Crítica de “Regreso a Reims”: contra la izquierda exquisita ★★★★

Dirección y guion: Jean-Gabriel Périot, según el libro de Didier Eribon. Narradora: Adèle Haenel. Francia, 2021. Duración: 83 minutos. Documental.

De lo individual a lo colectivo, de las cadenas de montaje de la posguerra a las manifestaciones de los chalecos amarillos, de la explotación de la mujer al rechazo al inmigrante, del comunismo a la extrema derecha. Siempre, en ese viaje transversal que es, por un lado, la historia del filósofo Didier Eribon y de sus padres, y por otro la crónica del desencanto de la clase obrera francesa con la izquierda dirigente (escenario perfectamente aplicable a la Europa del auge de los nacionalismos filofascistas), “Regreso a Reims” es, también, una historia alternativa del cine, un recuento de cómo las imágenes han representado el relato de un fracaso anunciado.

Sobre todo en la primera parte del filme, la que privilegia la confesión íntima ante la reflexión política, Jean-Gabriel Périot encuentra otra forma de hacer cine militante a partir de una voz, la de un proletariado agotado, que busca las imágenes que le dieron peso y volumen, retazos de cine francés, documentales y reportajes televisivos que luego son sustituidos por la tiranía del informativo. Cuando Eribon vaticina, ilusionado, que, en unos años, algunos de los simpatizantes del Frente Nacional puedan acabar votando a la extrema izquierda si la fuerza del pueblo se moviliza para defender “una sociedad justa, ecológica y sostenible”, su idealismo es también el de Périot, que cree en el poder del cine para registrar ese cambio.

La historia de la madre de Eribon, que encuentra una perfecta traducción icónica en el collage de imágenes de Periot.

Acaso la segunda parte, más teórica, es menos sólida, más aleccionadora.