Premios Goya

Los Goya dicen «No» a la moda española

Belén Rueda se fía de los españoles: el año pasado lució un Caprile, y es posible que repita
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Los premios y la pasarela Cibeles coinciden sólo en el calendario: los modistos nacionales reivindican una mayor presencia sobre la alfombra roja

Es el binomio perfecto. Cine y moda están destinados a entenderse. Se retroalimentan, se inspiran, se influyen, se unen, reaccionan. Mientras hay películas que han conseguido integrar el universo «fashion» a través de su discurso estético –desde «Desayuno con diamantes» a cualquier dechado de buen gusto como «Marie Antoniette» de Sofia Coppola o «Un hombre soltero» de Tom Ford–, hay otras que, directamente, han hecho trama con ella. Y viceversa: los diseñadores acuden a la inagotable fuente del séptimo arte para abrazar las tendencias que brotan de uno de los impulsores de cultura más importantes del siglo XXI. Estos días sólo hay que darse una vuelta por las redes sociales de nuestras agujas patrias –véanse los carteles de «Tootsie», «Annie Hall», «American Hustle» o «Pretty Woman» que Ana Locking está customizando en Instagram– para ver cómo películas y desfiles son dos aristas de un mismo ente.

Beneficios para todos

Este año, el destino ha querido que coincidan en el tiempo dos de los escaparates de la cultura española más importantes. Mientras ayer Desigual abría esta nueva edición de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, esta noche tendrá lugar la 29ª edición de los Premios Goya: dos momentos únicos en el calendario nacional que ayudan a lanzar y dar a conocer lo bien que se hacen las cosas en España. Cine y moda confluyen, pero mientras el gremio cinematográfico reivindica un mayor apoyo a su arte, el conjunto de diseñadores echa en falta más sinergia entre ambos mundos. Año tras año, los creadores nacionales reclaman una mayor presencia de producto español sobre la alfombra roja. «Creo que hay que trabajar en esta dirección: se puede hacer mucho más, aunque también se podría hacer menos. Pero es verdad que falta apoyo: al final, tendría consecuencias positivas para ambas partes y, en general, para la cultura española», señala Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España desde 2000 y uno de los diseñadores de mayor trayectoria y renombre en nuestro país. Sin embargo, lo más probable es que ninguno de sus sólidos (y muy válidos) trajes de noche consiga hacerse un hueco en el «front row». «Me parece increíble que los actores y actrices reivindiquen siempre que pueden el cine español y que, sin embargo, en la única gran gala que se ve a nivel internacional opten por diseñadores extranjeros. Yo quiero hacer algo único para ellas, pero optan por vestidos antiguos, usados y que ya hemos visto en cien “photocalls” antes», se indigna Juan Duyos, otra de las estrellas sobre las pasarelas. Hay estilistas, como Víctor Blanco –que viste a Celia Frejeiro, Megan Montaner, India Martínez y Nieves Álvarez en esta edición de los galardones–, que aseguran que los diseñadores no se mueven a tiempo, como sí ocurre en Estados Unidos o Inglaterra: «Los Goya han adquirido una relevancia internacional tan grande que no me puedo arriesgar con moda nacional, por eso opto siempre por diseñadores extranjeros. Necesito que mis chicas estén lo más perfectas posibles, con diseños espectaculares. Y eso no es posible con los diseñadores patrios», dice Blanco. «¡Eso es mentira!», prorrumpe Duyos. «Las actrices optan por diseños extranjeros porque quieren. Todos nosotros estamos deseando vestirlas: yo contacto con cada una personalmente, les hago llegar opciones y les propongo hacerles algo exclusivo. De hecho, me ha pasado invertir tiempo y dinero realizando vestidos... y al final no se los han puesto», añade el madrileño.

Uno de los casos que mejor ejemplifica –y que mayor dolor causa– esta falta de entendimiento entre cine y moda es el de Penélope Cruz. Con el epíteto ganado a pulso de «nuestra actriz más internacional», la de Alcobendas pasea su palmito por las «red carpets» de medio mundo realzada por costuras internacionales: Versace (como en su última aparición en los Goya, en 2010), Chanel, Carolina Herrera, Temperley London, L’Wren Scott, Dolce & Gabbana... Jamás hemos podido verla con alguno de los impecables diseños que deslumbran cada temporada en Cibeles. ¿A qué se debe este rechazo de nuestros artistas a la moda española? «Cuando me hacen un encargo, sólo pienso: “Quiero el vestido más bonito del mundo”. Si es de Elie Saab, pues no lo pienso más, aunque hay muchísimo talento en España. Jorge Vázquez, por ejemplo, tiene un nivel internacional brutal», explica Cristina Reyes, estilista de «celebrities». Y, de hecho, el diseñador gallego sí ha conseguido hacerse un hueco en los Goya gracias a mucho trabajo: «Le he hecho un vestido impresionante a la actriz Marta Hazas en “paillettes” doradas y corte sirena, muy al estilo Hollywood. Creo que es importantísimo que contemos los unos con los otros, y más en los tiempos tan difíciles que corren. Somos dos plataformas muy buenas para exportar cultura, así que cuanto más unidos estemos, mejor», razona Vázquez. Algo que matiza Lomba: «No soy partidario de hacer un recuento. Quiero que haya presencia de nuestros creadores, pero no tiene por qué ser el cien por cien. Es sano e inteligente que la moda española se mezcle con la americana, francesa, italiana... Aunque el que no haya nada de presencia española no sería positivo para nadie», apunta el director creativo de Devota & Lomba. Juanjo Oliva, por el que ha apostado Rossy de Palma, es más prudente: «Creo que hay bastante equilibrio, aunque podría haber más apoyo: existe una competencia brutal con las firmas internacionales. Pero no puede ser una imposición», asegura. De nuevo, como apunta Reyes, recae en los propios artistas la última palabra: «Como estilista, yo les ofrezco producto nativo, pero son ellos los que deciden», algo en lo que coincide Mayte Méndez de Vigo, responsable de estilismo de Mediaset España: «Como primera opción creo que hay que apoyar a los españoles –también a las jóvenes promesas–, y si no funcionan con el ‘‘look’’ que estamos buscando, entonces tiramos del potencial extranjero. Muchas actrices lo tienen claro a priori».

Que la moda española esté en la alfombra roja también lo ha propiciado la propia Academia de Cine, estableciendo un «showroom» en su sede de la calle Zurbano. «ACME colabora con nosotros: pretendemos que haya una mayor presencia de moda española en nuestro cine y ponérselo más fácil a los artistas. Incluso si están buscando algo que no tenemos aquí, nos encargamos de gestionarlo y traérselo, hacemos las pruebas, ajustamos...», cuenta a LA RAZÓN Tatiana Hernández, encargada de este «showroom». El mundo del cine tiene menos excusas que nunca para no decantarse por el talento y la calidad de los diseñadores de nuestro país.