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EntrevistaCine

Mario Casas, más cerca que nunca de su identidad: "Pasas la vida entera buscando quién eres"

El actor demuestra su versatilidad en "Muy lejos", una aproximación al cine independiente dirigida por su coach personal, Gerard Oms, que le ha valido una Biznaga de Plata

Mario Casas en una escena de "Muy lejos"
Mario Casas en una escena de "Muy lejos"Imdb

Cuando nos acostumbramos a la exposición prolongada de un determinado rostro en la pantalla corremos el riego, como observadores aventajados y ajenos a lo que sucede fuera de ese cuadrado perfecto de fulgor y belleza repleto de vidas y escenarios inventados y de salvajes oportunidades de ser continuamente alguien distinto que es el cine, de asumir la figura de los actores o las actrices como pequeños depositarios estructurados de los deseos propios.

Existe en ese ejercicio erróneamente adjudicado de traslaciones equivocadas, de ilusiones rescindidas, algo de reclamo y algo de expectativa pero también de exigencia popular a veces egoísta y desquiciada por todas las horas de acompañamiento y lúdico sueño y ligereza y dispersión y recreo que brindaron las historias que protagonizaron y si hay un nombre en la industria cinematográfica española que cumpla en términos generacionales con esa cualidad atribuida de depositario afectivo –y en muchas ocasiones por reduccionista que suene también hormonal– sobre el cual se han asumido durante los casi veinte años que lleva de carrera una suerte de marcos estereotípicos y predeterminados a la hora asumir cada nuevo trabajo que afronta es, sin duda alguna, Mario Casas.

Mario Casas en "Muy lejos"
Mario Casas en "Muy lejos"Imdb

Pero ocurre que Casas ya no es el chico de la moto, ni el nerd enamorado de la chica incorrecta, ni el nuevo becario seductor de la comisaría de San Antonio porque ha pasado el tiempo y como arrojan los Carolina en su canción "No tan jóvenes", "todo lo que veo ahora antes era otra cosa" y esa otra cosa ahora tiene 38 años, una vida alejada de la prisa y la aceleración cultural urbanita, del alcohol y el tabaco, una perra llamada Dakota a la que considera un ángel caído del cielo, claridad y criterio a la hora de elegir los proyectos en los que decide embarcarse y la necesidad vivísima de tomarse esta profesión como un canal de exploración constante, que es lo que resulta de su última y personal película por la que ganó una Biznaga de Plata en la reciente edición del Festival de Málaga, "Muy lejos".

Salto al vacío

Afable en el gesto y cálido en el trato, Casas reconoce en entrevista con LA RAZÓN cuando le preguntamos por la voluntad de incursión en los códigos de un cine más autoral e independiente que "los personajes o las historias procuro afrontarlos y crearlas siempre de la misma manera. Lo que no había hecho hasta ahora con respecto al cine independiente había sido atreverme. Me parece que son proyectos muy personales y además creados por un director o directores noveles para los que son sus primeras películas, así que lógicamente tienes que confiar muy mucho en esas personas, tirarte a la piscina, saber que te van a proteger, que hay una red. En este caso sabía que con Gerard iba a ser así. Yo confío ciegamente en él, nos conocemos desde hace muchos años, trabajamos todos los personajes juntos y confiaba en cuál iba a ser el resultado", comenta sobre la seguridad que desde el inicio le procuraba liderar interpretativamente este luminoso y extraordinario debut detrás de la cámara de Gerard Oms, conocido formador de actores y coach personal de Casas desde hace seis años que registra en esta historia de búsqueda identitaria y revelaciones existenciales impregnada de la herencia del cine social europeo y de una fuerte carga autobiográfica a través de su experiencia como migrante en Holanda coincidiendo con el estallido de la crisis de 2008.

