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Entrevista

Laia Costa: "Las mujeres tendemos a pedir perdón por estar esperando"

La actriz, nominada al Goya a mejor actriz protagonista por su interpretación en "Un amor", analiza con sensibilidad de cirujana el deseo femenino en esta entrevista

Laia Costa da vida a Nat, la protagonista de la película dirigida por Isabel Coixet, "Un amor"
Laia Costa se pone en la piel de Nat en el último trabajo de Isabel Coixet, "Un amor"Imdb

Atrincherarse en el asiento mullido de una butaca de los cines Renoir para conversar largo con Laia Costa es como sentarse cerca de las flores para adivinar lo que piensan, como tocar la tierra, como acariciar el lomo de un caballo. Y ahora que estamos a unas horas de cerrar el año, merece la pena volver mentalmente a ese recuerdo de campo. La actriz acababa de estrenar «Un amor», la adaptación homónima de Isabel Coixet sobre la novela de Sara Mesa y después de sumergirse emocionalmente en la materialización física de Nat, se mostraba catártica, vaciada, satisfecha. Por dar vida no sólo a la protagonista de la celebrada novela, sino también al incómodo espejo transfigurado cuyo reflejo le devolvía generacionalmente a muchas mujeres lindantes con la treintena una cara áspera, insondable y escarbada sobre su propio deseo, ese que hay que nombrar pero también atreverse a comprender. Este encuentro rescatado de las esquinas del tiempo que mantuvimos desde LA RAZÓN con la intérprete de "Cinco lobitos" adquiere dimensión predictiva sin saber entonces y conociendo ahora que Costa está nominada al Goya a mejor actriz protagonista por un papel "de los que te llevas un poco de por vida" y del que nos habló con tanta visceralidad y tacto y ternura, que resulta imposible no secundar el reconocimiento.

¿Qué sensaciones recuerdas cuando te enfrentas por primera vez a la lectura de la novela de  Sara Mesa ? ¿Surgen contradicciones y dilemas morales en ese primer contacto?

Fue la primera lectura que hice de ella, no había leído nada de ella y leer "Un amor" me sacudió. Isabel (Coixet) siempre dice que es como un puñetazo en el estómago y me parece la definición perfecta. Fui muy consciente de que se me presentaba una oportunidad muy única porque sentí que Sara Mesa es una genia, Isabel, sé que es una genial. Estas dos creatividades tan potentes me estaban proponiendo formar parte de un viaje increíble y fui a por él de cabeza. También tuve como a nivel de las sensaciones por las que me preguntas, mucha certeza de que tenía que ser un proyecto que me iba a involucrar al cien por cien a su debido tiempo, porque sabía que iba a ser muy intenso en cuanto a energía. Tenía que aparcar entonces la lectura hasta que me dijeran "la peli está levantada, rodamos en tal día y tal día" y ya meterme a ello. La preparación mental previa fue la única contradicción que sentí. Sabía que me enfrentaba a una inmersión profunda. Fue como me interesa mucho todo esto a nivel creativo me llama mucho la atención, pero me voy a olvidar de esto hasta que tenga que meterme. Para no perder energía.

"Yo no sé cómo se llega a la obsesión, pero siento que todos hemos pasado por alguna"

Laia Costa

El amor de Nat deviene en obsesión cuando se siente abandonada. ¿Es inevitable a la hora de retratar este tipo de amores convulsos como el que se muestra en la película, hablar de esos puntos obsesivos?

