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Música

Deberías estar escuchando a Yawners

El proyecto musical de Elena Nieto aterriza en Madrid de la mano de la gira San Miguel On Air, presentando “Duplo” y confirmándose como una de las voces más interesantes de la escena post punk española

Después de girar por Europa, Yawners toca en Madrid el 18 de noviembre y continúa con la gira San Miguel On Air
Después de girar por Europa, Yawners toca en Madrid el 18 de noviembre y continúa con la gira San Miguel On AirNKV

Hace ya tres años, justo antes de que lo vírico convirtiera en nebulosa el calendario, se publicaba “Just Calm Down”. Aquel disco, de profesión Lo-Fi y vocación guitarrera, era la presentación oficial de Yawners, el proyecto liderado por Elena Nieto (Salamanca, 1993). A pesar de estar en plural, como ella misma aclara, se trata de un pseudónimo para darle entidad a su banda, que en directo conforman Tomás Rey o Teresa Iñesta, dependiendo del concierto. Y, esta última primavera, Nieto se confirmaba como una de las voces más interesantes de la escena post punk española con “Duplo”. En él, Yawners abandonaba por momentos el inglés como lengua de preferencia y se volcaba a las letras costumbristas, existenciales y maximalistas que les habían puesto en el mapa con “La escalera”, de su primer trabajo.

Este viernes, Nieto y los suyos llegan a Madrid gracias a los conciertos que organiza San Miguel en su programa On Air, para artistas emergentes. “Obsesionada” con el último disco de Turnstile, “Glow On” y confesándose no sin vergüenza y enganchada a la última temporada de “The Crown” (“Soy una básica”, bromea), Yawners atiende a LA RAZÓN antes de seguir con una gira que la ha tenido por media Europa y que, tras la capital, la llevará a Barcelona y a varias citas en Euskadi. Entre Pavement, Weezer, y después de Green Day y Avril Lavigne, Yawners se está ganando ser citada junto a Carolina Durante, Cala Vento o La Paloma.

-¿Qué tal está yendo la gira?

-Llevamos girando en salas desde el 20 de septiembre. Primero hicimos, eso sí, la parte de los conciertos europeos. Empezando en Inglaterra. Estuvimos rodando 22 días y luego volvimos. Llevamos varios conciertos, Valencia, Murcia, Málaga o Santander y luego nos queda Madrid, Barcelona y otros tres en Euskadi. Ha sido muy gratificante, sobre todo tras la pandemia. A todos nos había pasado lo de perder ritmo, lo de no estar acostumbrados a tocar tantos días seguidos. Sí que había conciertos, pero eran como pequeñas islas. Volver a girar es muy guay, pero también es muy duro. Estar tantos días fuera de casa, tocando en dos ciudades distintos en dos días seguidos… Mola mucho, cansa, pero ayuda también a pulir el directo. Salen muy bien.

-Para quien no te conozca, ¿podrías explicar qué es Yawners?

-Es mi proyecto personal. Es donde yo escribo las canciones y tengo la suerte de que, en directo me acompaña una banda de amigos míos. Ahora mismo son Teresa y Tomás. Es un proyecto personal y sé que puede confundir, por estar en plural, pero Yawners soy yo.

-¿Lo podemos entender como un alter ego de escenario o eso es una cosa para flipaos?

-No no, somos la misma. Y aunque lo intentase, no me saldría (ríe). Ya bastante tengo en el escenario como para además inventarme un personaje. No intento nunca disfrazarme de nada. Lo hace mucha gente y les sale muy bien, pero en mi caso no es así.

-¿Cómo os ayudan realmente estas iniciativas, como la de San Miguel On Air u otras parecidas, a los artistas emergentes?

-A nosotros nos sirve muchísimo. Cuando te cogen, te ayuda un montón a llegar a ciudades más pequeñas, por ejemplo. Está claro que vamos a tocar en Madrid y Barcelona, pero sin programas así no habríamos podido ir a Zamora o Santander. La música tiene que llegar a todas partes, no solo a los núcleos grandes. Nos permite crecer como profesionales, ganando tablas, pero también como grupo, llegando a sitios en los que realmente podamos ampliar nuestro público.

Elena Nieto, Yawners, una de las voces a seguir en la escena contemporánea española
Elena Nieto, Yawners, una de las voces a seguir en la escena contemporánea españolaNKV

-En 2019 sale “Just Calm Down”, el pasado mayo sacaste “Duplo”. ¿Cuál crees que es la diferencia principal como autora, desde el origen de la música?

-A nivel de sonido, creo que la diferencia es clara. En el primer disco me acerqué mucho al Lo-Fi, bastante más cerca de lo crudo. También porque las influencias más fuertes que sentía venían del punk. Y para este, en concreto, he querido buscar un camino distinto. Sin alejarme del sonido de la guitarra, que es el centro de todo y no se va a mover, he querido encontrar un sonido más pulido, más producido, más complejo, quizá. A nivel conceptual, con las letras, sí creo que es un disco continuista. Al final, no dejo de contar cosas que me pasan. Y no creo que vaya a cambiar.