"El cambio es algo constante"

Mario Casas

"Estoy en un momento en el que siento que la vida me va enseñando ¿no? tengo 38, todo va por etapas. Tú puedes creer que te has encontrado, que te conoces y de repente la vida, de un día para otro, te cambia y te dice, ahora vas a jugar de nuevo. Entonces, lo que sí creo es que la madurez y la edad y la experiencia y el vivir cosas, te da... bueno, un aprendizaje. A día de hoy yo sigo buscándome y es algo que me encanta. Es decir, yo estoy en una búsqueda constante de quién soy. Y a veces dices, hostia, pues soy este. Y de repente, al día siguiente, dices, hostia, pues no era tan así, ¿no? Yo creo que pasas la vida entera buscando quién eres", reflexiona el actor extrapolando ese lógico periodo de interrogantes permanentemente abiertos que atraviesa todas las decisiones de su personaje Sergio, un joven trabajado desde la radicalidad física y pretendidamente masculina del cuerpo hegemónico y testosterónico desarrollado en los ambientes futbolísticos que decide romper con su vida en España, con la condición establecida sobre lo que se supone que tiene que ser depositada en él y empezar de cero en la ciudad holandesa de Utrech después de asistir a un partido del Espanyol como aficionado acostumbrándose a una cultura que no entiende, a un idioma que tiene que aprender -qué aportación tan certera y brillante la de ese David Verdaguer devenido en absoluto cretino para retratar esa otra cara resultante mucho menos amable de los procesos de cambio aparentemente idílicos- y a una realidad relacionada con un nuevo despertar sexual que le resulta del todo desconocida.

"Creo que hay tantas masculinidades como hombres en el mundo"

Gerard Oms

Por su parte Oms, apunta sobre la radiografía social que plantean los ambientes relacionados con el fútbol que "tengo una contradicción sobre ello. Es un lugar muy testosterónico, pero después el fútbol es un lugar muy homoerótico. Los futbolistas se tocan entre ellos. Hay algo muy físico, hasta hay muestras de cariño de tocar el culo, tocar el cuerpo. Luego los aficionados, cuando un equipo pierde o gana, lloran. Lloran y lo pasan mal. Hay algo muy emocional también allí. Entonces me parece un lugar muy contradictorio, no me gusta colocar todo en un solo cajón. Yo creo que hay tantas masculinidades como hombres en el mundo y es importante que podamos matizar. Y seguro que en el mundo del fútbol se puede matizar y esta película permite matizar en el mundo del fútbol también. No solo desde la masculinidad, sino también desde muchas otras características a nivel humano que puedan mezclarse".

Y sitúa esta idea relacionada con la identidad como resultado de una búsqueda como el eje principal sobre el que está vertebrada la narración: "Qué es la identidad, eso es lo que yo intento preguntarme con esta historia y preguntar a los demás. Sergio es una persona que tira su identidad a la papelera, literalmente. Reniega de lo que es y a partir de ese momento se le abre un universo de posibilidades para intentar descubrir ese dichoso qué soy o quién soy. Y qué soy o quién soy, poniéndome un poco filosófico, es una cuestión que varía según quién me mira, según dónde estoy, según qué circunstancias vivo, o según lo que yo he querido ser y mostrar para pertenecer al grupo", propone el director antes de Casas complete: "Estoy muy de acuerdo con esto y además creo que el cambio es algo constante, manteniendo tu ser, que para mí es la raíz, y tiene que ver con dónde vengo, pero es inevitable que el cambio acompañe todo ese proceso de intentar saber quiénes somos y a medida que cambiamos también crecemos y creo que es bonito".

Un cambio aludido por el ganador de un Goya por "No matarás" que sin duda busca, ansía y experimenta Sergio pero que asume con el vértigo y el bloqueo emocional que precede siempre a las transformaciones. "Mira, voy a decirte algo, voy a sumar a esto que acaba de añadir Mario y que me parece relevante. Yo creo –prosigue el cineasta– que lo único que tenemos seguro en la vida es el cambio precisamente. Eso y que vamos a morir, algo que es un cambio también. Pero creo realmente que lo único a lo que te puedes agarrar es al cambio. El mundo está cambiando constantemente, la naturaleza cambia constantemente. Tú debes cambiar y también lo haces, aunque a veces no nos demos ni cuenta de ello y creo que es lo único a lo que te puedes agarrar. Hay muchas veces mucho miedo al cambio. Y pienso sin sentar cátedra de nada... agárralo, ponte a favor. Es lo único que tenemos de verdad". El que propone "Muy lejos", establecido y contado a través de un despojamiento y una huida -del dolor, de lo impuesto, de lo esperado, de lo temido- cuesta muy poco cogerlo con auténtico entusiasmo.