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Muere Taylor Hawkins, el genuino batería de Foo Figthers

El cantante fallecía horas antes de tocar en el Estéreo Picnic, festival programado para este fin de semana en Bogotá
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Tenía 50 años, una esposa, tres hijos, unas manos pegadas a los palillos de una batería y la percusión de la vida de su lado. Esta mañana el mundo de la música se levantaba consternado con el fallecimiento de Taylor Hawkins. “La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestra querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre”, transmitía la legendaria banda a la que pertenecía desde 1997 a través de un sentido mensaje en su cuenta oficial de Twitter. Pese a que desde la madrugada del viernes, momento en el que se produjo el fallecimiento, no hayan trascendido detalles sobre cómo murió Hawkins, la banda aseguró en un comunicado que su muerte fue una “pérdida trágica e inoportuna”. El cuerpo del artista, de tan solo 50 años, fue hallado sin vida en un hotel de Bogotá apenas unas horas antes de su actuación en el marco de celebración del Estereo Picnic, festival que se está realizando este fin de semana en la capital colombiana.
Con relación a los interrogantes abiertos que rodean esta trágica noticia, un portavoz de la Policía Metropolitana de Bogotá aseguró que “la causa de la muerte se encuentra por establecer, de acuerdo a versiones de allegados el suceso podría estar asociado al consumo de sustancias estupefacientes”. De modo que la investigación continúa abierta mientras se esclarece el motivo por el que ha desaparecido este extraordinario músico convertido por derecho en emblema de la legendaria banda junto a Dave Grohl. Después del fundador y líder de Foo Fighters, Dave Grohl, Hawkins fue probablemente el miembro más destacado del grupo, apareciendo junto a Grohl en entrevistas y desempeñando papeles destacados en los videos de la banda.
El batería, también hizo pequeñas incursiones en el mundo del cine con la película de comedia de terror recientemente estrenada de Foo Fighters, “Studio 666″, en la que una fuerza demoníaca en una casa en la que se aloja la banda se apodera de Grohl y lo convierte en un asesino. La premisa de la película surgió de su trabajo en su décimo álbum de estudio en una casa en el Valle de San Fernando de Los Ángeles. De forma escabrosa y fatalmente premonitoria Hawkins y otros miembros de la banda, Pat Smear, Rami Jaffee, Chris Shiflett, Nate Mendel, son asesinados uno por uno. La película permitió que el grupo, que durante décadas ha sido uno de los actos más duraderos de la música rock, se divirtiera mientras representaba una broma de larga duración cuya inconsciente conexión con la realidad ha resultado de lo más funesta.
Nacido como Oliver Taylor Hawkins en la localidad de Fort Worth (Texas) en 1972, Hawkins se crió en Laguna Beach, California y fue el baterista de Foo Fighters durante 25 de los 28 años de existencia de la banda, reemplazando al baterista original William Goldsmith en 1997. Tocó en la pequeña banda Sylvia del sur de California antes de conseguir su primer gran concierto como baterista del cantante canadiense Sass Jordan. Luego pasó a mediados de la década de 1990 como baterista de gira de Alanis Morissette antes de que Grohl le pidiera que se uniera a los Foo Fighters. Por desgracia, se trata de la segunda vez que Grohl experimenta la muerte de un compañero de banda cercano. Grohl era el batería de Nirvana cuando Kurt Cobain murió en 1994.