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Gilberto Gil: «¿Retirada? Eso pensaba, pero puede que no»

El tótem de la música brasileña actúa en el Universal Music Festival en la que iba a ser su gira de despedida de los escenarios... si es que se retira
El artista brasileño Gilberto Gil
El artista brasileño Gilberto GilUMF

Madrid Creada:

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Con su final, la música brasileña se acerca a un abismo. Gilberto Gil (1942, Salvador de Bahía) es una de las grandes figuras de la historia del país carioca, uno de los tótems indiscutibles de una tradición que, a lo largo de 60 años de carrera, ha contribuido a ensanchar y a llevar a territorios desconocidos. Gil fue uno de esos tres bahianos que hicieron historia con el tropicalismo junto a Caetano Veloso y Tom Zé. A sus 81 años, Gil ha preparado una gira de despedida junto a toda su familia que recorre Europa haciendo parada en el Teatro Real el próximo 29 de julio, en el marco del Universal Music Festival, y atiende una videollamada con este diario para comentar los sentimientos que se agolpan ante la inminencia del punto final. «¿La verdad? No tengo una posición clara al cien por cien sobre eso. Puede que vuelva a casa, descanse, y si la salud acompaña... puedo seguir», dice a través de una videollamada.
Gil lleva en la música toda una vida de dedicación en la que ha llegado a construir los pilares o la Constitución musical nacional. «(Ríe) ¡Qué gracioso eso que dices!», concede sonrojado por el comentario. «Nosotros –aunque nunca lo haría, creo que en este caso puedo hablar en plural–, nunca trabajamos para eso, sino para ofrecerle al público canciones. Lo que sucedió después con ellas escapaba completamente a nuestro control. Es cierto que su éxito de público y la buena acogida de los críticos generaron un proceso de institucionalización pública de nuestra obra. Pero esa fue una consecuencia azarosa, no una intención», dice en correctísimo castellano. Uno de esos trabajos fue «Doce Bárbaros»: «Es el ejemplo perfecto. Cuatro artistas sin un plan se retan a ellos mismos, tratan de ver hasta dónde pueden llegar. Y la verdad es que salió bien porque lo hicimos desde la humildad», dice Gil.
El tropicalismo fue un movimiento musical que tuvo un reflejo político muy poderoso. «Ahí quizá sí que había una intención previa, porque era un momento histórico en todo el mundo en el que estaba imponiéndose el conservadurismo. En América, en Europa y por supuesto en Brasil veíamos esa deriva regresiva que no nos interesaba y decidimos combatirla con la cultura, que es lo más maravilloso de todo. Por supuesto que era el reflejo de una voluntad política, la de una generación que quería seguir avanzando y dejar su huella». Una tensión entre dos fuerzas ideológicas que no parece haberse resuelto, desde luego no en España y mucho menos en Brasil. «¿Qué te puedo decir a eso? Lo que decía aquel: la lucha continúa», sonríe Gilberto Gil, que fue ministro de Cultura de Brasil entre los años 2003 y 2008, nombrado en la primera etapa de quien hoy ha vuelto a la cancillería, Lula Da Silva. El músico cree que la política puede realizar una labor valiosa en cualquier país, pese a su imagen. «Nosotros llevamos a cabo una labor vital en la frontera de la entrada de la cultura digital. Me gusta pensar que, en muchas cosas, dejamos al país mejor que estaba», dice con humildad.
Llegado a este punto de su carrera, ante la incierta retirada, queda por saber si Gilberto Gil cumplió sus metas. ¿Cuál fue, entonces, su búsqueda al empezar a hacer música? «Eso es más fácil de contestar: todo parte de un sueño, de una visión que se tiene de niño. Uno tiene esa fantasía infantil de crear, de escribir y de componer para entrar en ese universo de personas un poco especiales. Por suerte, compartí con mi madre ese anhelo y siempre estuvo dispuesta a ayudarme», recuerda con una sonrisa.

UNA GIRA MUY FAMILIAR

La que puede ser (o no) la gira de despedida del maestro es muy especial. Titulada «Gilberto Gil & Family, aquele abraço tour», involucra a cuatro generaciones del clan familiar a una fiesta en la que han elegido sus canciones favoritas del repertorio del genio para interpretarlas con él. Hablamos de su esposa, hijos, yernos, nueras, cuñados, nietos y bisnietas de una familia en la que el talento musical debe llevarse en la sangre o quizá servirse en el tazón de desayuno. La idea surgió en pandemia y su transformación en gira ha sido convertida en un documental incluso.

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