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El secreto enterrado bajo el crucero de Notre Dame que celebra toda Francia

Las excavaciones arqueológicas han dado con los restos de un célebre poeta que se creía perdido desde el siglo XVI
Restos uno de los sarcófagos excavados en Notre Dame
Restos uno de los sarcófagos excavados en Notre DameINRAPINRAP
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Bajo el crucero de Notre Dame se escondían dos sarcófagos de plomo. Tras ser descubiertos a principios de 2022, a pocos metros de distancia uno del otro, ambos fueron trasladados al instituto forense del Hospital Universitario de Toulouse para los respectivos análisis. La identidad del primero fue fácil de resolver, el epitafio no dejaba un resquicio a la duda: allí estaban los restos del canónigo Antoine de La Porte, fallecido en 1710. Por el contrario, el segundo sujeto sí era un misterio.
Un enigma que, como recoge "Le Figaro", podría haberse resuelto con el trabajo de Éric Crubézy, arqueólogo y médico del laboratorio de antropología molecular y de imágenes sintéticas de Toulouse. Tras un profunda investigación, se cree que se ha dado con el "carné" del allí enterrado: el poeta francés Joachim Du Bellay, fallecido en 1560 tras una apoplejía. "Es intrigante porque descansa en un lugar concreto donde, aparte de Antoine de La Porte, no se ha descubierto ninguna otra tumba intacta", afirmaba el científico a la cabecera francesa. "La búsqueda sugiere ahora que pudo haber ocupado una tumba que albergaba a dos personas muy conocidas en su época, pero sin ningún título religioso excepcional".
El primer paso en el proyecto fue trazar el perfil de la víctima, lo que les llevó ante un joven de unos 35 años que dista de la mayoría de restos descubiertos en Notre Dame, donde el 95% pertenecen a hombres mayores de 40 años, asegura el científico. Además, el cráneo del individuo (al que ya se le realizó una autopsia poco después de su muerte) presenta marcas de meningitis tuberculosa crónica ("una enfermedad muy bien documentada") y daños óseos, especialmente en el cuello. Solo el 5 % de los casos evolucionaron hasta la forma ósea de la enfermedad y un número aún menor afectó a las vértebras del cuello y las meninges. Se considera que esta patología ósea, la lesión cervical, solo habría afectado a menos de cuatro sujetos por cada mil en el grupo de edad considerado: "La meningitis crónica causada por la tuberculosis es una enfermedad mortal que puede provocar sordera y dolores de cabeza, y que en algunas de sus formas en épocas históricas podía durar varios años".
También los huesos de la pelvis fueron importantes en la investigación al demostrar que el fallecido era "un jinete experimentado" que viajó de París a Roma con cierta regularidad por motivos familiares, como confirma su biografía.
Cuenta Crubézy que no tardaron en pensar "que este cuerpo podría ser el de Joachim Du Bellay porque, aunque los textos dicen claramente que fue enterrado en Notre Dame, sus restos no aparecen cerca de los de su tío, en la capilla de Saint-Crépin, en el ábside de la catedral". Por tanto, Du Bellay no solo era un jinete experimentado, que murió entre los 35 y los 40 años, sino que, sobre todo, los escritos indican que padecía síntomas que corresponden a los que revela el estudio del esqueleto.
"Desde principios del siglo XX , se han realizado trabajos que demuestran que Du Bellay padecía tuberculosis", comenta el experto. Si repasamos su biografía, encontramos sus dolores de cabeza, muchos otros signos de su enfermedad y su estado de postración hacia el final. "Se trata de síntomas muy concretos que aparecen entre los 18 y los 25 años, con una sordera progresiva, que finalmente provoca la muerte al cabo de unos diez años. También estuvo en contacto con los mejores médicos de su época. Cita en particular en uno de sus poemas los tres huesecillos del oído que los anatomistas no describirán hasta más tarde".
Desde el punto de vista médico, el perfil coincide, pero los arqueólogos siguen siendo cautelosos. "Queda por explicar por qué el cuerpo del célebre poeta reposa en este lugar de la catedral". Hay dos hipótesis, sugiere Crubézy: "Podría ser un entierro temporal que se volvió permanente. Este es un caso que conocemos de uno de sus padres en Le Mans. La segunda, por el contrario, es verlo como un traslado desde Saint-Crépin, en 1569, tras la publicación de sus obras. E crucero pudo haber sido lugar de enterramiento de personajes conocidos, pero sin títulos importantes".