Unos "imputados" inesperados en el caso Tito Berni: Siniestro Total y sus "Chochos voladores"

Se despedían hace un año de los escenarios con una cita que bautizaron "40 años sin pisar la Audiencia Nacional". Pero quién le iba a decir a Siniestro Total que, meses después, la sombra del tribunal planearía por sus cabezas, aunque solo sea de rebote.

Esas cuatro décadas para ellos no fueron nada. Pasaron tan rápido como para no perder la forma y así lo demostraron en ese adiós en el que disfrutó todo el que estuvo presente y en el que se echó de menos a los que ya nunca podrán regresar, como el fallecido Gemán Coppini, del que, evidentemente, no se olvidaron.

Atrás quedan himnos del punk y el rock como Miña terra galega, Ayatolah! o ¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?. Pero la actualidad es caprichosa y ha traído otra perla de la banda: Los chochos voladores, de ¿Cuándo se come aquí?. Pero en esta ocasión no ha sido algo buscado por los vigueses, sino que ha sido la corrupción la que vuelve a hacer sonar el tema.

Tiraba de retranca el líder del grupo, Julián Hernández, al enterarse de la noticia: "Los chochos voladores es una canción que hicimos hace más de 40 años para el primer álbum de Siniestro Total. Se conoce que los implicados en el caso Mediador tampoco son unos críos. Eso sí: ¡queremos nuestros royalties!", publicaba en Twitter el coautor de la letra junto con Miguel Costas.

El motivo del tuit se debe a que en el sumario de esta trama aparece un personaje secundario de apodo "Chocho Volador", el sobrenombre con el que varios implicados se refieren a Adelaida Pérez, relacionada con el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa, aunque, hasta ahora, solo ha sido llamada a declarar como testigo en el juzgado de Santa Cruz de Tenerife. Aunque los investigadores determinaron que pudo actuar de enlace entre algún empresario y los cabecillas de la trama para conseguir contratos a cambio de supuestas "mordidas".

Puede que el "ataque organizado" del que hablaba la canción solo fuera una metáfora premonitoria del saqueo que se venía encima.