Historia
El verdadero significado detrás de "Ave Cesár los que van a morir te saludan"
La conocida expresión atribuida a los gladiadores en realidad cuenta otra historia
En el coliseo, el público grita con ansias de sangre esperando, ansiosos la llegada de los guerreros. La milenaria construcción retumba cuando entran los gladiadores irrumpen en la arena, fuertes, impasibles, la adrenalina corriendo por las más de 50.000 venas allí presentes. Las fieras rugen deseando ser liberadas y los gladiadores se alzan en armas esperando la batalla. Por fin, el emperador se levanta para dar comienzo a la matanza. "Ave, César, los que van a morir te saludan" exclaman con honor los guerreros desde la arena.
Es la misma escena que se repite una y otra vez en el arte, cine y literatura. Desde el arte del siglo XIX hasta películas tan míticas como Espartaco o Gladiator esta frase ha pasado a la memoria colectiva como un hecho histórico irrefutable. Pero, ¿Acaso es cierta?
Los orígenes de "Ave cesar los que van a morir te saludan"
La célebre frase es una traducción literal de la expresión "Ave, Caesar, morituri te salutant". Aunque popularmente se asocie con los gladiadores, esta frase nunca fue mencionada por estos. Lo cierto es que esta insignia de la cultura moderna solo fue dicha una vez, e incluso entonces se cuenta que causó un gran desconcierto.
En el año 52 d.c el emperador Claudio organizó una naumaquia para inaugurar los trabajos de drenaje en el lago Fucino, por aquel entonces la masa de agua más grande de la península itálica.
La naumaquia (recreación de una batalla naval para entretenimiento público) romana tenía la peculiaridad de que los participantes eran prisioneros condenados a muerte, a quién se les daba la oportunidad de pelear por su vida y no gladiadores.
Según cuenta el historiador Suetonio, normalmente una naumaquia consistía en una flota siciliana y otra rodia de 12 trirremes cada uno. Sin embargo, la de Claudio consistía en un auténtico combate naval, gracias a que el lago era lo suficientemente grande como para que los navíos maniobrasen y se embistieran.
Es en este mismo espectáculo, minutos antes de dar por comenzado el combate, cuando Suetonio nos cuenta que los condenados exclaman esta frase. Tal es el escándalo que el propio emperador les perdona la vida: … al gritar los combatientes: “¡Salve, emperador, los que van a morir te saludan!”, él respondió: “¡O no!”, y después de estas palabras ninguno quería luchar pensando que les había concedido el indulto…
La frase no vuelve a ser mencionada en ninguna otra fuente o ocasión, a excepción de los escritos de Dión Casio, en lo que era muy posiblemente otra versión del mismo episodio basado en el relato de Suetonio.
A pesar de su popularización, los historiadores se siguen preguntando si alguna vez se llegó a usar como un saludo recurrente. Se cree que la razón por la que pudo pasar a la historia es debido al inusual indulto masivo concedido por el emperador.