-Ya que hablábamos de las letras, hay que preguntarte por las letras. ¿Es una decisión consciente elegir en qué idioma se canta una canción? ¿O es algo más natural?

-Para este disco, como no tenía claro en qué idioma quería escribir las canciones, todo ha funcionado de manera más orgánica. Al final, lo han editado cuatro sellos distintos, el español, el de Estados Unidos, el de Inglaterra y el de Japón. Mi decisión fue no decidir nada. Según iban saliendo las cosas, así se quedaban. En mi manera de componer, todo comienza con un riff de guitarra y con una frase. En el momento en el que esa frase viene en un idioma, eso determina toda la canción. Siempre busco esa naturalidad.

-Quería preguntarte por Rivers Cuomo. Por el cantante de Weezer y por la canción tuya que lleva su nombre. Él llegó a escuchar la canción, y la publicitó incluso en su canal de Discord. ¿Cómo fue la experiencia? Es curioso que una banda con tantos años a sus espaldas siga atenta, siga viva de una manera tan cercana. No se me ocurre a otro grupo abriéndose Twitch…

-Rivers Cuomo, yo creo, que más allá de Weezer y de su personalidad ha trascendido. Es un personaje en sí mismo. Y tienes mucha razón en lo que dices. No para de moverse, de hacer cosas distintas. Además del Discord, crearon una especie de Spotify solo para canciones de Weezer, hizo en su día aquel crucero de la banda… Hace cosas loquísimas porque son un grupo vivo. Son frikis, pero como todos a los que nos gusta su música.

-Cuando entramos a tu Spotify, el algoritmo te relaciona, por motivos obvios con Cala Vento, pero también con Carolina Durante. Muchas críticas de tu primer trabajo valoraban un acercamiento, incluso, a Los Fresones Rebeldes. ¿Estás de acuerdo en que hay una especie de renacimiento del post punk, rock punk o del pop punk en la escena española?

-Totalmente. Sí, lo creo. Pero quizá esta sensación de renacimiento venga porque este mundo más cercano al rock, al punk y a la guitarra está llegando a la gente más joven. Hace diez años, quizá, no existía esa conexión. Por mucho que sí existieran los grupos. También es posible que sea algo pendular, pero tiene que ver con la posibilidad y las ganas de querer ir a los conciertos. La gente está muy a tope y eso me pone muy contenta. Puedo hablar por Madrid, que es donde vivo y la ciudad con la que me relaciono, pero veo viva la escena. Ojalá dure mucho.

-¿Crees que tiene que ver con algo también de nostalgia? Quiero decir, no es casualidad que estéis llegando arriba gente que se crio con Weezer o Pavement, o incluso con los primeros discos de Green Day o Avril Lavigne…

-Sí sí, yo creo que sí. Si lo analizo con un poco de perspectiva, es lo que extraigo de todo este “boom”. Por puro contexto y tiempo, a mucha gente le ha tenido que pasar, que es música que se parece a la que les formó. Pero luego, también, en los conciertos, te encuentras con gente de todo tipo, de todo target. Ves a gente de nuestra quinta, claro, pero a chavalitos de 18 o 19. O señores de 65. O incluso familias. Me pierdo un poco a veces, en esa lógica, pero siempre será buena señal que no haya solo un tipo de público.

-¿Cómo de jodida, cómo de difícil está la escena ahora mismo? ¿Es complicado sacar los proyectos adelante, que tengan un sentido y una viabilidad económica?

-Desde la pandemia, no creo que nadie tenga ni idea de cómo está la situación, de media, ahora mismo. En la pandemia subieron mucho los precios de las entradas, por el tema de los aforos. Luego ello desapareció, a medias, pero llegó la inflación. Y este invierno tan incierto. Depende bastante de cada grupo, pero creo que las giras están funcionando. Por lo que hablo con mis colegas, eso sí, las expectativas solo se están cumpliendo porque eran bajas. Venimos de unos años súper raros. Antes era mucho más fácil hacer previsiones, y eso explotó con la pandemia. Estamos un poco perdidos todos.

-Justo ahí quería ir. Todos los grupos nuevos de los que hemos hablado podrían unirse a través de los ritmos rápidos, de las guitarras rotas y de una violencia bien entendida. ¿Crees que es algo también generacional, como en línea con el desencanto de los últimos millenials y primeros zeta?

-Creo que sí, creo que hay algo generacional ahí. Y es algo que se puede ver en los conciertos, donde a la segunda canción ya está todo el mundo en un pogo. Incluso con los grupos más tranquis. El género es guitarrero, es energético, pero sí creo en esa violencia en el buen sentido. Y ese es el encanto. La gente que va a los conciertos sabe que se va a poder desahogar.