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Exposición

Sin prejuicios, Yoko Ono desea que usted termine su obra

El MUSAC acoge hasta el 17 de mayo la satírica, activista e interpelativa obra creada por la japonesa entre 1961 y 2015

En la instalación «Puertas» (2011) Yoko Ono crea una arquitectura imaginaria
En la instalación «Puertas» (2011) Yoko Ono crea una arquitectura imaginariaMUSAC

En Nutopia no hay tierras, y por tanto carece de fronteras y pasaportes. No hay líderes, ni rigen mayores leyes que las cósmicas. En ese país, que solicita desde 1973 inmunidad diplomática y reconocimiento de las Naciones Unidas, sólo hay gente, ciudadanos que habitan libres y firmes en el profundo conocimiento de la paz. Este satírico país conceptual lo fundaron Yoko Ono y John Lennon con el objetivo de poner fin a los problemas de inmigración del Beatle en Estados Unidos. Y ahora su embajada se ha asentado en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), tal y como indica una pequeña placa que preside el acceso a la exposición «Yoko Ono. Insound and instructure», en el centro leonés hasta el 17 de mayo.

Atravesando una cortina, tirándose por un tobogán o a través de un pasillo de espejos: usted decide cómo entrar. El acceso a la muestra, la más extensa de la obra de Yoko Ono en nuestro país en la última década, ya da pistas de su concepto artístico: usted elige porque es libre para hacerlo, y colabore con la obra, pues de lo contrario se mostraría incompleta. Además, el espacio no es sólo un envase: forma parte de la obra. Véase «Puertas» (2011), donde la artista crea una arquitectura imaginaria y condicionante. A lo largo de 1.700 metros cuadrados, el visitante se encuentra con la máxima expresión del arte participativo, teniendo la posibilidad de interactuar con la mayoría de sus obras. Connor Monahan es director del estudio de Ono, y apunta que resulta «imprescindible la participación de la audiencia, una conexión que lleva al cambio. Se piden gestos pequeños, como pintar un círculo, arreglar cerámica rota o cantar con voz de soprano. La idea no es destruir, sino darle valor a las cosas a través de la transformación y el juego». Ha comisariado la exhibición junto a Álvaro Rodríguez, director del MUSAC, y Jon Hendricks, un ejemplo de arte vivo, impulsor del movimiento Fluxus y quien lleva 50 años trabajando codo con codo junto a la artista japonesa.

Lenguaje radical

El 20 de julio de 1964, durante un concierto en el Yamaichi Hall de Kioto, Ono materializó el concepto que con el tiempo sería epítome de su obra, y que se recoge en el título de la muestra: «Insound and instructure». Entre Nueva York y Tokio, creó una serie de instrucciones de gran carga poética y con incluso alguna sutil referencia al budismo. «El término ‘‘instructure’’ viene de ‘‘instrucción’’, y de falta de estructura. Ono lo comparaba con una iglesia sin más techo que el cielo. Algo vivo, sin acabar. De ahí a que esta sea una exposición en la que hay que tomar decisiones», apunta Monahan. Las empezó a desarrollar de forma verbal alrededor de 1953, «y diez años después las puso por escrito. Las publicó en “Grapefruit”, en cuya primera edición incluyó más de 200 sobre música, pintura, poesía, eventos y objetos», explica Rodríguez. En 1970 lanzó una segunda con prefacio de Lennon, y hoy se exponen como fichas al inicio de la exhibición, representando la voluntad del lenguaje radical, activista, imaginativo e incluso satírico de Ono en su obra, abarcando esta muestra su trabajo entre1961 y 2015.

La exposición contiene más de 80 obras de Yoko Ono
La exposición contiene más de 80 obras de Yoko OnoMUSAC

Aquel que pasee por las salas del MUSAC escuchará desde el inicio una voz molesta, estridente, constante, que casi asusta al ruido. Tendrá parecida sensación a cuando un insecto se pega al oído, que inquieta y desagrada. Ese sonido es la banda sonora de «Mosca» (1970-1971) una de las películas de Ono, pues entre las más de 80 obras que componen la exposición también se incluyen sus más icónicas performances –como «Cut piece», 2013, que se interpretó ayer en el MUSAC–, y películas de la artista. No pasa desapercibido el metraje «Violación» (1968). Engancha y preocupa. Dirigida por Ono y Lennon, estos casi 60 minutos se rodaron en Londres, donde los artistas escogieron a una «víctima» que fue perseguida durante dos días por un cámara y un técnico de sonido, acosándola mediante una constante filmación. Un vídeo en el que querían reflejar lo que ellos mismos sufrían por parte de los fans o los paparazzi, y que resulta sobrecogedor. Quita el aire, pero éste vuelve de lleno con «Película Nº 4 (traseros)» (1966-67): esta cinta fue emitida por primera vez en el Royal Albert Hall y fue un éxito. ¿Qué ocurriría hoy si, en un cine, emitiesen «Violación» o el culo de 365 modelos, hombres y mujeres, durante 80 minutos seguidos? ¿Arte o atrevimiento?

«En España cada vez vemos el trabajo de Ono con menos prejuicios», asegura el director del museo, quien también comisarió una extensa muestra de su obra en 2014 en el Guggenheim de Bilbao, «sus ideas se están asentando». Y es cierto que Ono, más allá de ser o no imagen de aquella histórica separación musical, es una mujer de plena actualidad. A sus 92 años, cuenta con una obra de gran compromiso con aspectos sociales que aún siguen latentes. No hay mayor ejemplo que su predicación por la paz, presente en el MUSAC desde el propio hall con «Banderas invisibles» (2015), que reitera el pacifismo como una de sus preocupaciones vitales, o con «Pieza para imaginar un mapa» (2003), donde el espectador puede sellar la paz en el punto del planeta que desee. Unas reflexiones que traspasan paredes, pues por la ciudad de León se repartirán hasta enero con una serie de vallas con las expresiones «imagina la paz», «respira», «recuerda» o «vuela».

En el hall del MUSAC ya cuelgan obras que forman parte de la muestra
En el hall del MUSAC ya cuelgan obras que forman parte de la muestraMUSAC

Un activismo, además, también evidente en la protección y refuerzo del papel de la mujer en la sociedad, a quien Ono alienta: «Ten valor, siente rabia, estamos resurgiendo». En su obra “Ascendiendo” (2013), la artista invita a toda aquella mujer de cualquier edad y país a tomar asiento, coger papel y bolígrafo y «enviar un testimonio de cualquier daño» que hayan sufrido «sólo por ser mujeres». Unas palabras que, junto a una fotografía de sus ojos, pueden ser enviadas de forma anónima o firmada, y que «se mostrarán en mi instalación en el MUSAC». Así es Nutopia, o así es Ono: más que una escisión artística, una reclutadora de la paz participativa.

El sí que cambió la inspiración de John Lennon

Recorren la muestra palabras en acrílico sobre lino: «siente», «recuerda», «abre», «olvida», «toca» o «sí». Esta última guarda relación con la obra que unió para siempre a Lennon y a Ono. Está asociada a «Pintura de techo» o «Pintura del sí» (1966). La artista empleaba el adverbio en «un momento en el que necesitaba esa palabra en mi vida». Una instalación conceptual que inspiró al músico hasta llegar a ser un punto de inflexión en su vida.