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Y ahora Sonsoles Ónega gana el Premio Planeta

La autora y periodista se alza con el prestigioso galardón literario gracias a su nueva novela «Las hijas de la criada»
  • Javier Ors

  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

Barcelona Creada:

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La historia y los numerosos secretos de una saga familiar gallega han hecho que la periodista y escritora Sonsoles Ónega se haya alzado con el Premio Planeta en su edición número 72. Ayer, en el transcurso de la tradicional velada literaria que organiza el Grupo Planeta en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Mnac), en Barcelona, se conoció el nombre de la ganadora del galardón mejor dotado de las letras españolas, con un millón de euros, con la obra «Las hijas de la criada», así como el nombre del finalista, que en esta ocasión fue el escritor Alfonso Goizueta con «La sangre del padre». Así lo decidió el jurado que en esta ocasión estuvo integrado por José Manuel Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Belén López, directora de Editorial Planeta y secretaria del jurado con voto. El libro de Ónega destacó entre los 1.129 manuscritos presentados este año, 461 más que el año pasado, lo que hace de esta edición del Premio Planeta todo un récord en cuanto a participación.

En «Las hijas de la criada», presentada a concurso bajo el título de «Otoño sin ti» y con el seudónimo de Gabriela Monte, Sonsoles Ónega nos presenta la historia de una familia de empresarios gallegos, los Valdés, lo que le permite dibujar un recorrido por los dos primeros tercios del siglo pasado, en un viaje que llevará al lector a Galicia y Cuba. El relato parte con el intercambio que tiene lugar en un pazo por parte de una criada de dos bebés de mismo padre. A partir de aquí nos sumergimos en «una novela histórica con ribetes románticos», como explicó Juan Eslava Galán, uno de los miembros del jurado del premio. El protagonismo de este relato recae en las mujeres que forman parte de la familia, que se convierten en luchadoras y emprendedoras, hasta el punto de crear un importante imperio conservero en su Galicia natal, aunque marcadas por el delicado y doloroso secreto que arrastran tras de sí.

Al conocer el fallo, la propia autora adelantó que «es una novela de mujeres de valientes que pelearon en el mar durante cien años y que todavía lo siguen haciendo». Después señaló que «a partir de ahora la novela es suya. Para mí ha supuesto el desafío más exigente al que me he enfrentado en mi carrera. Además ha coincidido que ahora se cumplen dieciocho años desde que publiqué mi primera novela. Esta es mi séptima novela». Tirando de ironía, y de memoria, reconoció «que me he presentado a todos los premios y los he perdido casi todos. Este tan importante, sin embargo, lo he ganado. Las personas somos los libros que hemos leído y solo haremos un mundo mejor si alimentamos la cabeza y el corazón con libros. Ojalá que esta novela se preste mucho en las bibliotecas públicas y que aquellos que no lo leen, lo lean leen. No hay mejores ciudadanos armados frente a los abusos que un ciudadano leído». Luego Sonsoles Ónega dedicó este galardón «a todas las escritoras con hijos y a los hijos de las escritoras. A los míos».

Sonsoles Ónega declaró que esta es una novela que «intenta acompañar al lector en una serie de aventuras en Galicia y Cuba, donde emigra la familia Valdés». También adelantó que en esta obra está «la Galicia de su infancia», la que ella conoció. Uno de los temas principales que ata la trama de esta narración es un intercambio de niños. Un padre que deja embarazada a su mujer y a la criada. Estas dos mujeres darán a luz a la vez y, como acto de venganza contra el padre, se intercambiarán los recién nacidos, algo que condicionará el devenir de todos los miembros de la familia.

La escritora, que ya ha empezado una nueva historia (comenzó este verano), reconoció que «este libro es la guinda a tres años forzados. Es una novela que se ha escrito en los camerinos de dos platós diferentes y a lo largo de los veranos. No podía vivir sin este sinvivir. Las escritoras sufrimos más porque tener hijos y tener una profesión a la vez es bastante duro. Soy escritora a manera parcial, aunque me gustaría serlo a tiempo completo. Soy madre, escribo y tengo una carrera profesional. Eso es cuatro o diez veces más difícil cuando eres mujer».

