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Fotografía

Cuando Picasso fue musa de Dora Maar

Hasta el 14 de septiembre, el Museo Lázaro Galdiano de Madrid acoge «Dora Maar: fotografía y dibujos», una reveladora exposición enmarcada en PhotoEspaña 2025

La exposición cuenta con una serie de fotografías que Dora Maar tomó en Barcelona en 1933, un periodo de deriva a punto de desembocar en la Guerra Civil Alberto R. Roldán

Dora Maar va mucho más allá de su relación con Pablo Picasso. No es de justicia que el nombre de esta artista, fundamental en la vanguardia europea del siglo XX, se eclipse bajo la simplista definición de «pareja de». Maar fue musa, pero primero pintora, una fundamental artista surrealista cuyo ojo plasmaba tanto en el lienzo como a través del objetivo. Fue ella quien, a través de su cámara, «documentó el paso a paso de la creación del ‘‘Guernica’’. Picasso tuvo buen ojo y criterio, debía confiar bastante en su talento», apunta María Millán, comisaria de una muestra que, con motivo de PhotoEspaña 2025 y de la mano de la Fundación Loewe, reivindica las aportaciones creativas y artísticas de Maar.

«Dora Maar: fotografía y dibujos» –hasta el 14 de septiembre en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid– subraya aspectos clave de la obra multidisciplinar de la artista francesa. Destaca un lado hasta hace poco desconocido incluso para la propia comisaria: se expone un archivo inédito de dibujos de Maar, adquiridos en una subasta hace cinco años y que pertenecen a la Galería Boquet. «Encontrar estos dibujos hizo que se me acelerara el corazón», explica Millán, «no conocía esta parte de su trabajo, y cuenta con mucha variedad. Dibujaba en papeles que encontraba o en cuadernos de contabilidad, y utilizaba materiales sencillos como grafito o tinta china. En ellos, expresa su estado anímico, sus ideales, sus sueños y angustias». Retrata en ellos paisajes, insectos y bodegones, así como destaca «Autorretrato con pechos cortados» (1939), ejemplo de las inquietudes mitológicas y «de sus inspiraciones. En este dibujo, se retrata a sí misma como santa Águeda. Adoraba las lecturas de místicos como Santa Teresa, y le impactaban artistas como Zurbarán. Esas inspiraciones se reflejan en estas obras», apunta Millán.

Dibujaba en hojas sueltas o cuadernos de contabilidadAlberto R. Roldán

Además, se descubre en la muestra su afilado ojo en la fotografía y, con él, «su importante sentido de justicia social», completa Millán. Una colección poco conocida de imágenes tomadas por Maar en la Barcelona de 1933 desvela al espectador cómo la artista desarrolló el surrealismo también a través de la lente. En un periodo de deriva sociopolítica en España, previo a estallido de la Guerra Civil, la creadora se trasladó a Barcelona para centrarse «en aquello que le parecía que era surrealista que estuviera pasando. Fotografiaba a niños, músicos ciegos, a pescadores o mujeres ganándose la vida con la prostitución, y lo contrastaba con imágenes de los ciudadanos de clases más acomodadas paseándose por las Ramblas», define la comisaria. Una visión que se conjunta con otras fotografías que incluyen retratos a icónicas figuras como Jean Cocteau o Frida Kahlo, así como, por supuesto, Picasso. Fueron pareja, así como musas en ambas direcciones. El malagueño retrató a la francesa en pintura y también en fotografía –se incluyen imágenes de Maar tomadas por Picasso en la exhibición–, y también al contrario: además de en su estudio, retrató al pintor en la playa o junto a Jaume Sabartés. Se trata de recuperar, por tanto, esa esencia de que no caben eclipses entre creadores, de comprender que en el siglo XX las mujeres hicieron mucho más que posar.