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literatura

Los libros de la semana: de un asfixiante Fernando Navarro a las cartas de Wittgenstein

Entre las novedades literarias también destaca «El consultor» de Im Seong-sun, el escritor que escribía crímenes para cometerlos

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«La pasión de los extraños», Marina Garcés

¿Pero es toda amistad realmente pura y sincera?

► Marina Garcés aborda la amistad, pero no solo en sus virtudes, sino en los lados menos convencionales de ese vínculo entre personas

Por Diego GÁNDARA

La amistad, ese valor, ese afecto que hace que dos personas se encuentren y establezcan una relación, un vínculo que, a diferencia de otros Y de otras relaciones (el matrimonio, el noviazgo, el discipulado, las relaciones laborales) parece no estar regida por normas prestablecidas ni institucionalizadas, aunque hay ciertas cosas que hacen que la amistad sea un bien, una virtud, y que resulten algo convencionales: en los amigos hay que confiar porque para eso, se dice, están los amigos. Pero ¿qué es la amistad?, se pregunta Marina Garcés (Barcelona, 1973) en «La pasión de los extraños», un libro ameno y cercano que indaga, a través de la revisión de lo que han dicho al respecto pensadores y filósofos varios como Epicuro, Montaigne, Nietzsche o san Agustín, por nombrar a algunos de ellos, sobre eso que se llama amistad y que es, ni más ni menos, una relación entre extraños que de pronto se vuelven cercanos. Y también necesarios, porque, como decían los clásicos, «la amistad es algo tan bueno que nadie querría vivir una vida sin amigos».

Suspicacia

Así, Marina Garcés aborda el tema de la amistad pero sin la exaltación y el valor que los tiempos actuales le dan al hecho de tener no sólo un amigo, sino muchos, muchísimos, casi un millón de amigos. Y se pregunta si eso, acumular amigos, contactos, conocidos, como quien acumula riquezas, es la amistad, porque una de las reglas no escritas de cómo debe ser el vínculo entre amigos exime la utilidad entre unos y otros. Marina Garcés, de todos modos, más allá del elogio de la amistad que se trasluce en las páginas del libro, hace hincapié, sobre todo, en el valor de la amistad, al poner algo de suspicacia con respecto al ideal ético de la amistad en sí misma. ¿Es toda relación amistosa una relación ideal, perfecta, pura y verdadera? ¿O se trata de un refugio ante el aislamiento, la soledad y los vínculos espurios? Sea como sea, «La pasión de los extraños» es un texto de hermosa claridad, que lleva a pensar y a sentir de verdad de qué hablamos cuando hablamos de amistad.

▲Lo mejor: La claridad y el trasfondo histórico, incluso político, que la autora ofrece sobre un tema apasionante como la amistad

▼Lo peor: Nada para criticarle a este libro rigurosamente escrito, tanto en términos intelectuales como en cuestiones de estilo.

«Crisálida», Fernando Navarro

Fernando Navarro, cuando la distopía resulta terrorífica

► Fernando Navarro describe en «Crisálida», un relato asfixiante lleno de crímenes, un ambiente de violencia moral ubicado en España

Por Jesús FERRER

En 2022 el escritor y guionista Fernando Navarro (Granada, 1980) publicaba «Malaventura», un libro de cuentos de sorprendente originalidad, que mostraba un universo narrativo de descarnada violencia rural, desérticos paisajes de western paródico, fantasmales protagonistas, desquiciadas situaciones, y crímenes espeluznantes. Con estos referentes y bajo la clásica mitografía literaria del territorio sureño, ve la luz ahora «Crisálida», una novela cargada de humor negro, distópica fantasía, poética brutalidad, e ingeniosa imaginación. Una niña, por simbólico nombre Nada, se despierta postrada en la cama de un hospital sin saber qué hace allí. A partir de aquí comenzará a recordar las peripecias de su familia, que vive en un misterioso bosque del sur andaluz. Un enigmático ente habita en ese lugar, condicionando las conductas de sus moradores y sembrando un inquietante ambiente de violencia física y moral.

Terror insospechado

El padre de familia, apodado el Capitán, gravita, con salvaje brutalidad, sobre toda la historia: «Papá Abismo, que un día encerró a sus hijos entre secuoyas perdidas y del que nunca se volvió a saber nada y yo me arrastro por la nieve sucia y dejo un reguero de sangre en el que puede leerse ayuda, que alguien me ayude ayuda ayudadme, que soy Nada, la niña sin nombre». Este singular personaje se irá mimetizando con una naturaleza de esotéricas proporciones. No falta aquí la soterrada comicidad que dota al relato de una crítica ironía, con la que se denuncia la incomunicación social, el absurdo de la cotidianidad, un insospechado terror en las relaciones personales, y una crueldad inherente a la propia condición humana. Como en un mal sueño, la niña Nada evoca una existencia de condiciones sobrevivenciales y depredadoras, donde rige la ley del más fuerte en un mundo sin normas ni esperanza. En la línea de Don DeLillo, J.G. Ballard y Cormac McCarthy esta novela emociona y sobrecoge con un argumento distópico y apocalíptico.

