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Nancys Rubias: «La falta de pretensiones nos ha salvado la vida»

Vuelven con disco de versiones tras cinco años: ahora son la «Orquesta Nancys»
Las Nancys Rubias
Las Nancys RubiasWarner

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Apuran las cuatro Nancys Rubias sendos tercios de Mahou a las 10 de la mañana en las oficinas de Warner, donde tiene lugar esta entrevista. «Nos hemos levantado a las 6 y hemos ido al gimnasio –aclaran a coro–. Esta es la hora del aperitivo», dicen con rock & roll actitud el grupo, el «más marciano del pop español», como lo define Mario Vaquerizo, Nancy Anoréxica, cantante y voz torrencial del cuarteto. Regresan, tras cinco años sin disco, con «Orquesta Nancys», un álbum íntegramente compuesto de versiones de lo más dispar, incluidas «Me duele el corazón» (de Laventa) y «Eloíse» (Tino Casal).
¿Cómo se produce este regreso discográfico?
Mario Vaquerizo: Llevamos veinte años si parar de actuar salvo uno, cuando murió nuestra compañera Susi. Pero en ese tiempo hemos hecho versiones para aportar al show y, al mirar atrás, resulta que llevamos más de veinte y decidimos grabarlas. Ahora somos Orquesta Nancys, que es una reivindicación de lo que queremos: canciones que diviertan a todo el mundo.
¿Por qué la orquesta y la verbena?
M. V.: porque es un género a reivindicar como espectador. En estos años nos hemos cruzado con muchísimas orquestas, y pensamos que están infravaloradas. No existe en el resto del mundo algo parecido y nos parece que es de servicio público.
Claro, porque las grandes estrellas no van a las provincias.
M. V.: Imagínate que la pobre Madonna se pide un taxi desde donde viva hasta Cuenca, la pobre (risas). ¡Pero nosotras sí vamos a Cuenca! No te olvides que los escenarios que llevan las orquestas son espectaculares. No tienen nada que envidiar a los grandes. Pero reivindicamos su sentido lúdico y de calidad.
Ustedes no tienen pretensiones.
M. V.: Porque la pretensión te genera frustración. Para nosotros era un «hobby» que se ha convertido en modo de vida.
¿Qué le gusta a la gente de Nancys Rubias?
Marta Vaquerizo: La naturalidad. No hay trampa ni cartón.
M. V.: Somos un grupo muy comercial porque nuestra estructura musical es clásica. Estrofa estribillo y música de rock con algo de electrónica. Tenemos canciones muy inmediatas. No somos nada modernas, somos antiguas. Somos estándar pero a la vez no nos ponen en la radio, y a la vez no paramos de actuar. Somos el grupo más marciano del pop español y orgullosos que estamos. Sin ninguna acritud lo decimos. En todo momento creo que esa falta de pretensión nos ha salvado la vida. No pretendíamos telonear a los New York Dolls y lo hicimos, no queríamos ir al baile de la Rosa y lo hicimos. Teloneamos a Pet Shop Boys. Quería hacerme foto con Neil Tennant y el no quería. Pues me hice dos (Risas).
¿Por qué cree que no suenan en la radio?
M. V.: Porque hay muchos prejuicios. Nosotros hemos sido muy sinceros siempre y reconocimos que no queríamos saber tocar. Eso, a determinado sector de la industria, menos a Warner, no les gusta. Dicen que no somos un grupo de verdad, pero mira, yo vengo del circo. Vengo de Marilyn Manson y de Kiss. Y he visto en directo que Paul Stanley no tocaba el solo de guitarra que estaba sonando. Pero me da igual, porque estoy viendo una estrella.
Miguel Balanzategui: Yo quería reivindicar el «nancyrubismo», que es un término que acuñó Mario y que es cantar con la base programada. ¡Veinte años después, todo el mundo lo hace! Toda la música urbana. Y algunos cantan en playback puro y duro delante de 40.000 personas y ya está, no ofende.
Marta V.: te apartan, al no tocar. Pero ese es el rockero fundamentalista.
-M. V.: Y nosotras, dogmáticas, no somos. No somos de la religión de la autenticidad y en el fondo somos más auténticas que nadie.
-Juan Pedro del Moral: como aquella noche en Pamplona que acabaron dicendo: «ay, pues no está tan mal»... ¡y teníamos a los rockeros comiendo de nuestra mano! (Risas)
M.V.: como nadie se espera nada de nosotros... pero eso nos ha pasado mucho. Juan Pedro ha querido dar clases de guitarra y yo le he dicho que, como aprenda a tocar, le echo del grupo (risas). Mira, hacemos lo que nos da la gana. Porque esos artistas que vienen de lo duro que es todo... las giras son lo mejor que hay. Vamos en la «nancyfurgo» y si uno quiere atracar una gasolinera, se atraca para coger cervezas. Yo admiro a los solistas. Que esos sí que lo pasan mal.
No duermen en pensiones durante la gira
M.V.: nos llamarán clasistas, pero vamos a los mejores hoteles y llevamos a nuestro equipo a los mismos que nosotros. Porque el equipo técnico son nuestros amigos. Que, oye, es que yo no soy Milli Vanilli. Nadie canta por nosotros. Nosotros cantamos en directo y tenemos las bases grabadas y el repertorio no es gratuito. Tiene orden y sentido. Y tiene apoyo de fuego y de luces y de escenografía. Que somos un grupo muy potente. ¡Hacemos prueba de sonido!