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Cinco novelas para disfrutar en la playa o en la piscina (y no es una recomendación más)

¿Quién dijo que la buena literatura no fuera para el verano?
Miguel Delibes siempre respondía de su puño y letra a todas las cartas que recibíalarazonSGAE.
La Razón

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El verano, como cualquier periodo vacacional, pero este especialmente por su mayor duración), es un momento propicio para entregarse al placer de la lectura: en la playa, en la piscina, en el tren, en el avión o en casa al fresquito acondicionado. La disposición de una buena ración de tiempo libre invita a invertirlo también, por qué no, en los libros que, en muchas ocasiones, con el ajetreo de la rutina se resisten el resto del año.

Sin embargo, pesa un tópico secular sobre le literatura veraniega: el de la ligereza. Suelen recomendarse para el periodo estival bestsellers de fácil digestión, librillos de quiosco de aeropuerto, vaya. ¡Pero quién dijo que la buena literatura no fuera para el verano! Hay magníficos libros, de todos los tiempos, tan oportunos para esta temporada o más que los mismos folletines de asesinato y sexo pautado, redactados en serie, cuyas chillonas solapas vemos una y otra vez en las listas de “lo más de lo más”.

Y es que para que un libro, en este caso una novela, sea atractiva, sólo hacen falta dos ingredientes más simples que la receta del gazpacho: que esté bien escrita y que cuente una buena historia. Y si es para el verano, cabe añadir (paradójicamente, por su incomodidad para manejarlo en la playa o en la piscina o para portarlo de un sitio a otro; pero para eso está el kindle... o en su defecto el crossfit) que sea una historia extensa (si llega a las 1.000 páginas mejor) y que sea ‘metaestival’: es decir, que la historia se desarrolle durante el verano.

Así, siguiendo estas pautas, en base a una posición absolutamente subjetiva y desde el grato recuerdo lector de vacaciones pasadas cabe recomendarles los siguientes cinco títulos.

Almudena Grandes es una de las autoras contemporáneas que mejor ha sabido combinar la literatura popular con "lo culto". La desaparecida escritora madrileña que da apellido a la estación de Atocha tiene en su haber novelas de gran talla literaria sin renunciar al entretenimiento, al nervio narrativo. Desde ‘Las edades de Lulú’, ese exquisito relatillo erótico, hasta el conmovedor novelón ‘El corazón helado’, primer tomo de sus interminables episodios de la guerra civil, pasando por ‘Anatomía de atlas humano’, Grandes ha hecho disfrutar y ha tocado la fibra de cientos de miles de lectores.

Mas si hubiera que prescribir una de sus obras para la pausa estival sería sin duda ‘Los aires difíciles’ (editorial Tusquets), donde narra una original historia de amor maduro con el pueblo gaditano de Rota y el verano como marco (villa donde precisamente la autora veraneaba junto a su marido el poeta Luis García Montero, amén de otras personalidades del mundo de las letras y de la música). Los cuatro vientos gaditanos (poniente, levante, sur y norte), tal y como el propio título indica, también juegan un papel importante en la obra.

El camino
El caminoAustral

Sobra presentación a la hora de hablar de Don Miguel Delibes, el mejor narrador español de la segunda mitad del siglo XX. Cualquier obra del autor vallisoletano es apetecible en la época del año que sea. ‘Cinco horas con Mario’, ‘El Hereje’, ‘Las ratas’, ‘Diario de un cazador’, ‘Los santos inocentes’... son novelas para gozarlas a fondo. La mejor prosa en castellano contemporánea lograda a través de la sencillez y la naturalidad.

Mas si hay que elegir una de entre las innumerables obras del magno escritor y periodista vallisoletano para estos meses de calor, esa es ‘El Camino’, donde, como es habitual en la narrativa de Delibes, el campo y la naturaleza son elementos fundamentales. ‘El Camino’ (Destino), con su inolvidable protagonista Daniel ‘el mochuelo’ invita a la aventura salvaje del verano infantil.

[[H2:LAS DESPEDIDAS’ (JACOBO BERGARECHE]]

Las despedidas
Las despedidasLibros del Asteroide

Bergareche gusta porque escribe muy bien. Escribe distinto. Juega. Se divierte y nos divierte. Nos cuenta historias harto originales que puede que nunca nos hayan contado. Si ya pegó, como se dice vulgarmente, “el pelotazo” con ‘Los días perfectos’ (donde se entremezclan mágicamente la metaliteratura, el engaño, Faulkner y la fantasía de la infidelidad); con ‘Las despedidas’ (Libros del Asteroide), publicada a fines de 2023, nos presenta una historia de lo más refrescante, en todos los sentidos, con la isla de Menorca como escenario. De nuevo la posibilidad de un desliz, la sombra de los cuernos proyectada en el Mediterráneo balear. Historias cortas, que dejan surco, y que sientan como un polo de limonchelo tras una copiosa cena veraniega.

[[H2:‘LÍNEA DE FUEGO’ (ARTURO PÉREZ-REVERTE)]]

Línea de fuego
Línea de fuegoAlfaguara

En Reverte, claro, hay muchísimo bueno donde elegir. No vamos a descubrir América. Pero de sus novelas recientes (última década) puede que ‘Línea de fuego’ (Alfaguara), la más extensa de ellas, sea la historia más apropiada para el verano (quizás porque se desarrolla a finales de julio... de hace 90 años). El frente del Ebro, la batalla de Mequinenza, contada a la manera del cartagenero: con sus “hijos de puta”, sus héroes momentáneos, sus corresponsales de guerra, sus mujeres intrépidas y sus onomatopeyas. Un libro para leer de noche, trago a trago, a ser posible con la ventana abierta sintiendo el aliento de Mediterráneo o del Atlántico.

[[H2:‘LA MALA VÍCTIMA’ (EMILIA LANDALUCE Y ROSA BELMONTE)]]

Mala víctima
Mala víctimaEspasa

La combinación de Landaluce y Belmonte es letal. Ya van tres libros en los que han demostrado que se compenetran mejor que Munitis y Zigic (perdón por la referencia futbolística). Esta, su primera novela, 'La mala víctima' (Espasa) es un retrato cargado de humor y mala leche de la burguesía aristocrática o de la aristocracia burguesa madrileño-salmantina que veranea en el punto más selecto de El Puerto de Santa María, el club El Buzo, en Vista Hermosa. Con la excusa de un cadáver jornalero aparecido en esos campos salinos de labranza de la provincia de Cádiz, la murciana y la madrileña se divierten escribiendo a pachas una novela de Alvia entre Cádiz y Madrid.