Historia

El Observatorio de Greenwich y el horario oficial del mundo

En 1884 se impuso para toda Inglaterra que el horario oficial era el de Greenwich, se tomó como patrón y de ahí el GMT, o Greenwich Mean Time

Detalle de la maquinaria del reloj de la Real Casa de Correos de Madrid. EFE/Kiko Huesca
Detalle de la maquinaria del reloj de la Real Casa de Correos de Madrid. EFE/Kiko HuescaKiko HuescaAgencia EFE

El rey Carlos II de Inglaterra decidió, en 1675, fundar el Real Observatorio de Greenwich, situado en este distrito londinense. Era un periodo en el cual Inglaterra dominaba la navegación y se hacía muy necesario tener una referencia clara. Por ello se pensó en trazar una línea imaginaria -los conocidos como meridianos- que marcaban la distancia oeste-este en secciones iguales. Dicho de otra manera, dividir la circunferencia terrestre en porciones que tuvieran la misma distancia las unas de las otras.

Era fundamental fijar un punto de referencia para conseguir una navegación segura. Es cierto que, hasta ese momento se utilizaron estrellas u otros puntos celestes para conocer la situación del barco en alta mar. El problema era cuando el punto de referencia desaparecía por culpa de una nube. La idea era marcar un punto terrestre y, desde él, como referencia universal, no depender de los fenómenos meteorológicos.

Esto, que puede parecer fácil, resultó muy complicado. Fue en el 1714 cuando el Comité de la Longitud ofreció 20.000 libras a quien presentara un método para determinar la longitud en el mar con un mínimo margen de error. La solución la dio el relojero John Harrison. Inventó un reloj que lo llamó H4. ¿En que consistía? Era un reloj pequeño, con un mecanismo preciso, con péndulo, y que era ajeno a las variaciones que se producían durante la navegación. ¿Por qué? Si bien un barco podía poner la hora oficial de Londres en su reloj, con el paso de los días la hora variaba y la descomposición provocaba hundimientos y la pérdida de barcos.

El H4 se estrenó en un viaje de Londres a Jamaica. Al llegar William Harrison -hijo del inventor- comprobó que el retraso del reloj sólo había sido de 5,1 segundos. Este retraso era inapreciable y descartable. La segunda prueba fue en el 1764. Una nueva versión del H4 viajó desde las Barbados a Inglaterra. En un viaje de 47 días sufrió un retraso de 39,2 segundos.

El Comité y el Real Observatorio no se lo creían, por eso no le pagaron las 20.000 libras. Le exigieron que otro relojero construyera un H4 y él otros dos. Se escogió a Larcum Kendall. Terminada esta prueba le siguieron negando el premio. Por eso Harrison decidió visitar al rey Jorge III. Aunque el astrónomo real lo consideró excepcional, el Comité continuó con su negativa. Decidió acudir al Parlamento. Este le concedió 8.750 libras y lo distinguió como el hombre que había solucionado el problema de la longitud.

El invento de un relojero

El problema es que los científicos seguían creyendo en la astronomía como solución al problema y no en una máquina. El capitán Cook les demostró que estaban equivocados. En 1772 pudo escribir cartas náuticas de Australia y Nueva Zelanda gracias a que llevaba un reloj H4 en su barco. A todo ello debemos añadir el ferrocarril. Hasta ese momento no existía un horario nacional. Las ciudades y pueblos se movían según saliera y se pusiera el Sol. La diferencia horaria era un problema. Los horarios locales debían suprimirse, pues no permitían una puntualidad ferroviaria.

En 1884 se impuso para toda Inglaterra que el horario oficial era el de Greenwich. Ahí fue cuando el meridiano que pasaba por este observatorio se tomó como patrón y de ahí el GMT0 -Greenwich Mean Time-. Es decir, a medida que se avanzaba en meridianos a la derecha se sumaban horas y lo contrario hacia la izquierda. Estados Unidos, al ser un país muy extenso, decidió utilizar sólo 4 meridianos -los 75,90,105 y 120- como base de sus usos horarios. De no hacerlo así, actualmente habría unas 100 zonas horarias. Así pues, gracias al invento de un relojero tenemos el meridiano de Greenwich como base horaria en contra del pensamiento científico.