▲Lo mejor: La conseguida recreación de una misteriosa atmósfera algo surreal

▼Lo peor: Sin gran importancia, cierta dispersión en alguna subtrama

«Los Wittgenstein: una familia en cartas», Ludwig Wittgenstein

El rostro más humano y familiar de Wittgenstein

► Se publica la correspondencia del filósofo con su familia, que revela un lado más íntimo y menos feroz del hombre que cambió el pensamiento

Por Diego GÁNDARA

«Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo». Y: «De lo que no se puede hablar, es mejor callar». Esas dos oraciones encierran el núcleo, de la filosofía de Ludwig Wittgenstein. Quién sabe si él es el filósofo más importante, aunque sí es uno de los más singulares, eso sí, dado que entendió la filosofía no como una colección de conceptos sino como una aclaración, como algo que iluminaba el mundo de las ideas. Y de la vida. Así lo demuestra este libro, preparado por Brian McGuiness y Radmila Schweitzer, que reúne las cartas entre el filósofo y su familia entre 1908 y 1951, y que ofrece una imagen diferente, afectiva, de Ludwig, lejos del perfil de hombre solitario, de pocas palabras, que se forjó y que hizo de él una especie de leyenda.

Familia rica y culta

Es que más allá de su filosofía, la vida de Wittgenstein se enlaza con su propia vida. Nacido en Viena en 1889, hijo de una familia acaudalada y, sobre todo, muy culta, que apoyaba económicamente cualquier expresión artística, Ludwig se dedicó primero a estudiar ingeniería en la Universidad de Manchester. El estallido de la Primera Guerra Mundial lo llevó a las trincheras, donde surgió su pasión privada: el estudio del lenguaje. Así escribió, y terminó, estando preso en Italia, su «Tractatus logico-philosophicus», que hizo temblar las bases sobre las cuales se apoyaba el pensamiento del mundo occidental. El libro, más allá de su silencio y de su vida ermitaña, que lo llevó a recluirse en el sur de Noruega y a trabajar durante un año como ayudante de jardinería en un monasterio, la relación con su familia, marcada por la tragedia, pues tres de sus hermanos mayores se suicidaron, siempre se mantuvo inquebrantable, en especial con su hermano Paul, un reconocido pianista (Ravel escribió el «Concierto para la mano izquierda en re mayor» para él) y que es su mayor confidente. Alguien a quien no sólo le expresa su mundo, limitado por el lenguaje, sino también otro mundo, inefable, donde las palabras no dicen nada y ante el cual es mejor callar.

▲Lo mejor: Las cartas permiten descubrir la vida real del filósofo

▼Lo peor: No tiene nada desdeñable este libro, que supone un buen retrato familiar

«El consultor», Im Seong-sun

El autor que escribía crímenes que sucedían después

► Im Seong-Sun crea una trama original, endiablada y violenta escrita en primera persona que aspira a encontrar el asesinato perfecto

Por Lluís FERNÁNDEZ

La originalidad de « El consultor» es su novedosa forma de renovar la puesta en abismo en el interior de un texto metaliterario. Ambas estructuras se superponen en la novela de Im Seong-sun. Un escritor de novelas policíacas amateur es contratado por una misteriosa Compañía por su sagacidad para planificar los asesinatos. El autor se define así: «Todos los asesinos son grandes escritores. Crean la historia más eficaz para sus objetivos y construyen un personaje verosímil para justificarse». El narrador es novelista y planificador de asesinatos, con sus pormenorizados informes sobre cómo asesinar de forma natural para salir indemne: «Fabricar una muerte natural no es para nada sencillo; se necesita engañar a la suerte y a la probabilidad». ¿Qué diferencia al novelista que maquina asesinatos que escapan a la policía y a la acción de la justicia del que planifica asesinatos sin participar en sus muertes? El dineral que le pagan: «Si alguien quiere matar a otra persona, debe hacerlo con la mayor naturalidad posible. Si nadie reconoce el acto como algo ilegal, la ley lo pasará por alto».

Ficción dentro de la ficción

Visto cínicamente, el relato del novelista que escribe relatos sobre el crimen perfecto, que se ejecuta sin su participación, no se diferencia en nada a la fabulación literaria. El autor coreano Im Seong-sun fabula en «El consultor» un relato donde el narrador es un cobarde carente de sentimientos, que vive obsesionado por su complejo de culpabilidad por participar en los crímenes que le encargan a La Compañía, empresa que representa al capital,cínico y deshumanizado. La obra tiene la estructura delirante de Kafka. El metatexto que hace que sus crímenes se hagan realidad se superpone al texto del novelista, como lo hace la ficción dentro de otra ficción. Tanto el metatexto como la «mise en abyme» remiten a textos superpuestos de forma autorreferencial, como el pendiente en forma de caja cilíndrica de «La vaca que ríe». El resto de «El consultor» es la manida crítica al capitalismo y una cínica carencia de sentido del humor.

▲Lo mejor: La originalidad del planteamiento en abismo de «El consultor»

▼Lo peor: Numerosos capítulos históricos que desvían la atención del relato principal