Bob Dylan sale del armario (creativamente hablando)
Hoy se inaugura en Tulsa (Oklahoma) el Centro Bob Dylan, museo que reúne más de 100.000 piezas del archivo personal del artista
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Resulta que la leyenda era cierta: Bob Dylan tiene un archivo secreto que apaciguaría todas las ansias de los seguidores por saber más de su figura. Durante años ha corrido el rumor de la existencia de letras, canciones inéditas, reflexiones y productos del artista que permanecían ocultos a los ojos del resto. Y así ha sido, hasta ahora. «Nuestra intención no es explicar a Dylan. En todo caso, pretendemos crear aún más preguntas», matiza Steven Jenkins, director del Centro Bob Dylan que abre hoy sus puertas en Tulsa (Oklahoma). Se trata de un museo en el que el músico se ha mantenido al margen –no podría haber sido de otra manera viniendo del divo de la incertidumbre– y que recoge más de 100.000 piezas de su archivo personal: desde poemas a notas en cuadernos, pasando por correspondencia –es el caso de una bolsa gigante llena de cartas cerradas que le mandaban sus fans–, reflexiones filosóficas, fragmentos autobiográficos o el tambor que le inspiró a la hora de crear «Mr. Tambourine man».
Y, por supuesto, música: los visitantes se verán envueltos en los temas que han acompañado al artista durante toda su carrera. Desde sus primeras influencias, como Little Richard, hasta la gira que realizó por Europa en 1966, cuando escandalizó a los amantes de la acústica al salir al escenario con una guitarra eléctrica. Además, hay un caramelo irresistible para sus fans más acérrimos, ya que el centro exhibe trabajos clave del músico, como «Jokerman», «Tangled up in blue» y «Like a Rolling Stone», de manera que pueden seguir paso a paso cómo fueron creadas. Es decir, se expone como un mapa a escala 1:1 que muestra punto por punto cómo hacía Dylan desde que se sentaba a componer hasta que interpretaba la canción delante del público. Con esto, «las joyas de la corona de la colección», en palabras del director del archivo, Mark A. Davidson, son los «Cuadernos de sangre»: «Muestran a Dylan en un punto increíblemente fuerte como compositor. Escribía en esos cuadernos de bolsillo microscópica, frenéticamente, una especie de volcado de cerebro inconsciente». Se trata de las letras garabateadas para el álbum «Blood on the tracks», un cuaderno que protagonizaba la leyenda del archivo secreto y que los Stones han llegado a definir como «el halcón maltés de la dylanología».
La apertura de este centro es, además de la mayor revelación del hermético Dylan, el final de un viaje de seis años. Desde que en 2016 el multimillonario George Kaiser desembolsara 20 millones de dólares para hacerse con el archivo, no ha sido hasta ahora que una esquina de Tulsa presume de un muro de ladrillos ilustrado con el rostro del músico. Su objetivo, «educar, motivar e inspirar a los visitantes a involucrar sus propias capacidades como creadores. Si bien el centro está anclado en una exposición permanente sobre la vida y obra de Dylan, también ofrecerá exposiciones adicionales que fomenten una conversación sobre la creatividad». Todo ello, junto a una tecnología inmersiva que hará aún más atractiva esta especie de creativa salida del armario de Dylan.