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Arte nostálgico
Con la muestra "Aquellos Años Locos " se rinde homenaje a una década, a esas escenas que nos transportan a muchos recuerdos.
Ya no queda nada para que Madrid se invada de lienzos, de trazos, de arte futurístico y de arte para recordar. Somos muchos los románticos/nostálgicos de la “antigua era”. De aquellos tiempos en donde internet no nos arrebataba la vida.
Y como lo comenta Gabriel Suárez para presentar su próxima muestra de “Lucha de Gigantes”: “El mundo actual en donde la tecnología avanza a pasos vertiginosos y peligrosos y en donde la Inteligencia Artificial parece una amenaza imparable, nos pide a gritos que frenemos, que recordemos y celebremos nuestras raíces y nuestra infancia".
Cuánto nos gustaría a muchos retroceder, aunque fuera por unas horas a esos tiempos, pero sabemos que eso es imposible, sin embargo, el arte una vez más es la herramienta que nos ayuda a suspirar añorando momentos vividos.
"Aquellos años locos" será una exposición que rinde homenaje a una década, que dejó una huella indeleble en nuestras memorias y corazones. Este viaje nostálgico nos invita a la reflexión, a que revisitemos los momentos que definieron nuestra inocencia y recuperemos al niño que llevamos dentro como si jugásemos a Peter Pan.
El cine de aventuras, la música pop-rock y las calles eran el centro de nuestras vidas. Los años 80 fueron una época de descubrimiento y libertad. Las tardes se llenaban de risas y juegos al aire libre, la imaginación no conocía límites. El Delorean de “Lucha de Gigantes” transportará por una noche a mundos fantásticos, desde la magia de Atreyu al misterio de Darth Vader. Estas historias nos entretenían, nos enseñaban el valor de la amistad, la valentía y la importancia de que luchásemos por nuestros sueños y por un mundo mejor.
"La fascinante y ecléctica música de esa década se convirtió en la banda sonora de nuestra juventud" Gabriel Suárez
Los españoles que nos movemos entre los cuarenta y los sesenta coincidimos en que fue una década prodigiosa. Todos soñábamos que un mundo mejor era posible. El triunfo de un cierto carpe diem, la ilusión de una vida más próspera, la felicidad individual y un profundo sentimiento de libertad.
Nuestra infancia transcurrió en parques y plazas, entre constantes intercambios de cromos repetidos que completaban álbumes interminables. Partidas de chapas y canicas, nos descubrieron lo que era la adrenalina, mientras que nuestra música de fondo eran las canciones de las palmas y la comba o las peonzas golpeando los suelos de arena y rodando hasta que se apagaban.
Esta muestra se podrá ver del 3 al 9 de marzo en UMusic Hotel para vivir un “Regreso al Pasado”.