Yo no sé cómo se llega a la obsesión, pero siento que todos hemos pasado por alguna. Siento que a nivel vital es muy raro. No he encontrado a nadie que no haya habido algo así. Estas relaciones tóxicas desde las relaciones sexoafectivas o familiares o de amistad. Siento que que hay algo que se repite en estos patrones en los que si realmente empiezas a tener conversaciones con la gente a tu alrededor, te das cuenta de que existen. Y creo que tiene que ver con la vulnerabilidad del ser humano, que es una cosa que todos tenemos y que es algo que se activa en según qué circunstancias, ¿no? Hay algo en esa relación de Nat y Andreas, que yo a través de la película he empezado a entender ahora, recientemente y es que muchas veces, nos embarcamos en relaciones que no son de igualdad ¿no? Al final lo que Andreas le dice es: "vamos a estar bien si sigues estas normas, que son mis normas", pero en el momento que ella dice "yo necesito poner una norma más, que quizá es pasar a un plano más emotivo, más emocional, de vernos de verdad", él se cierra en banda y dice "no, eso no, fuera". Hay una cosa en querer agradar, en querer ser aceptada por parte del personaje de Nat, que creo que es muy intrínseco a las mujeres sobre todo. Esta cosa de no molestar, de justificar para mantener una realidad que a priori funciona, pero que en realidad no te está funcionando a ti, este miedo al rechazo en cuanto quieras plantear conectar desde otro lugar y en este caso, que no sea solo el sexual. Cómo eso te lleva a el destierro y cómo eso no se gestiona bien, pero ya desde el principio. Porque yo creo que Nat ve desde el principio que eso no va a funcionar de ninguna manera.

¿Por qué crees que entramos ahí?

De eso te habla la peli. De permitirnos fallar y entrar ahí y aprender de eso y seguir adelante, que es una cosa que tampoco nos permitimos muchas veces cuando entramos en este tipo de pozos. O hacemos como que no han existido, o no hablamos de ellos porque es muy vulnerable hablar de si yo he tomado malas decisiones y las he llevado al extremo y no las he parado yo: se han parado porque ellas me han parado, ¿no? Esta historia me permite hacer las paces con muchos apartados del ser humano que nos dicen que tenemos que ser perfectos y sobre todo, nosotras, perfectas, tomar buenas decisiones, hacer lo correcto. Cómo culpabilizamos a esas personas muchas veces sin tener en cuenta todas las circunstancias que están viviendo para llegar a esos lugares. Me parece que "Un amor" tiene tantas capas y tantas complejidades que siento que cuando ves esta peli te tienes que ir a tomar algo y hablar de lo que te haya interpelado, pero que siempre hay algo.

Laia Costa e Isabel Coixet durante el rodaje de "Un amor"
Laia Costa e Isabel Coixet durante el rodaje de "Un amor"Imdb

Dentro de este de este proceso ciertamente obsesivo que comentamos, también hay una parte muy esencial que es la espera. ¿Has esperado por amor? Una reacción, una palabra, una respuesta.

Perdona que haga un paréntesis y me vaya un momento del tema, pero en realidad no me voy. Me estoy leyendo un libro ahora que se llama "El fin del amor" de Tamara Tenenbaum, que es una filósofa argentina y habla de esta espera que me mencionas y la define como algo esencialmente femenino. Es decir, cada vez hay más hombres sintiendo esa espera, pero nosotras seguimos siendo más. Es un análisis social, cultural, económico y político de esta espera desde lo femenino, desde la mujer, brutal, increíble. Te das cuenta de que estamos un poco como predestinadas a acabar haciendo una espera de algo y que estamos como muy entrenadas a aceptarla. Y a no ver que estamos esperando y a justificar esa espera en favor del otro. Y como hacernos de menos nosotras también. Es muy interesante, pero esa espera, ese querer agradar, ese querer ser aceptada, es una característica muy común en las mujeres, y esta filósofa hace un análisis brutal de todo ello.

Entiendes que estamos un poco predestinadas a acabar allí, en el lugar de la espera. Y cuando comprendes todos los mecanismos que están en juego, te das cuenta de que para desactivar esa manera de comportarnos tienes que hacer un análisis muy profundo que se remonta a siglos y siglos de comportamiento y de conducta humana y de relaciones entre ellos y ellas porque llevamos muchas generaciones y herencia genética a las espaldas con todo eso ¿sabes? Es muy interesante porque luego también hay mucha culpa en esa espera. Tendemos a pedir perdón por estar esperando, constantemente. Hay muchísima culpabilidad y la hacemos pequeña y sobre todo, nos echamos la culpa a nosotras. Esta cosa de "no quiero ser una pesada, pero me está pasando esto, no, pero bueno, seguramente estoy exagerando". En el caso de Nat, hay efectivamente una espera, pero es que es una relación de desigualdad emocional total y ella se engancha a eso constantemente pensando que quizá ella tiene la culpa. Creo que venimos muy, muy programadas para gestionarlo de ese modo.

