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Muere Fernando García de Cortázar, historiador, jesuita y patriota cultural

El bilbaíno, pionero en el auge de la novela histórica en España y discípulo del también historiador Miguel Artola, ha fallecido en Madrid a los 79 años
DAVID JAR
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Reconocido por su extraordinaria labor como historiador y su capacidad para transmitir amor por la historia sin necesidad de recurrir a ampulosas disertaciones teóricas, defensor del acervo cultural de nuestro país y cronista vocacional de los paisajes del pasado de España, el historiador y jesuita Fernando García de Cortázar ha fallecido en Madrid a los 79 años entorno a las 5 de la madrugada del sábado en el hospital de la Luz como consecuencia de una complicación postoperatoria tras haber sufrido un ingreso el pasado jueves por una perforación intestinal. Licenciado en derecho y Filosofía y especialista en historia contemporánea de España este discípulo del también historiador Miguel Artola, escribió más de setenta libros y recibió el Premio Nacional de Historia en 2008 por “Historia de España desde el arte”.
García de Cortázar nació el 4 de septiembre de 1942 en Bilbao y era miembro de la Real Academia de la Historia. Su patriotismo sin exageraciones ni adornos barrocos y su lucha por los derechos civiles en el País Vasco le llevó a vivir una década con escolta por la amenaza terrorista. Entre su extenso legado destacan obras como “Historia del mundo actual (1945-95)”; “Breve Historia de España”, en colaboración con José Manuel González Vesga; “Los pliegues de la Tiara: la Iglesia y los papas del siglo XX”. “Historia del País Vasco”; “El nacionalismo Vasco”, “Diccionario de Historia del País Vasco”, “Álbum de la Historia de España”, “España 1900″ (sobre el 98), “Las palabras del Rey” o “Biografía de España”. En noviembre de 2003 publicó “Los mitos de la Historia de España” y dirigió la colección de Planeta “Historia en su lugar”, en la que colaboraron más de 200 historiadores españoles. Dicha obra aborda en diez volúmenes la historia de España a través de cien localizaciones.
Su idilio con la Compañía de Jesús comenzó en agosto de 1959. Dentro de su formación como jesuita, realizó el Noviciado en Orduña y el Juniorado en Villagarcía de Campos. Durante su etapa estudiantil recorrió diferentes escenarios de la geografía española: estudió Filosofía y Letras en Salamanca y en Loyola; la llamada etapa de Magisterio (en la que los jesuitas dedican dos años a la pastoral, generalmente en colegios, en mitad de su formación) la realizó en Pamplona a finales de la década de los sesenta y un par de años más tarde se estableció en Madrid para estudiar Teología y preparar su Doctorado en Historia y Teología.
Entre 1975 y 1976 continuaron sus andanzas por el territorio y estuvo destinado en Bilbao como director del Colegio Mayor Deusto y Profesor en Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Deusto, cargos que ejerció en varias etapas de su vida. Además de profesor catedrático de Historia de España contemporánea en dicha facultad fue decano de la misma, un importante colaborador a lo largo de toda su vida y profesor emérito en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas desde 2007 hasta este año 2022 .
Además de tan jalonada trayectoria académica, supo vincular su apasionado virtuosismo histórico con el mundo audiovisual y coordinó la serie histórica de TVE “Memoria de España” (de 27 capítulos) en 2004, en la que se realizó un recorrido desde los orígenes de la vida en la península hasta el siglo XX y codirigió la serie “España en guerra” Y coincidiendo con la emisión de esta serie, se publicó el libro “Memoria de España”, también orquestado por Cortázar junto a otros tres historiadores, Alvar, Claramunt y García Cárcel.
Especialista en las aristas dobladas de nuestro memoria y exponente de la popularización de la historia de España, en sus dos últimas obras, publicadas en 2018 aseguraba que: “España entre la rabia y la idea”, establecía una reflexión sobre la preocupante frivolidad con que se ha debilitado la conciencia española, mientras en “Viaje al corazón de España”, recopilaba sus largos años de andanzas por el viejo país, el de Cervantes, y Galdós, Velázquez, Goya, Falla....
El pasado 19 de mayo de 2021 recogió el Premio Bravo 2020, que concedió la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales por la labor con la que “lleva a diversas tribunas de la prensa su mirada penetrante de la historia de España, rescatándola de reducciones” y porque “sus artículos plantean la aportación sustancial de la tradición cristiana y entran en un debate serio y ponderado sobre el lugar del hecho cristiano en nuestra cultura actual”. Al recogerlo, el bilbaíno expresó su deseo de “hacer público el mensaje religioso, especialmente en estos momentos, en los que tenemos que hablar no solo a los que comparten la misma fe que nosotros, sino también a aquellos que podemos llamar cristianos culturales, que ven en la religión y en el cristianismo un hecho del que esperan que ayuden a mantener unos principios y convicciones que necesita este mundo”.
Asimismo en una entrevista en LA RAZÓN el pasado mes de diciembre, García de Cortázar calificaba de “locura” intentar limpiar la historia de España. “La historia está hecha de luces y sombras, y la de España no es una excepción. Si ha engendrado tiranos y dictadores también ha dado personajes que no han sucumbido a las tinieblas y han sido leales a los fértiles valores del humanismo: reyes y poetas, músicos y artistas, ministros, pensadores, aventureros… de los que sentirnos plenamente orgullosos. Hoy impera la moda de juzgar el pasado según las coordenadas morales del presente. Y claro, eso no desemboca, únicamente, en la manía de derribar estatuas, sino que también nos aleja del conocimiento verdadero del pasado. Ningún gran personaje de la historia resiste la aplicación de las normas morales de nuestro tiempo”, aseguró en ese momento. Y es que “la historia debe cumplir una misión esencial: iluminar el pasado, sustituir los mitos, leyendas y falsedades por conocimiento verdadero”.