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Siglo XVI

Armada Invencible: a flote y a subasta

Se han encontrado en Guipuzcoa los que podrían ser los restos de la nave capitana de la Gran Armada, en la misma semana en que se ponen a subasta, en Sotheby's, las cartas de Felipe II al comandante de la expedición marítima española

La armada invencible larazon

Este artículo bien podría haberse titulado «La Armada Invencible tiene precio y pecio» –o «¿La Armada Invendible e Insumergible?»–, aludiendo a las dos noticias que hemos conocido este fin de semana sobre la Gran Armada de Felipe II: una es el importante hallazgo en las aguas de la bahía de Pasaia, en Guipuzcoa, de lo que podrían ser los restos de la nave capitana –la Santa Ana– de la expedición marítima del siglo XVI, y la otra es la subasta en la casa Sotheby’s de las cartas que el monarca español envió al comandante forzoso y suplente de la Armada Invencible, el duque de Medina Sidonia. Resulta paradójico, desde luego, que sea en Londres donde se puje por estos documentos que atestiguan la ofensiva naval española contra Inglaterra, o más concretamente contra su Reina a la sazón, Isabel I. También es coincidencia que se yuxtapongan las dos noticias sobre esta expedición militar de 1588 en el mismo fin de semana previo a la participación de Carlos Alcaraz –capitán actual de la gran armada tenística nacional– en Wimbledon y a una fecha también al mes de julio, cuando tuvo lugar el comienzo de esta acción bélica y marítima.

Sirva esta introducción para bucear en busca del pecio de la nave capitana de la Gran Armada: leemos que los investigadores han localizado en el canal de acceso al puerto guipuzcoano parte de la estructura de un pecio, en el que se conserva un tramo de madera de cuatro metros de longitud que se piensa que puede pertenecer a parte de la quilla del legendario navío Santa Ana, propiedad del capitán general Miguel de Oquendo. Junto a los restos de esta nao, construida en Pasaia en 1586, también se han recuperado en el mismo contexto arqueológico munición de cañones, en concreto siete bolaños de piedra de unos 20 centímetros de calibre, de la misma época. –«¿Pero cuál es su veracidad», nos preguntamos–. Tras ser sometidas a las pruebas de carbono 14, las planchas de madera han sido datadas en la segunda mitad del siglo XVI, momento en el que está documentado el hundimiento de la efímera nao Santa Ana, a consecuencia de una explosión accidental ocurrida en el puerto de Pasaia, tras haber comandado en 1588 la expedición de la conocida como Gran Armada de Felipe II.

Y aquí justo queríamos llegar para encajar una noticia con otra como piezas de un puzle: ¿Quién comandaba la expedición encargada por Felipe II? Eso es: Don Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia. Y precisamente parte de la correspondencia entre este y el monarca español es la que se subasta en Sotheby’s hasta el próximo 10 de julio. Leemos que los documentos, fechados en 1588, incluyen el nombramiento formal del duque sanluqueño, como jefe de la expedición tras la muerte del marqués de Santa Cruz, así como instrucciones militares detalladas sobre la travesía, la coordinación con el ejército del duque de Parma en Flandes y posibles acciones alternativas en caso de contratiempos. ¿Su coste? «Con un precio máximo estimado de 300.000 libras (350.000 euros)», leemos. Estaría gracioso que Carlitos Alcaraz con lo que ganase en Wimbledon dijera que para la saca, y se trajese de vuelta a España todo el lote de la correspondencia.