¿En dónde crees que radica la incomodidad tan exagerada que genera en el espectador la toma de decisiones de este personaje y, sobre todo, el hecho de que mercantilice con su cuerpo, que convierta su cuerpo en una moneda de intercambio?

Yo creo que es muy incómodo porque es un personaje que a priori no entendemos y eso tiene que ver con el ejercicio de empatía, que al menos yo tuve que hacer para habitar este personaje. Con respecto al trueque que dices, yo también pensé "ostras, cómo voy a llegar ahí para sentirlo de una forma orgánica, natural, bla, bla, bla". Cuando tú entras en un proceso de creación de un personaje es como abrir puertas ¿no? Si yo tengo que hacer de ti, voy a empezar a abrir todas tus puertas y voy a mirar hacia tu familia, tu profesión, tu infancia. Las puertas que necesite. En este caso necesitaba abrir todas las puertas porque es un protagónico absoluto y te pide una inmersión muy profunda a nivel emocional. Si es un secundario de yo que sé de una narrativa más sencilla, pues quizá no hace falta: lo puedes hacer si quieres pero no en necesario. Sin embargo en este caso sí, y por ejemplo esto que me dices del trueque me sorprendió mucho cómo llegué a hacer las paces con eso cuando abrí la puerta de la profesión de Nat, que es traductora en una oficina para la admisión de refugiados. Eso me dio la respuesta, porque me di cuenta que la empatía de algo que es igual que nosotros es muy fácil, pero la empatía de algo que no entendemos es muy fácil juzgar y decir que tú no lo harías así jamás. Entonces, cuando haces el ejercicio de ponerte los zapatos del otro y caminar con ellos diez años, luego te sacas los pies y dices, "ostia, tengo las mismas heridas que esa persona". No es probártelos un momento.

Y decidiste no quitártelos.

Sin duda, investigué bastante acerca una profesión como esta. ¿Qué es una persona que vive con este tipo de profesión? Hice un café con un doctor que se llama Nathan Bertelsen de la Universidad de Minnesota, que es un tipo que ha estado 15 años trabajando con supervivientes de tortura para la reinserción en la sociedad de esta gente. Él me hablaba de que ese tipo de personas que trabajan durante muchos años 9 horas al día o más escuchando las crueldades humanas más extremas que jamás podrías imaginar, tienen un perfil de diagnóstico clínico muy claro. Tienen ansiedad, tienen depresión, tienen PTSD ("post-traumatic stress disorder" o "trastorno por estrés postraumático"), "burn out", anestesia emocional y me explicó cómo se comportan. Me dijo, sin haber leído nada del guion, que seguramente a esta chica, a Nat, es precisamente lo que le pasa porque son consecuencias típicas de estos casos. En este sentido fue muy interesante porque te das cuenta que no es una tipa rara haciendo cosas raras, es que tú no tienes ni idea de lo que le está pasando a esa mujer y sin embargo, hay gente que por lo que sea, sí que va a entender perfectamente lo que le ocurre ¿no? Yo hice un ejercicio que fue el siguiente: en un fin de semana vi tres documentales que hablaban de la crueldad humana.

Laia Costa dando vida a Nat
Laia Costa dando vida a NatImdb

A modo de oyente...

Exactamente. Como para estar ahí tres horas escuchando todos estos testimonios. Me vi "Viaje al corazón de la tortura", un documental que hizo Isabel (Coixet) de Sarajevo y luego me vi dos documentales del mismo cineasta, que uno es "The act of killing" y el otro es "The look of silence", que hablan de crímenes de guerra tanto desde el punto de vista del que perpetra como desde la víctima y los vi todos, como te digo, en un fin de semana. O sea, empecé el sábado y el domingo a la tarde, cuando había visto los tres no quería comer. No quería jugar con mi hija. Me hablaban, me parecía superficial la conversación. Estaba triste. Digo a ver... si sólo con tres documentales, yo ya estoy notando una anestesia emocional brutal y una incapacidad de conectar y un aislamiento, imagínate con 10 o 15 años de escuchar esto de manera constante en donde además tienes una responsabilidad activa. El mundo de la traducción simultánea a estos niveles, como es el caso de esta chica, está compuesto por gente que siente una culpabilidad y una responsabilidad brutal a la hora por ejemplo de saber que si tú estás escuchando que una mujer puede morir si ingresa en su país y tu traducción depende de que ese tribunal la acepte lo que se genera ahí es una responsabilidad.

