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Arte
Juan Uslé dona tres cuadros al Reina Sofía: "No estábamos acostumbrados en España a reconocer la profesión de artista"
Se trata de la segunda muestra dedicada al artista en este centro, la primera fue 'Open rooms' en 2003, que se presentó en el Palacio de Velázquez y quese movió por varias sedes internacionales

El pintor cántabro Juan Uslé navega por segunda vez en el Museo Nacional Reina Sofía con la exposición 'Ese barco en la montaña', que abarca 40 años de su trabajo y que podrá verse hasta el próximo 20 de abril de 2026.
"No sé si me siento ya pintor o no, me costó mucho decirlo. Nosotros (él y Victoria Civera) cuando íbamos a Nueva York y nos presentaban diciendo 'es pintor español', te ponías de todos los colores. No estábamos acostumbrados en España a reconocer la profesión de artista o de pintor como algo normal, vivíamos acomplejados y solamente ciertas figuras o personas que pertenecían a ambientes muy distintos a los nuestros vivían esa libertad y esa autosuficiencia capaz de hacerles disfrutar, gozar y participar", reconoce Uslé.
La muestra reúne a cerca de un centenar de las creaciones de Uslé procedentes tanto de colecciones públicas como privadas y además de pintura también se nutre de fotografías del artista que el comisario, Ángel Calvo Ulloa, ha colocado en un recorrido circular en once salas. Se trata de la segunda muestra dedicada a Uslé en el Reina Sofía, la primera fue 'Open rooms' en 2003, que se presentó en el Palacio de Velázquez y que itineró por varias sedes internacionales. El artista bromea al pedirle al director de la pinacoteca, Manuel Segade, que vaya pensando en la tercera porque esta le parece "pequeña".
Años de préstamo
Precisamente, Segade explica que tres de las obras que conforman la muestra ya pertenecen a la colección permanente del museo porque Uslé las ha depositado después de años de préstamo.
Uslé -quien ha explicado que para su trabajo la soledad es "fundamental"- divide sus piezas en series que denomina "familias", aunque en la muestra se han ordenado por periodos, no por temáticas. El recorrido se inicia con series vinculadas a exposiciones icónicas del pintor como las realizadas en 1987 en la galería Montenegro de Madrid y en 1988 en la galería Farideh Cadot, en la ciudad de Nueva York, donde vivió muchos años.
"Descubro a Nueva York porque me invitan a hacer una exposición individual pequeña en Boston. Esto es en el año 85. Al principio tuve dificultades con el visado pero al final se arregla, ellos me reclaman , voy allí y conozco Nueva York. Nueva York me pareció mi casa. Me pareció que era una ciudad donde yo vivía o había vivido ya. Era por supuesto un Nueva York bastante diferente al de ahora. Hablo de mayo del 85", recuerda.
Una aventura sin toda la familia
Aun así, el artista sintió mucho desarraigo porque llegó con su pareja pero sin su hija, que tuvo que quedarse en Cantabria algún tiempo más: "Estabas embarcándote en una aventura pero por otro lado estabas dejando algo muy importante de ti en el lugar de origen. Había mucho desarraigo en eso y en esa frontera, que es en lo que se basa esta travesía histórica que mostramos ahora (la exposición)".
Esto se refleja en algunas ideas recurrentes en su trabajo, como "la intención de no quedarse en la zona de confort del estilo", por lo que defiende un "proceso de constante descubrimiento, de viaje o de periplo", a la vez que una indagación sobre "distintos tipos de belleza, que no tiene por qué estar en lo evidente". De hecho, 'Ese barco en la montaña' sitúa al visitante en un territorio que se halla entre lo vivido y lo soñado, avisa el Reina Sofía.
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