiempos de la película, durante año y medio. Tenía que entregar 75 minutos de metraje y entregó 60. Tarde y mal”, añade Loureiro sobre el proceso de producción de la película, que recuerda como “traumático” antes de seguir: “Me decían que no trabajara con él, que no era un profesional, pero aún así lo hice. Todos los demás estudios estaban hasta arriba”. Preguntada sobre los impagos, Loureiro explica que, de ser ciertos, no son responsabilidad suya y que tenía conocimiento de la situación antes de los Goya: “La persona que encabeza el comunicado ha reconocido que ha cobrado y, hasta donde yo sé, hay dos casos de impagos en “freelances” que no dependían de mi productora. Yo me juego mi empresa y no la pondría nunca en riesgo con algo tan sumamente fácil de demostrar”, concluye. Este diario ha intentado sin éxito ponerse en contacto con los posibles afectados.
Sobre el punto del comunicado en el que la firmante Raquel González acusaba a Loureiro de intentar apropiarse de la repercusión mediática del filme, ganador del Goya, la directora también responde: “¿Cómo voy a acreditarme como directora de una película sin haberla dirigido? Si fui quien estuvo con el compositor (Nota: Nani García, que también desmiente las acusaciones) y con los actores de doblaje para darles instrucciones, para que entendieran qué queríamos contar con la película”, explica. Y añade: “Yo tengo 63 años ya. Esto no me hace falta, y en nada me jubilo. No tiene ningún sentido y lo que se buscaba era hacerme daño”.
La polvareda, que no tiene por el momento una vía judicial o penal abierta (ni se sabe todavía si puede tener o no base legal, si atendemos a lo que explica Loureiro) agrava todavía más si cabe la situación de prestigio y publicidad en el sector de la animación española, que el año pasado solo pudo contar con un largometraje entre las películas nominadas y, por cuestiones técnicas, dejó este año fuera de la carrera por el Goya a “D’Artacán”, celebrada en taquilla y con muchas opciones para ser, al menos, una de las nominadas.