Es entonces cuando llegamos al momento del trueque y yo la entiendo perfectamente. Esta mujer nos siente absolutamente nada. Es muy fácil juzgar desde tu privilegio en el que tú no has tenido que caminar esos caminos. Y es muy escalofriante darte cuenta de que si los caminaras, muy probablemente estarías haciendo lo mismo. Entonces el ejercicio de empatía es tan grande, que es una de esas cosas y personajes que te lo llevas un poco de por vida. El no juzgar, el no hacer competiciones de dolor, porque quizá tu dolor yo ahora no lo puedo entender pero quizás estaría en tu situación si hubiera vivido lo mismo que tú y esto es una de las grandes temáticas que usa Isabel en todas sus películas constantemente ¿no? la jerarquización del dolor, qué dolor es más prioritario que el otro.

"Después de ver tres documentales sobre la maldad humana en un fin de semana, no quería comer, no quería jugar con mi hija, las conversaciones me parecían superficiales"

Laia Costa

Hay un artículo muy interesante que Clara Serra publicó en El País como a principios de septiembre en donde hablaba del placer y de cómo los discursos feministas actuales, con toda esta cuestión del consentimiento, habían puesto el deseo de la mujer en el centro de sus reivindicaciones: en el sentido de que ahora parecía que había una especie de obligatoriedad a la hora de manifestar deseo, de mostrarlo, incluso de identificarlo como mujeres. Siendo el deseo algo absolutamente arbitrario y cambiante y desconocido y algo que nos puede llevar a lugares realmente sórdidos porque parte de la imaginación, de lo impreciso, de lo que queremos llegar a hacer. ¿Qué visión tienes de esto?

Me parece interesantísimo esto. ¿Quién conoce su deseo? ¿Quién es capaz de definir claramente cómo es su deseo? Siento que es como un animal vivo que nos sorprende a nosotras mismas y más el femenino que ha estado castrado desde la infancia y llenado de culpa y de etiquetas. "Creatura", la peli de Elena Martín, te habla de eso. Tú mira la protagonista de esa película, ¿tú crees que esa mujer sabe cómo es su deseo? ¿Y ahora le estás pidiendo a esa mujer que lo comparta con el resto y que lo defina?. Seguramente no es capaz. No todo el mundo entiende las contradicciones del deseo femenino. Te estoy hablando del deseo que no está encorsetado en un lugar donde desde lo social y lo cultural está aceptado. Porque ese deseo sí que todo el mundo es capaz de hablar de él. Te hablo un deseo como el de Nat, (¿por qué vuelve a casa de Andreas después de esa violación?). Siento que es un tema por descubrir, es como un continente por descubrir desde absolutamente todos los enfoques. Siento que empezamos a hablar. Nunca he visto algo como "Creatura", nunca he visto algo como "Un amor" en las películas sobre el deseo femenino. Nunca me han dado tantas herramientas como para plantearme preguntas y creo que ahora por suerte estamos en esa fase: en la de plantear las preguntas. ¿Cómo nos podemos exigir respuestas? -se interroga entre risas- no sé cómo se hace eso, pero siento que es un caldo de cultivo en el que las etiquetas y los juicios no nos hacen ningún favor y no sumamos nada.

Un fotograma de "Un amor"
Un fotograma de "Un amor"Imdb

¿Y qué preguntas te has hecho tú sobre el deseo a raíz de este trabajo?

A raíz de esa película he querido entender a Nat. Yo sé por qué llega ahí, es lo que hablábamos antes. O sea, yo ya he encontrado una puerta que hace que yo pueda habitarla para llegar a decir "sí acepto el trueque" y entonces lo vivo desde un lugar orgánico de verdad y se ve de verdad, porque lo estoy creyendo de verdad. Pero yo pienso, vale, vale, pero ahora me pongo en plan antropóloga, ¿por qué llega hasta ese lugar? ¿Sabes? O sea, no solamente desde la profesión, sino como mujer. ¿Por qué se queda luego enganchada a eso? Porque yo personalmente me he quedado enganchada también a este tipo de relaciones, por eso te he recomendado este libro de Tenenbaum porque me está dando herramientas por primera vez este libro de por dónde puede ir. Pero son respuestas tan tan, tan nuevas que todavía desde las mismas pensadoras están como entre comillas, con un interrogante, con un "working progress", siento que son cosas extremadamente novedosas hoy en día respetables. Y respecto a ciertas dinámicas que tenemos las mujeres ella hace también una reflexión increíble sobre el no molestar, porque las mujeres tendemos a no querer molestar en absoluto para nada en ningún momento (confiesa rebajando aún más el tono ya naturalmente sedante de su voz).

