Julio Iglesias

El fantasma de Elvis Presley cantará en "La guerra de las galaxias"

La música de las películas siempre ha sido una clave en el séptimo arte a la hora de situar al espectador en un determinado estado de ánimo. Hoy, en 2029, esto ha llegado a nuevas cotas.

La nueva tecnología permitiría escuchar a artistas fallecidos interpretando temas compuestos mucho después de su época
La nueva tecnología permitiría escuchar a artistas fallecidos interpretando temas compuestos mucho después de su épocalarazon

La música de las películas siempre ha sido una clave en el séptimo arte a la hora de situar al espectador en un determinado estado de ánimo. Hoy, en 2029, esto ha llegado a nuevas cotas.

Hay bandas sonoras que se han hecho más famosas que la propia película que «cantaban»: «Godzilla» (Jamiroquai, Silverchair, Foo Fighters, Green Day y Led Zeppelin entre otros), «Purple rain», «Viva Las Vegas», la superheroica «Spawn» (con obras de The Prodigy, Rage Against The Machine, Metallica o Marilyn Manson), «Fiebre de sábado noche», «Flash Gordon» (una obra maestra de Queen) o «El último héroe» (Alice in Chains, AC/DC, Def Leppard, Cypress Hill, Fishbone, Anthrax y Aerosmith) son ejemplos de ello. De hecho, hay canciones que han marcado toda una época, tanto o más que la película en la que aparecieron. En «Cowboy de medianoche» sucede algo así con «Everybody’s Talkin’», de Fred Neil. El tema fue un éxito en su momento y ha sido versionado más de 100 veces por artistas de la talla de Stevie Wonder, Iggy Pop, Liza Minnelli, Tony Bennett, Louis Armstrong y hasta Julio Iglesias.

Fue precisamente «Cowboy de medianoche» y su exitosa banda sonora la que produjo un cambio en la música del cine. Y todo comenzó por una composición que no llegó al álbum: «Lay Lady Lay», de Bob Dylan. Poco después de cumplirse 50 años de esta pieza, un nuevo álbum de «Cowboy de medianoche» la llevó como homenaje. Esa fue la pieza que faltaba para que algunos estudios comenzaran a usar antiguas grabaciones e inteligencia artificial para llevar a artistas a interpretar piezas icónicas. Así fue como en 2027, cuando se cumplió medio siglo de «La guerra de las galaxias», se creó una banda sonora con las voces de Michael Jackson, Freddy Mercury, Elvis Presley y Janis Joplin que batió récords. Los estudios de grabación vieron allí un filón y pusieron a «cantar» a numerosos artistas fallecidos (y cuyos derechos tenían) nuevos temas o a versionar éxitos del momento. De hecho, por allí todavía se puede hallar la polémica versión de «Despacito» interpretada por Manolo Escobar. Aunque sí hay otras que fueron recibidas con aplausos por la crítica. La voz ronca de Joe Cocker en «Sweet Dreams», de Eurythmics, Amy Winehouse liderando temas de Marvin Gaye («Sitting on the Dock of the Bay», otra obra de arte) o Aretha Franklin con el micrófono y algunas baladas de Dire Straits.

El uso de las nuevas tecnologías en la música despertó también una nueva oleada de bandas sonoras que se convirtieron en clásicas. Randy Newman (quien de hecho escribió la canción «Cowboy» para la película de John Schlesinger) es un ejemplo de ello. Este compositor es el responsable también de las bandas sonoras de numerosas películas de Disney y Pixar, como «Monstruos S.A.», «Bichos», la saga de «Toy Story», «Cars»... Con estos antecedentes se utilizó tecnología de última generación para llevar el estilo musical de Newman a clásicos de la animación, como «Alicia en el país de las maravillas», «Dumbo» o «Fantasía» y así surgieron nuevas películas con imágenes completamente novedosas, nacidas de la música.