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Estreno
Crítica de "Volver a ti": no hay bien que por mal no venga ★★ 1/2
Dirección: Jeanette Nordahl. Guion: Rasmus Birch y Jeanette Nordahl. Intérpretes: Tryne Dyrholm, Dabid Dencik, Johanne Loise Schmidt. Dinamarca, 2025. Duración: 96 minutos. Drama.

La desgracia nos hará mejores. Los que la sufren en carne propia y los que la sostienen a distancia serán los elegidos por Dios para viajar hacia la serenidad de los cielos. Es moneda común que en las películas nórdicas, que viven el vía crucis y el sacrificio desde la contención de la gama gris azulada del dolor, ocurra un accidente, una enfermedad o una muerte que haga mejores a los personajes, que ordene el mundo de los afectos para enseñar lo que de verdad importa. En una película como “Volver a ti” nunca se habla de Dios, pero toda ella está atravesada por esa molesta lógica calvinista por la cual hay que caer al pozo para ser más sabios.
Cuando Ane sufre un ictus que le deja el lado izquierdo del cuerpo paralizado estaba a punto de divorciarse de Thomas, que ya ha alquilado un piso con su nueva pareja. Por supuesto, la enfermedad lo cambia todo: sus hijas aún no sabían nada de la separación, que ahora se pone entre paréntesis, porque Ane necesita ayuda antes de incorporarse a su nueva vida. Es profesora de universidad, investigadora marina, independiente y madre de familia, y tiene que adaptarse a una discapacidad limitante que la hace vulnerable. En la primera parte de “Volver a ti”, Trine Dyrholm, una actriz capaz de defender lo indefendible, retrata con callada contundencia lo que significa enfrentarse a una situación tan traumática, en la que gestionar la rabia y la impotencia son sus mayores desafíos.
Sin embargo, pasado el primer acto, la película se asienta en el relato de superación, y entonces el conflicto pasa al marido, que redescubre a su esposa en sus ganas de vivir, y empieza a albergar serias dudas sobre separarse de ella. Huelga decir que en esta larga vuelta al redil habrá obstáculos que parecerán insalvables, algunos de ellos propiciados por trampas de guion bien dosificadas (un oportuno accidente de coche) que prepararán el escenario para un final de lo más previsible. Jeanette Nordahl no hace nada para que confiemos en Thomas: tal y como está construido el personaje, podría considerar a Ane su “proyecto de caridad”, como ella misma le reprocha, o la puerta abierta hacia la seguridad familiar. No sabemos, pues, si la película piensa que toda redención pasa por la revalidación del ‘status quo’ o, por el contrario, cree en la fuerza del amor. Falta pasión en la puesta en escena para que nos decantemos por esta segunda opción.
Lo mejor:
Tryne Dyrholm controla la dimensión trágica de su personaje, contiene los excesos que podría hundirlo sobre el papel.
Lo peor:
Su católica, apostólica y romana moraleja, acérrima defensora de la familia unida, jamás será vencida.
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