Es una chorrada esto que te voy a decir, pero creo que tiene que ver con esto: yo cojo muchos aviones y siempre pido ventana. Tengo dos personas a mi lado. Si son mujeres, sé que voy a salir más tarde. Si son hombres, sé que voy a salir antes. ¿Sabes que los aviones, cuando ya aterrizas y sacan a las personas te dicen "desembarcamos por filas", primero de la una a la cinco y así sucesivamente. Bueno pues de coger tantos aviones y leer estas lecturas y estar en contacto con estas teorías yo sé que si hay dos mujeres ahí voy a salir más tarde porque ceden el paso y sé que si hay dos hombres meten el codo y pasan. Incluso sé que si tienen maletas encima, la mujer, si hay una excepción de que sale a tiempo pero la tiene que coger, la va a coger lo más rápido posible para intentar salir lo más rápido posible. También se da el caso en ellos, obviamente, pero las situaciones en las que se coge tranquilamente la maleta y esperan a que tú esperes porque estoy en una fila anterior a la tuya, son masculinas Entonces, es lo que te decía, para mí esta película ha sido muy reveladora porque sientes que se te cae la venda por primera frente a algo que has normalizado. Como el amigo Peter ¿no? que lo normaliza sí. Y empiezas a no normalizarlo y a verbalizar que eso quizá no está bien y que por qué viene y de dónde viene y te das cuenta de esas dinámicas. Cada vez ves más y quieres saber más por qué lo hacemos de este modo. No tengo la respuesta. Estoy solamente enganchada a estas personas que se hacen estas preguntas. (Risas).

"Siento que el deseo femenino ha estado castrado desde la infancia y llenado de culpa y de etiquetas"

Laia Costa

Es que tiene tantas capas esta película y tanto subtexto que da para demasiadas líneas de diálogo aunque por desgracia tengamos poco tiempo.

Es que da para horas, por eso por eso estoy tan orgullosa de ella.

Otra de esas cosas que me parece subrayable de la cinta es cómo el individuo, en contacto con el grupo, en contacto con lo colectivo, con la sociedad puede llegar a experimentar sensaciones y emociones absolutamente conflictivas como la ira, el surgimiento de la envidia, la desconfianza, el rechazo, incluso la violencia. ¿Crees que en lo colectivo nace muchas veces el conflicto?

Totalmente, pero porque en lo colectivo hay un deseo por parte del individuo, de pertenecer, de ser aceptado, de gustar. Andreas y Nat son dos outsiders pero a Andreas le da igual si no es aceptado. Él vive aparte, Nat quiere gustar de una forma quizá menos evidente, pero quiere formar parte de, quiere que la inviten a la barbacoa, quiere formar parte de esa comunidad. Hay una dependencia. Cuando tú tienes ese deseo hacia la comunidad de cumplir sus normas, de ser aceptado, entonces ya es una desigualdad esa relación, de algún modo, ya vas a hacer cosas como para que todo fluya bien. Y entonces ahí entran las dinámicas de poder. No conozco ninguna sociedad que no se rija por eso. Ninguna, ni las religiones, ni las amistades, ni las familias. Sara Mesa es una genia para hablar de eso, de las familias, por ejemplo. Estamos totalmente supeditados a esas dinámicas. Lo interesante es ver cómo esas dinámicas son totalmente diferentes si eres mujer o eres hombre. O si tienes dinero o no. Entran tantísimas cosas en juego. Cuando quieres ser consciente de todas ellas, te conviertes casi en un activista a diario. O normalizas, relativizas y proyectas de forma más fácil todo. Dejas pasar. Incomodas menos...

No molestas...

(Risas) No molestas.