Entrevista

Silvana Estrada: “¿Cómo voy a ser la nueva Chavela si ella vive y es la estrella más grande?

La artista mexicana, recientemente fichada por el sello estadounidense Glassnote presenta su espítiru único en el festival Mujeres Patrimonio

La artista mexicana Silvana Estrada
La artista mexicana Silvana EstradaThaís Varela

Basta escuchar el timbre de su voz y las letras de sus canciones para saber que Silvana Estrada (Veracruz, México, 1997) tiene ese magma de las grandes artistas debajo de la piel. Canta y escribe con un peso y una verdad que conmueven y de eso se ha dado cuenta el selo estadounidense Glassnote, una de las casas independientes más selectas, que acaba de ficharla y con quienes ha publicado “Marchita” este mismo año. Estrada hace canciones que se agarran a la raíz de lo popular y, tras varias semanas de gira por nuestro país, cierra su periplo en el Festival Mujeres Patrimonio (Sigüenza, 17 de septiembre) y en el Teatro Cervantes de Málaga (18).

-Acaba de publicar “Brindo”, una canción llena de positividad y de alegría, algo casi infrecuente.

-Es la primera canción de mi próximo EP y es cierto: Abraza la vida y lo bonito que tiene. No busca otra cosa que celebrar en medio de este caos

-A veces cuesta apreciar lo bueno de la vida. Nos eclipsa la negatividad, el enfado y la mala leche.

-A mí me gusta pensar que todo tiene su belleza y esta canción me ayuda a recordar y no olvidarme de que la vida tiene que ser una fiesta. El EP se llama “Abrazo” porque se se ideó en casa, con la mente extrañando el contacto y la canción “Brindo” es la madrina de todas.

-Durante el confinamiento y la pandemia todos todos teníamos este tipo de buenas de buenas intenciones y de amor por el prójimo, pero al volver a la normalidad, volvió el odio por el prójimo. Se nos olvidaron enseguida todas las buenas intenciones.

-Vivimos algo muy poderoso y la vuelta a la normalidad fue como un regreso a la normalidad más agresiva. Algunos tuvimos el privilegio de quedarnos en casa y vivir la pandemia con esperanza o con ganas de aprender algo de ella, pero en México la mitad del país realmente no pudo parar de salir trabajar porque viven con lo que ganan cada día. La gente con privilegios podemos romantizar, ¿ves? Hacer discos sobre los abrazos, pero para mucha gente eso ni se concibe. Yo traté de hacer lo más generoso que podía.

-Así que el el resto de “Abrazo” tendrá también esta energía positiva.

-Sí, porque trata de la idea de la colectividad, de la comunidad. Tenía sentido sacarlo ahora que finalmente estamos todos volviendo y porque estoy agradecida a todo lo que me está pasando. Publiqué “Marchita” en enero y me han sucedido muchas cosas bonitas

-“Marchita” está muy reciente y fue el del salto a Glassnote y parece que está en un momento de mucha producción.

-Sí, es gracioso porque tenía tanto material guardado que hice en la pandemia que llevo un retraso entre lo que he publicado y lo que he compuesto, así que estoy en un proceso de ir liberando música. Es bonito retomar ideas viejas y y rehacerlas reajustarla.

-Así no llegará a ponerse al día.

-(Risas) Pues es difícil atravesar esa brecha tal y como está hecha la industria, los calendarios y cómo funcionan las disqueras es muy difícil. Espero llegar al equilibrio, porque recién publiqué “Marchita” pero lo compuse hace dos años... así que tengo cierta prisa y muchas ganas de sacar cosas nuevas.

-Ha mencionado las disqueras y hemos pasado como de puntillas, pero acaba de fichar por Glassnote, un gran sello.

-Fue en un momento importante porque yo estaba justamente pensando cómo voy a sacar este disco. Porque claro, el mundo independiente es bonito, pero cuando tienes un trabajo que te gusta mucho, buscas ponerlo en la mejor casa. Y eso no estaba para nada en mis planes. Una serie de eventos muy afortunados nos llevaron al final a trabajar juntos y tenía dudas porque realmente son una compañía gringa. Pero me convencieron porque decían que llevaban años queriendo trabajar con artistas latinos, pero no habían encontrado algo que nos conmoviera más allá del lenguaje. Ellos no hablan español y querían algo que les conmoviera más allá de las palabras. Y siento que encontré gente que entiende mi vena creativa y por qué hago lo que hago.

-¿Cuál es esa vena creativa? ¿Cuál es el origen de lo que haces?

-A Juan Gabriel le preguntaron una vez que qué pensaba sobre sobre ser gay y dijo, muy chistoso y con su elegancia siempre como de señor: “Pues lo que se ve, no se pregunta”. Y yo siento que a veces hay cosas que son así. ¿Cuál será el origen de lo que yo hago? Siempre pienso en Juan Gabriel: lo que se ve está ahí y tiene como una mística. Yo vengo de la raíz, del jazz, de la exploración, de lo popular. Y me siento más como una cancionera y a la vez como un artista mucho más experimental. Pero ya no me quemo la cabeza y pienso: “mira Silvana, lo que se ve, no se pregunta” (risas).

Se le atribuyó con insistencia la etiqueta de la Chavela Vargas millennial que pudo resultarle algo incómoda.

Incómoda no, porque las etiquetas vienen de afuera y es lógica de la industria o de la crítica por definir cosas. Y para eso, muchas veces referenciamos. Y bueno, si alguien piensa que tengo la mitad de talento que Chavela ha tenido y sigue teniendo... Porque Chavela Vargas es nueva todos los días. ¿Cómo va a ser nuevo algo que nunca ha sido viejo? Chavela vive y es una estrella de las más brillantes que tenemos en la cultura latinoamericana. Su legado está ahí, brillante, chispeante, eterno. Y si dicen eso yo siento honrada, pero nunca me la he comprado la comparación porque creo que mi camino pues es el mío. ¿Sabes? Chavela era muy alcohólica tuvo una vida súper dura y yo quiero que mi vida sea mucho más bonita.

-¿No piensa que hace falta un tormento para ser artista?

-Yo soy muy, muy sensible y a veces vivo con dolor por cosas que me doy cuenta que no eran tan grave. Pero yo no creo que hagan falta los los tormentos. A mí me gusta mucho la literatura porque de repente puedo vivir cosas que no me tienen que pasar directamente a mí. Y me da herramientas incluso para entender mi propia vida. No soy ajena a eso, así que no hace falta vivir tormentos para poder escribir de algo con con profundidad. En realidad, creo que el gran reto del arte es poder hablar con profundidad de la alegría. Pienso que se ha vuelto un sentimiento completamente superficializado.

-Es completamente cierto. Porque se reivindica que cada uno hable sus pensas, pero parece que la alegría solo se utiliza para vender refrescos o lo que sea.

-Claro, porque a la tristeza se le da como una suerte de solemnidad. Culturalmente, sufrir es algo más elevado. Pero el reto es poder hablar con con profundidad y con con belleza de la felicidad sin caer en lo cursi.

-Lleva una temporadita en España y cada vez le sigue más gente.

-Es muy bonito. Yo nunca jamás hubiera esperado este recibimiento. Llevo viniendo cada verano o cada otoño y ha sido muy bonito y ha sido muy orgánico desde la primera vez que vine y siento que conozco muy bien este país porque he viajado muchísimo por aquí y es un poco como México que cada pueblo es un mundo.