Sonsoles Ónega no es una recién llegada a la literatura, así lo demuestra los seis libros que ya ha publicado, uno de ellos ya premiado. En su primera obra editada, «Calle Habana, esquina Obispo», la autora se adentraba en uno de los escenarios de «Las hijas de la criada», la isla de Cuba, aunque centrándose en los años últimos de Fidel Castro como dictador. Con este debut, Sonsoles Ónega logró el Premio Letras de Novela Corta con un texto en el que sus personajes, y la historia de sus vidas, testimonian la opresión a la que todavía son sometidos millones de cubanos, además de intentar convertir su literatura en un antídoto contra la anestesia de la memoria.

Con «Donde Dios no estuvo», la autora realizaba una mirada poliédrica de los atentados del 11-Mcon varios ejes argumentales, desde un político que se juega su futuro a una jueza y un fiscal de la Audiencia Nacional, pasando por una niña llamada Lucía o Saturno, un hombre que quiere volver a Cuba.

Pero el mayor éxito hasta la fecha de Ónega vino con «Después del amor», una novela de ficción que transcurre en los años de la Segunda República. Premiada con el Fernando Lara de Novela en 2017, la nueva ganadora del Planeta se inspiraba en una historia real para reivindicar la fuerza de las mujeres en una época de hombres, centrándose en la relación entre Federico Escofet y Carmen Trilla, un capitán del ejército y una esposa atrapada en un matrimonio infeliz. Tanto «Después del amor» como «Mil besos prohibidos», hasta la fecha su última novela publicada, han sido grandes éxitos de ventas.

Además de esta producción literaria, no se puede olvidar que Sonsoles Ónega hace años que se dedica al periodismo. Fue durante un tiempo corresponsal en el Congreso de los Diputados de Informativos Telecinco. Con «Y ahora Sonsoles», el programa que de lunes a viernes presenta por las tardes en Antena 3 Televisión, ha logrado consolidarse como la propuesta más vista en su franja horaria.

Por su parte, Alfonso Goizueta se ha convertido en el finalista del Premio Planeta con «La sangre del padre», una biografía novelada de uno de los personajes históricos más fascinantes de todos los tiempos: Alejandro Magno. Tratando de ser fiel a los hechos, Goizueta nos hace seguir al joven Alejandro, tras el asesinato de su padre, cuando emprende la expedición hacia Persia con el fin de liberar a los pueblos de la barbarie. En la novela somos testigos de cómo Alejandro va convirtiéndose poco a poco en un tirano al que no le importa llevar a sus huestes hasta una muerte segura.

Para el muy joven Alfonso Goizueta es un paso importante en su carrera literaria, en un primer momento enfocada hacia el ensayo con trabajos sobre la historia de la geopolítica europea de entreguerras, «Limitando el poder, 1871-1939» y sobre los orígenes de la unidad nacional española, «Los últimos gobernantes de Castilla». Con «Corazón de deidades», publicada en 2020, dio el salto hacia la novela histórica, con una crónica que tenía como eje la mitología griega, un tiempo histórico que lo ha hecho finalista del Planeta ahora.

Alfonso Goizueta declaró que «Alejandro Magno uno de los primeros políticos modernos en usar la propaganda. Era un personaje que usó la propaganda para crear un político nuevo. La novela transcurre durante toda su vida, desde su adolescencia hasta Babilonia. Esa búsqueda de sí mismo le hace evolucionar. Pero también es un amor muy bonito entre Alejandro Magno y Hefestión, y Alejandro y sus generales». El autor también recordó que desde que empezó a leer a los clásicos a los 15 años deseó ser escritor y que estaba abrumado por este reconocimiento por esta novela.

A través de esta historia, que ha escrito el novelista más joven en quedar finalista de este galardón, es un viaje en el que existen dos a la vez. «Últimamente se decía que Alejandro Magno era un psicópata que ordenaba ejecuciones, que ordenaba la muerte de gente, pero a mí esta idea no me cuadraba con un joven que había sido educado por Aristóteles. Debía ser una persona introspectiva y debía tener un rico mundo interior. En Grecia era normal la relación homosexual. Es la historia de amor fraterno entre los dos y cómo comparten esa vida juntos». Luego dijo que «todas las conquistas que hizo Alejandro Magno las hizo para liberar el mundo porque consideraban que los persas lo tenían sometido a la tiranía». Para él, «Alejandro como líder es de lo más inspirador. Escribir las arengass de las batallas y cuando apela al espíritu del hombre libre ha sido de lo más divertido que he hecho».