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Libros

Camilla Läckberg: “Putin es una personificación del mal, pero él se ve como un héroe”

La novelista publica, junto al ilusionista Henrik Fexeus, “El mentalista”, una trama sobre un asesino en serie implacable y cruel vinculado con el mundo de la magia

El experto en lenguaje y comunicación corporal, Henrik Fexeus y la autora sueca, Camilla Läckberg
El experto en lenguaje y comunicación corporal, Henrik Fexeus y la autora sueca, Camilla LäckbergVictor CasadoAgencia EFE

La novelista Camilla Läckberg ha sumado su talento al del ilusionista Henrik Fexeus y juntos han firmado «El mentalista» (Planeta), una trama policiaca que ya ha vendido más de 200.000 ejemplares en su país y que en España se encuentra ya entre los tres libros más vendidos en la semana de su lanzamiento. En un parque de Estocolmo ha aparecido el cadáver de una joven dentro de una caja. Su cuerpo está atravesado por múltiples espadas. La agente de policía Mina Dabiri, cuidadosa y muy minuciosa en su trabajo, al no encontrar pistas que la ayuden resolver el caso, acude a alguien especial, a un reconocido y popular mentalista, Vincent Walder, que le ayude a resolver un crimen que desde el comienzo parece vinculado con el mundo del que él procede. «Siempre me ha interesado la parte oscura de los seres humanos y qué es lo que hace que unas personas sean capaces de asesinar y otras, en cambio, no. Yo creo que todos somos capaces de matar, lo que cambian son los presupuestos. Yo misma sería capaz de matar por salvar la vida de mis hijos, pero jamás lo haría por dinero. Pero aparte de esto, siempre he relacionado el mal con la necesidad de reunir más y más poder», comentó la escritora. Después añadió: «Hay una cita dice que el mal es la ausencia del bien, ahora bien, en estos tiempos oscuros en los que estamos hoy en día, tenemos un montón de personas que muestran una gran humanidad y una gran empatía. Todavía hay lugar para la esperanza».

Camilla Läckberg, que ha vendido treinta millones de ejemplares en más de 60 países, ahora aborda un reto distinto: una obra a cuatro a manos. El trabajo partía de un desafío inicial: que nadie reparara qué parte había escrito cada uno de ellos. Una meta que han conseguido, porque, como reconocen, ni siquiera ellos mismos son capaces ahora de identificar qué parte redactó cada uno. Pero lo que late de fondo de esta trama es un asesino despiadado, de una crueldad insospechada. Un hecho que les ha conducido a reflexionar sobre el bien y el mal. «El bien y el mal son subjetivos. Ninguna de esas personas que nosotros vemos como malvadas se ven a sí mismas de esa manera. Ninguno que sea malvado se ve así mismo de esta manera. Todo lo contrario», comentó Camilla Läckberg.

Libertad de expresión

En este punto, ella y Henrik Fexeus no evitaron una reflexión sobre Vladimir Putin, que ha desencadenado la guerra en Ucrania: «Ese es el caso de Putin. Es una personificación del mal, pero él no se percibe como en otras partes del mundo, donde se le compara con Hitler. Él no se ve de esta manera. Él se ve a sí mismo como el encargado de devolver la gloria al antiguo imperio ruso. En el fondo se ve un poco como un héroe», aseguró la autora.

Sobre la posibilidad, aludida por el escritor John Banville, de limitar la violencia en las novelas, sobre todo en las de género policial, los autores se mostraron contrarios y dejaron clara cuál es su punto de vista sobre este asunto: «No debería haber límites en la literatura. La libertad de expresión es una de las grandes conquistas de la democracia y algo que debemos que defender. Es su herramienta más importante. El asunto es quién es la persona que determina esos límites. Y sobre todo, ¿qué sería lo siguiente que se censuraría?»