Polémica woke
A Disney le crecen los enanitos de Blancanieves: «¡Los enanos no pueden hacer de enanos!»
Esta adaptación del clásico no cuenta con actores enanos para no ofender al colectivo; así, se han hecho por ordenador
«Pero si es una historia sobre enanos», dice el enano. «Bueno, no deberíamos llamarles enanos», corrige el no enano. «Dylan, no se te está permitido llamarte enano a ti mismo» (presentador). «¿Cómo debería llamarme, señor?», pregunta el enano. «Creo que deberías llamarte persona con enanismo o como te sientas cómodo», sugiere el no enano. «¡Enano, enano!», sentencia el enano.
Este es un extracto de un genial diálogo absurdo digno de figurar junto a las más notables parodias surrealistas de los Monty Python, entre el luchador y actor enano Dylan Postl y un contertulio muy correcto políticamente del programa «Uncensored», presentado por Piers Morgan.
El debate desemboca en esas aguas disparatadas a raíz de la polémica surgida en torno a la nueva versión de «Blancanieves», que Disney estrenará en la primavera de 2025, en la que se ha decidido prescindir de los siete enanitos de carne y hueso. Un «remake» dirigido por Marc Webb, que ha pasado el clásico de los hermanos Grimm por la batidora woke, haciendo, entre otras cosas que Blancanieves ya no sea «Tan blanca como la nieve y más bella que ninguna».
La actriz protagonista que encarna a la ingenua princesa es la latina Rachel Zegler, visiblemente más morena y menos agraciada que la bellísimaGal Gadot, quien interpreta a la malvada reina del cuento. Cuando le pregunte, ¿envidiosa?, «Espejito, espejito, ¿quién es la más bella de este reino?», el cristal parlante ya no se verá forzado a mentir para complacer a su dueña. Una adulteración en toda regla de la historia original, con tal de encajarla en el canon hegemónico en Hollywood: el absurdo wokismo, tan ruinoso para la industria.
Pero retomando el asunto de los enanos, que no es un tema menor; en un principio se contó para dicha película con siete actores para representar a sendos enanitos: eso sí, sólo uno de ellos con enanismo o acondroplasia, siendo tres de color y uno de ellos, chica. La diversidad, ya saben, por encima de todo, suponga lo que suponga.
Entonces, habló Peter Dinklage (Tyrion Lannister en «Juego de tronos»), el único actor enano bajito que tiene un altavoz en Hollywood, para señalar la «hipocresía» de la nueva versión de Disney: «Eres progresista en un sentido [al elegir a Zegler], pero aún estás haciendo esa maldita historia retrograda sobre siete enanos que viven juntos en una cueva, ¿qué diablos estás haciendo, hombre? Da un paso atrás y mira lo que estás haciendo», expresó este.
Y, seguidamente, el director del filme dio ese paso atrás, cambiando a los intérpretes enanos por liliputienses generados por CGI, o sea, por ordenador.
Esto entronca con el inicio del absurdo debate reproducido: «Hay actores enanos que sueñan con estar en una película importante como este ‘remake’ de Disney. Y, ahora, porque Peter Dinklage diga esto nos van a privar de ello por querer ser progresista», explicó inteligentemente Dylan Postl; a lo que añadió: «Estos son papeles hechos para actores de mi estatura... Yo no puedo optar por los papeles de Harryson Ford o George Cloney».
El otro contertulio de «Uncensored», que dice hablar desde su «condición de gay», asegura que se trata de «no caer en los estereotipos». «He pasado el último año escuchando a la gente decir que sólo los homosexuales pueden interpretar papeles de homosexuales, sólo los galeses personajes galeses... Pero en el momento que tenemos personajes enanos, entonces las únicas personas que aparentemente no pueden interpretarlos son actores enanos...», tercia con maestría el presentador del show Piers Morgan.
En fin, esperaremos a la primavera para disfrutar como enanos con el nuevo «Blancanieves y los siete personajes con enanismo o como quieran llamarse». O no.
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