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Tomás de Torquemada, el “martillo de los herejes” más cruel de la Inquisición

El presbítero dominico arrastró una larga sombra por las atrocidades que cometió durante su mandato de inquisidor general, acabando con miles de vidas
Eugenio LucasMuseo del Prado

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La Inquisición es la institución más polémica, controvertida y longeva de la historia de España. Este Tribunal, creado por la Iglesia Católica Apostólica Romana, se dedicaba a perseguir y castigar a los llamados herejes y disidentes religiosos. Una práctica que se ejecutó entre 1478 hasta alrededor de 1812, cuando se disolvió esta institución de manera definitiva. Durante este largo periodo de tiempo, se vivieron etapas bastante oscuras, algunas más que otras, destacando en este sentido el artífice de este Tribunal más sangriento que se ha podido conocer, así como el más emblemático y conocido a nivel internacional: Tomás de Torquemada.
Fray Tomás de Torquemada (1420-1498) fue un presbítero dominico que arrastró una larga sombra debido a las crueldades que cometió en vida. Confesor de Isabel la Católica, fue el primer inquisidor general de Castilla y Aragón. Tras ordenarse fraile en el Convento de San Pablo, fue nombrado prior del convento de Santa Cruz de Segovia, donde promulgó una estricta regla que impulsaba la “prudencia, rectitud y santidad”. Si bien, según escribió Juan de la Cruz, Torquemada “nunca quiso ningún título ni ningún cargo”, su carácter austero y el talento que se le reconocía le llevaron a ser confesor real, para posteriormente alzarse en el puesto de inquisidor general.
Las acciones cometidas por Torquemada son tan viles que incluso todavía hoy se utiliza su figura para representar villanos en obras de arte, leyendas o incluso películas. Se estima que bajo su mandato, el Santo Oficio -como también se le conocía a la Inquisición- quemó a más de 10.000 personas, así como más de 20.000 fueron condenados a otros duros e inhumanos castigos, como pudieron ser encarcelamientos, torturas o degradaciones públicas. Si bien hay expertos que relacionan esta cifra con la leyenda negra española, sí hay otros documentos que ratifican las grandes cantidades que cayeron sobre la conciencia del dominico.

El relámpago de España

Existe poca información sobre la vida personal de Torquemada, por lo que fomenta la tendencia a crear teorías y suposiciones sobre él. No obstante, lo que sí parece unánime por parte de los expertos es el hecho de que el nombre del dominico haya pasado a la historia como sinónimo de fanatismo y crueldad. Así lo describió su coetáneo Sebastián de Olmedo: como “el martillo de los herejes, el relámpago de España, el protector de su país, el honor de su orden”. Destaca, asimismo, entre sus acciones como inquisidor general, su promoción para la quema de literatura no católica, en particular bibliotecas judías y árabes.
En este sentido, Torquemada también fue uno de los principales partidarios del Decreto de Granada, que expulsó a los judíos de España en 1492. Su apoyo hacia esta iniciativa se debe a que ante la persecución que se producía en aquella época de musulmanes y judíos, muchos vieron conveniente a nivel social, político y económico convertirse al catolicismo. No obstante, la existencia de estos conversos superficiales no fue bien recibida por los Reyes Católicos, sino como una amenaza para la vida religiosa del país, lo que aumentó su persecución y su expulsión definitiva de nuestras fronteras.
Tomás de Torquemada murió el 16 de septiembre de 1498 -hace hoy 524 años-, en el convento de Santo Tomás de Ávila. Fue enterrado en el mismo lugar, siendo sus restos trasladados en 1572 a otra capilla. “Cuando se abrió la tumba para el traslado de los restos, los que se hallaban presentes contaron que sintieron un especial olor dulce y grato. El pueblo comenzó a rezar ante su tumba”, cuenta la leyenda. No obstante, con el tiempo el paradero de su entierro se fue perdiendo, por lo que actualmente se desconoce el lugar exacto donde descansan sus restos.

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